Alter ego
Todos tenemos algún secreto que custodiamos como un cáliz sagrado pero, a veces, ese cáliz se desborda y nos moja de su contenido. Mi secreto me inundó el día que no quise controlarlo. Tal vez me convenía pero fuera como fuera, me abrió en canal y se hizo presente. Me vi y me reconocí con todas las emociones y sentimientos ahogados bajo la piel, enmascarados de querer ignorar, prendidos de cansancio, de aguantar. Sonreí, sintiendo en mi sonrisa el rumor de los contrapuntos. Entorné la mirada y se encendió la furia en ella. Mis manos, pequeñas y blancas, sin dejar de serlo, se volvieron garfios, yunques y martillos, espadas de doble filo. Mi lengua, diplomática y serena, se dejó de composturas y escupió veneno, del que no mata pero mortifica. Y yo, crecida como un chopo, sin merced del viento, fui aireando todo lo que me guardaba, desde lo más nimio hasta lo más profundo, despellejando el horizonte sin remordimiento alguno, y cuando lo vi sangrar, respiré. Volví a replegar mis alas y a convertirme en ese ser que vuelve luz la oscuridad.
Alguien no sabía que me encontraría pero... me halló. Tentar a la paciencia es mucho peor que tentar a la suerte.
Carter Murdoch |
Este es mi aporte (204 palabras) a la convocatoria de esta semana. Picando en la imagen, podéis ir tanto a ella como al listado de participantes.