En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

29 de octubre de 2015

El aroma de su piel...

Años llevo caminando estas mismas calles. Siempre en el mismo mes. Siempre en las mismas horas.
Siento las piedras que hablan de nosotros. Miro, con otros ojos, sí, las que levantan una a una las casas de este pueblo, las que pueblan las empinadas y estrechas calles. Me paro al borde del muro, dejando a mis pies el precipicio que en el fondo perfila un río cuyas aguas saltan sobre las piedras.
Nubes parecidas. Unas tras otras en un intenso azul celeste.
Y unas palabras repicando en mi mente. Una pesadilla. 

  
Algún día, Mag, estas mismas piedras que nos amparan, estas mismas calles… Este mismo perfume que me embriaga, que ensalza mis deseos por ti, que impregna mis sentidos para recordarte en cada momento que no estamos juntos…
Algún día, Mag, en algún momento, pasado un tiempo… No sé cuánto… No sé cuándo… Percibas de nuevo este perfume mío: El perfume artificial de mi piel, el que impregna mi camisa, sí, de esas que te sientan tan bien…; el perfume de mi piel desnuda que se baña de la tuya cuando nos amamos, cuando nos rozamos…
Créeme… Un día volveremos a estar juntos. Te lo prometo…
No somos un amor a destiempo. Somos atemporales.
No lo olvides.
Te amo y te amaré.


Suspiro hondo. Demasiado tiempo. Demasiados anhelos. Demasiadas ganas de volver a encontrarlo. Sí, en otros cuerpos, en otros ojos… Sí, eso nos decimos… ¿Cuántas vidas? ¿Cuánto tiempo de espera? No volverá. No, ahora no. Por mucho que yo crea… No, no volverá…
Demasiadas veces leída su carta. Tanto como para aprenderla de memoria, tanto como para tratarla como un tesoro entre mis manos…Tantas veces arrugada con rabia.

No volverá ese aroma que le hacía único, porque en Él ese perfume es único. Nunca antes. Nunca después. Esas esencias, esos matices  de madera especiada, helechos, bergamota, cedro…,  pimienta rosa…
Solo su piel podía oler así.
Tan único, tan Él…, como el sabor salado de mis lágrimas. Las que no puedo contener. Mis lágrimas por su ausencia, por la imposibilidad de volver a estar con Él…

No sé si oí, si escuché… Si lo imaginé de primer momento… Pero me llegó ese perfume, ese aroma Único. Sí… Miré.

No eran sus ojos pero sí su mirada.
No era su piel pero si su perfume.
No era su cuerpo pero sí su alma.
No era él pero sí es Él.
No era ella pero si soy YO.

Solo para ti que, con tu alma, lees y tocas la mía.



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Esta semana, en los Relatos de los Jueves, Dorotea nos encamina  a descubrir un mundo de aromas, olores, perfumes…, a través de su blog “Lazos y Raíces” que podéis conocer picando sobre el título del mismo, y de paso, al resto de participantes.
Yo he elegido un tema que me apasiona: Las almas que se pertenecen.
Real o no, solo espero que os haya gustado.

19 de octubre de 2015

Decir No...

Tú sabrás lo que haces...
Allá tú...
Si me quieres no harás eso...
Si me amas lo harás...
Después de todo lo que hago por ti...

Chantajéame tú si puedes... Tú que eres débil e inseguro... Pero no te tengo miedo. Soy pasiva a tus palabras y a tus falsas intenciones. ¿Qué harás si no te hago caso, si no acepto tus condiciones, si te dejo que me manipules? Nada. No harás nada.

¿Vas a dejarme? Eres libre de hacer lo que quieras, como libre soy yo. Y si eso hace que me dejes... será, tal vez, lo mejor...

¿Crees que me voy a sentir culpable? ¿Crees que me voy a sentir mala por no contemplarte o por no hacerte caso? ¿Quién te crees que eres? No soy mejor que tú pero no me harás sentir peor.
¿Qué no quieres vivir si no? ¡Qué tonterías dices! No me das pena. Eres tan dueño de vivir tu vida como yo la mía. No voy a estar contigo por pena. Si hiciera eso, ¿sabes quién chantajearía? Yo. Y tú, el manipulado.

Sí, aprovechas que me conoces bien y sabes mis puntos flacos. Pero yo también conozco los tuyos y no te confundas. No trates de hacerme ver que me necesitas tanto, que mis consejos son tan importantes pues haces, al final, lo que quieres... No deformes la realidad de las cosas. No voy a caer en ese juego en el que siempre te las apañas para tener la razón. No tergiverses ni mis palabras ni mis hechos. Yo tomo mis propias decisiones aunque me equivoque. Y si te enfadas, dos faenas tienes.

