En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

29 de noviembre de 2014

Todo... Tanto, tanto...

Cuando más te pienso, más te amo...
Eres todo cuanto me importa.
Eres el suspiro en duermevela,
la caricia a tiempo,
el secreto que ocultas hasta el grito de tus ojos...
Y cierro los ojos, pensándote...
Y los aprieto tanto, tanto, tanto...
que no solo te veo..., es que te siento...
No solo le pondré tu nombre a cada uno de mis besos,
a cada uno de mis pensamientos, 
a cada uno de mis sentimientos...
Le pondré tu nombre a mi alma...
Ven y siéntate a mi lado...
Te lo susurraré todo...
Tanto, tanto...

22 de noviembre de 2014

(Tú) (mi) Oasis...

Sigiloso ando hasta tu lecho. Mis pies descalzos marcan un silencio que contrasta con el alboroto de mi mente al verte tumbada, desnuda y dormida. Tu piel reclama mi boca hambrienta, sedienta… Sobran las palabras cuando en esta situación el viajero encuentra un oasis en medio del desierto. 
Me arrodillo a tus pies… Y comienzo a comerte... y a beberte toda entera… 
Hasta el final, nena, hasta el final.

J.M.T.

19 de noviembre de 2014

"Cada mujer es como un instrumento, y espera que la entiendan, la amen y la toquen con delicadeza, para por fin hacer sonar su verdadera música.

Habrá quien se ofenda con esta manera de ver las cosas, si no entiende cómo concibe la música un artista de troupe. Habrá quien piense que degrado a las mujeres. Habrá quien me considere insensible, grosero o zafio.

Pero esos no entienden el amor, ni la música, ni me entienden a mí."
Kvothe en "El miedo de un hombre sabio".
Patrick Rothfuss.

15 de noviembre de 2014

Así seré...

Como el agua que pretendes retener en tus manos...
Así seré de fugaz.
Como el viento que acaricia tu rostro...
Así seré de rebelde.
Como la luna que miras creyendo estar cerca...
Así seré de inalcanzable.
Como la flor que pretendes robar...
Así seré de delicada...
Porque sólo en tus sueños,
podré hacerme realidad.

12 de noviembre de 2014

Danza(me)...

Te esperaré desnudo, tocando mi guitarra, aquí en nuestra cama.
Cuando llegues, arráncamela de las manos para cogerte bien por la cintura. Y, mientras bailes la danza de los siete velos sobre mí, las palmas de mis manos  re recorrerán desde las caderas hasta los pechos... Los que acercaré suavemente hacia mi boca como si un instrumento de viento fuera a tocar y mi lengua juguetona se marcará un zapateado sobre tus erectos pezones.
Enredaré mis dedos entre tu pelo y me perderé entre tus piernas mientras cantes el estribillo de esta canción: "Vamos, nene, hasta el final..."

J.M.T.


8 de noviembre de 2014

Estruendo...

Un estruendo.
¿Sabes qué es sentir un estruendo?
Es percibir, es sentir, es padecer, es sufrir...
Es sentirte cerca cuando estás lejos;
caminar a tu lado cuando lo hago sola...
Ver tu sonrisa en medio de mi tristeza
y que tu abrazo cubra mi frío.
Siento un estruendo,
como miles de ejércitos de millares de hormiguitas
recorren cada poro de mi piel,
cuando oí tus pasos tras cerrar la puerta;
cuando veo la ternura de tu alma aunque sea un un gesto cansado;
cuando tu boca, tímida, me da el primer beso...
Y desborda pasión en cada uno de los siguientes
y tomo cada sorbo del veneno de tus ojos
que son los que me engañan y me desbordan;
que son los que acompañan al resto de tu cuerpo,
de tu piel, de tu esencia...
Y todo en ti, es el estruendo que yo siento.

5 de noviembre de 2014

"...De mayor quiero ser pequeño..."


¿Recuerdas cuándo eras pequeño?
¿Cuándo jugabas a que un día serías grande?
¿Recuerdas cuando lo mejor era ensuciarse las manos y la cara, y uno se limpiaba en la camiseta?
¿Te acuerdas del plátano de la merienda o del bocata de Nocilla (yo le ponía chorizo y me sabía a helado de crocanti)?
¿Recuerdas cuándo jugabas a "pillar" y salvar a los demás era decir "por mis compañeros y por mí"?
¿Te acuerdas cuando las grandes decisiones se tomaban a  "pito, pito, gorgorito"? ¿Y cuándo equivocarse era decir "hala, que empezamos otra vez"?
¿Recuerdas lo difícil que era conseguir los últimos cromos del álbum? ¿Y te acuerdas las veces que  has buscado tizas en los escombros para que las niñas pudieran pintar en el suelo y comenzarán a jugar?
¿Y recuerdas a aquella niña de coletas a la que le regalabas aquellas flores blancas que huelen tan raro pero que tú recogías como si fueran las flores más exóticas del mundo? ¿Y a aquella otra que te hacía menos caso que a la pared? ¿Y cuándo de aquel balonazo le "jodiste" los geranios a la Sra. Bernarda? Tú, en tu defensa, dijiste que "estaban en la trayectoria del balón"... ¿Y las carreras de caracoles? A mí me encantaban...
¿Y te acuerdas de cómo te sentiste cuando por fin te quitaron las ruedetas de la bici (sí, a las rueditas les decimos así aquí, en mi tierra) y fuiste solo?
¡¡Wowwww...!! ¡Qué momento, eh! Te sentiste el dueño de la carretera a dos ruedas y cogiendo al toro por los cuernos.
¿Y el coche teledirigido? ¿Y los globos y las pistolas de agua, aquéllas que había que llenar casi antes de haberlas disparado? ¿Y cuándo te regalaron aquella guitarra que era más grande que tú y el perro te hacía los coros? ¡Ya apuntabas, eh...!
¿Te acuerdas de todo eso?
Yo soy  más mayor que tú pero sí  me acuerdo y me encanta poder hacerlo.
Mis dibujos favoritos... Ya sabes... Qué te voy a contar yo... La Abeja Maya...
Pero me gustaban los caballeros del zodiaco... Si, ya sé, tú eres más de los otros, de esos  cuatro que luchaban contra monstruos imposibles de imaginar.  Uno iba de blanco, otro de azul..., vamos que parecían el parchís... ¿Cómo se llamaban?

Recuerdo cómo le hacía vestiditos a mis muñecas, comiditas con barrete y unas hierbas que crecían entre las piedras de las paredes de la calle de mi tía en el pueblo, esas que parecen granos de arroz... Verde, sí, pero arroz.  Cuando por ser chica, no me dejaban jugar a todo… ¡Y cuando me caí del nogal! Todavía no sé ni cómo subí, pero aún tengo las marcas en las rodillas.
No te voy a contar cuando agarré de los pelos a una niña porque no me quería devolver mi muñeca después de habérsela dejando toda la tarde y la arrastré hasta un charco. Allí la dejé y me fui toda hueca con mi muñeca. ¡A ver las cosas que se dejan se devuelven!

¿Sabes? Hay tantos recuerdos que no se deben olvidar, tantas ilusiones que recrear, tantas cosas buenas que volver a sentir...
Ahora ya somos adultos y aquéllo casi nos parece lejano, pero yo te digo que nunca pierdas al niño que llevas dentro aunque cada año las velas se vean más y la tarta haya que comprarla más grande (porque tenemos más gente con la que compartirla).
Desde entonces ha llovido un poco y pintamos alguna cana y, a pesar de todo ello, seguimos siendo lo que fuimos.

 

Hoy me he levantado un poco más tarde porque entre tus sueños y los míos he tenido que encontrar un poco de tiempo para prepararte algo y dártelo hoy. Entre beso y beso, entre abrazo y abrazo, entre piel y piel, algo hallé.
He cogido unas flores del jardín, he dibujado unas notas en el suelo, entre las hojas secas, he cogido algunas manzanas e higos… Me he puesto mi traje de princesa, mi diadema de flores y he buscado un pañuelo con mi perfume para que lo luzcas anudado en tu brazo. Y no hay que deshojar margaritas porque eres tú el caballero al que admirar, el que gana todos los torneos, quien siempre se desviste de su armadura ante quienes quiere y ama, quien desmonta su caballo para dejar firmes y profundas las huellas en el camino, quien no necesita abrir un libro para encontrar las más bellas palabras y darles la musicalidad que requieren. Porque eres tú quien despierta y anochece en mis pensamientos y se dibuja no solo en mis sonrisas.


Y he invitado a todos los amigos que conozco para estar contigo en este día, pequeño escorpión, para disfrutar contigo tus alegrías y consolarte y compartir tus pesares.

Quiero que pienses un deseo… O veinte…
Que alguno siempre se cumple.
Concéntrate.
¿Ya?
Pues que se cumplan por mil.

¡¡¡Feliz cumpleaños!!!
Y no olvides que la felicidad es no dejar nunca de soñar.
No te preocupes por el mañana, porque el mañana traerá sus propias preocupaciones. Ahora somos grandes y nos gustaría ser pequeños mas vivo queda lo que fuimos.
A cada día le bastan sus propios quebraderos de cabeza según dijo un tal Mateo. 
¡¡¡Sueña y sé feliz!!!


 Este es mi regalo para ti, Jesús.

1 de noviembre de 2014

Si he de dormir desnuda...

Si he de dormir desnuda
que sea la esencia de tu piel la que me cubra.
Si he de dormir desnuda
que sea el rocío de tus suspiros
el que me cubra la boca.
Si he de dormir desnuda
que sea el roce de tus manos
el que como viento sacuda mis adentros.
Porque así se rompe la luna
y así brotarán estrellas.
Si he de dormir desnuda...