No me hagas mil y una promesas que se pierden en el camino. No necesito rosas rojas ni un beso a destiempo. No necesito que me digas lo guapa que estoy, lo buena que soy... en el momento en que sé que tienes otras intenciones...  Te conozco demasiado bien. A veces me incomodas, me alteras, me pones de mal humor, pero ¿sabes? 

No necesito ser salvada. 
No soy la princesa ingenua de tu cuento. 
Soy Reina y Señora de mi Vida y de mi Cuento.



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¿Víctima o verdugo?
Chantaje emocional.

Este es el tema que nos propone para esta semana Pepe, desde su blog “Desgranando momentosque podéis visitar picando en el título y conocer también al resto de participantes.

18 de octubre de 2015

Nos: Vientos de mar y luna...

Sentirte en mi piel como brisa que acaricia.
Sentirte cabalgar en mi alma como caballo al trote,
arrancándome bocanadas de aire que se agolpan en mi boca.
Sabes que provocas en mí el sentimiento de roca, 
pues tú, como mar batiente, tropiezas contra mí,
me sacudes en cada acometida, en cada embate...
Y eres varas que arrebolan mi piel.
Y eres espuma que henchía mi boca, que calma mi sed
en el arrebato de tu hombría, en el arranque de mi voluntad en ti...
Me deshaces, me colmas...;
 pueblas mi cuerpo de ti, mi alma de la tuya...
en ese vaivén de tus aguas de las que soy rompeolas...
en ese crepúsculo de tu alba,
en esta Tu Luna, yo, que te viste…
Tú, viento y mar.


15 de octubre de 2015

Un por qué sin porque...

Cada mañana durante las últimas semanas abandonaba la protección de aquellas cuatro paredes y me adentraba en el bosque. Me inquietaba el crujir de las hojas bajo mis pies y, a esas alturas del otoño, la niebla vestía el horizonte.
Cruzaba la pasarela de madera por la que llegaba hasta el centro del lago donde estaba el invernadero abandonado. Lo había adecentado y había establecido allí mi refugio.

Llovía pero me dio igual. Necesitaba refugiarme. Estaba a punto de tomar la pasarela cuando creí ver a alguien en el interior… Me asusté. Nunca había visto a nadie ahí… Me aseguré.
Crucé la pasarela y me detuve unos metros antes de llegar a la puerta. 


Él abrió.
Era alto, con unos preciosos ojos y una sonrisa en la que mi mirada se quedó clavada. Me transmitió confianza.

- Pasa… Hace frío… He hecho té…

Acepté. En el brasero ardían unos pequeños leños y el lugar estaba caldeado. El candil encendido y sobre aquella silla estaba mi cuaderno de notas. Me sobrecogí pues en él guardaba secretos que nadie sabía. Olvidé esconderlo. Me sentí azorada y no articulé palabra alguna. Observé los movimientos del caballero. Me alcanzó una taza de té. Agradecí el calor.

Un rayo… Un trueno nos estremeció a ambos. Me alejó de los cristales y nos situamos cerca del fuego.

Sé por qué el cielo es azul, y así  se ve el agua del río y la del mar puede ser  verde. Sé por qué solo veo un lado de la luna o porque el sol es una pequeña estrella. Sé por qué se producen los eclipses o por qué las estrellas brillan.
Sé por qué las nubes son de lluvia o de calor y por qué dos y dos son cuatro; por qué la sangre es roja y por qué la niebla parece humo.
Sé por qué la luna influye en las mareas.

Pero hay preguntas sin respuestas: ¿Por qué le intuyo sin verle? ¿Por qué le siento? ¿Por qué dos almas se buscan, se encuentran, se reconocen y vuelven a vivir su historia y se añoran? ¿Por qué se separan temporalmente y todo vuelve a empezar en otros tiempos, en otras vidas? ¿Por qué dos personas se aman?
¿Por qué? 

- No sabes mi nombre pero sabes quién soy. Me has visto en tus sueños miles de veces. Me has intuido… No soy un desconocido… No sé dar respuesta a tus preguntas, pero aquí estoy.

Supe que lo había leído... Y tengo una respuesta...
Este jueves os muestro este relato pertenece a la convocatoria realizada por el blog de San“ Y nacimos casualmente”, en el que nos invita a hacernos preguntas… ¿Sin respuesta? ¿Que nos satisfagan la curiosidad? ¿Que no?
Ahí podéis ver al resto de participantes.

12 de octubre de 2015

Estoy en Ti...

Estoy en tus manos, en tus dedos, en tus labios…
Envuelta  y revuelta en tus pensamientos 
donde me enclaustro voluntaria de tu fuego 
e involuntaria de tu azar.
No hay un centímetro de mi cuerpo que ya no poseas
ni un trozo de mi alma que no sea Tuya.
Todo lo que ves es Tuyo…. Incluso lo que no.
Todo lo que siento es por Ti…, de Ti.
Rozas mi alma con solo tu mirada
y ni si quiera me preocupo en impedirlo.
En el harén de tus harenes…,
Hembra embaucada de tus magias al sortilegio de tu hombría.
Gimo con solo pensarTe.
Mojas el centro más oscuro de mi sexo.
Placer por placer. Deseo por deseo. Amor por amor.
Doy con solo contarTe
Amo solo con entregarMe.

7 de octubre de 2015

¡Extra! ¡Extra! ¡¡¡¡Avestruces en la ciudad!!!!











*Si no leemos con claridad, podemos subir un poco el porcentaje del tamaño de la ventana.

Este jueves, el mundo es una locura….
Desde el blog “La guarida de las locuras”, Pikxi, nos anima a redactar una noticia loca…
Esta mía no sé si es muy loca… ¿Improbable? Quizá no… El tiempo lo dirá.

4 de octubre de 2015

Saber que soy Tuya...

Solo de ti porque mi cuerpo rezuma pasión por cada uno de sus poros, 
que cada gota de sal que expira mi piel 
y cada jadeo que se resbala de mi garganta son por ti, 
que tú eres quien lo provoca todo.

Sentir una mano en mi pecho, torturando su extremo,
mientras la otra se refugia en el centro de mis centros, 
en el cruce vertical de mis pilares, 
y surca, horada, penetra una y otra vez 
en busca del cáliz bendito de mis entrañas… 
que en forma de agua brota de tus caricias, 
del sonido de tus palabras agitadas en mi oído…

Principio de Vida del que te bañas. 
Fuente de Vida de la que bebes ávido como perro sediento
 y, como perro hambriento devoras… 
Sediento de mis aguas, hambriento de mi carne… de mi Pecado; 
del deseo perenne de ti, por ti… 
De las ganas desbocadas de mi piel partida en cada uno de tus gestos… 
de los que te hacen desalmado, de los que te hacen animal…, 
animal que se calma en el clímax que le da el refugio de alma más carnal…

1 de octubre de 2015

Infinito...

Conocí el Infinito antes de saber que existía.
Dibujaba mis “ochos tumbados”, mis “redoles” que se daban besos antes de tener edad para ir a la escuela, cuando jugaba en aquel refugio que me construía bajo la mesa cubierta por una vieja sábana o aquel entre tres sillas en el patio de mi casa.
Años más tarde, en aquella clase de matemáticas, supe que el Infinito era algo que no se acababa, que daba igual que lo dibujaras grande o pequeño, porque no tiene tamaño, da igual dónde empiezas porque nunca acabas…

Y pronto me di cuenta de que en este mundo no hay nada infinito, todo empieza y todo termina… Finito… El Infinito no crece ni mengua. Simplemente es. Está.
No se suma ni se resta. Infinito más infinito es Infinito. Infinito menos Infinito es Infinito. Multiplicar y dividir el Infinito sigue siendo Infinito.


Ahora soy mayor y mis infinitos siguen siendo Infinito. Mis “redoles” que se dan besos se han vuelto orgías de “redoles”, como racimos de uva, y es que tras un grano, viene otro y otro…, y no acaba en la rama. Nunca acaba. Interminable. 

Infinito en infinitos sin finito.

Enésimas palabras vienen a mi mente. Palabras inventadas. Palabras reales. 
Lexemas, morfemas...
Palabras con significado más allá de lo semántico, de lo morfológico, de los sintáctico, de su sonoridad, de la relación que le dé con algo o con alguien:

Libélula, murciélago, mamá…
Sinergia, exégesis, eiségesis…
Alma, espíritu, místico…
Gúgol… Gúgolplex...
Yo… Nosotros…
Epistemiología...
Onomatopeya...
Serendipia...
Ataraxia...
Catarsis...
Ananké...
Nazarí...
Azul...
.../...

Hay tantas que es Infinito.
Mi palabra es Infinita, porque mientras haya un recuerdo hay un Infinito.


*Redol: De redola. Aquí, en mi zona, significa redondo, circular, un bolito :-)


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El amor por las palabras. 
Enamorarnos de una palabra. 
Este es el tema que nos plantea Casss desde su blog “El balcón de Cas”.