11 de agosto de 2024

Cierre de Convocatoria...

Con más pena que gloria y con más vicisitudes de las esperadas, me presento para dar cierre a la convocatoria juevera que he tenido el honor de anfitrionar —un poco a destiempo, es verdad—. 

Me disculpo por enésima vez por no poder atender el reto literario como se debería hacer.  No quiero dejar los blogs, pero me doy cuenta de que no llego ni a escribir ni a leer a los blogs amigos y ni, por supuesto, conocer nuevas letras. Me estoy replanteando eternamente la cuestión, pero ya es otra historia que no ha lugar aquí.

Millones de gracias por la cantidad de aportes recibidos. Ya veo que el verano es para algo más que las bicicletas, así que no puedo estar más contenta y satisfecha por todo. Sí he de mencionaros que ando en las lecturas y ya os iré visitando poquito a poco.

Siento no poder responder adecuadamente, ni a tiempo, los comentarios que me vais dejando y, sobre todo, el no poder visitar vuestros espacios.

Ya, sin más dilación, doy paso al siguiente anfitrionazgo que corresponde a Moni quien desde su Blog nos invitará a una nueva aventura literaria.

Espero poder regresar en breve y deseo seguir formando parte de esta gran familia.
No olvidéis echar un último vistazo a la lista de participantes.
Muchísimas gracias de nuevo.
Besos y abrazos.
Nos leemos.

Chica escribiendoImagen creada con IA ©ɱağ 

10 de agosto de 2024

Bucear en la nada: Autopsicoanálisis profundo...

Un Jueves, Un Relato
El arte de no hacer nada

Ayer decidí no hacer nada.  —¿Decidir no hacer nada es no hacer nada? ¡Hummm!

Me acomodé en el sillón de la sala, ese que siempre me recibe con sus mullidos cojines, y dejé que mi mente se despojara de cualquier urgencia. El reloj en la pared marcaba las horas con su tic-tac constante, pero a mí no me importaba el tiempo. Cerré los ojos y simplemente existí.

El silencio me envolvía, solo interrumpido por el maravilloso canturreo de los pájaros y el suave murmullo del viento a través de las hojas. Respiré hondo, llenando mis pulmones con el aire fresco que entraba por el ventanal abierto. Mis pensamientos vagaban libremente, sin dirección ni propósito. Recordé la infancia, esos días interminables de verano en los que el único plan era no tener plan alguno, pero siempre surgía uno que nos llevaba hasta la hora de cenar.

La mente, sin las habituales preocupaciones, se convierte en un lienzo en blanco así que las ideas fluían, sin prisa, dibujando paisajes entre momentos blancos. Era un estado de gracia, un equilibrio perfecto entre la conciencia y la ensoñación.

De vez en cuando, abría los ojos y observaba las sombras que el sol proyectaba en la pared. Movimientos lentos y suaves, como una danza de luz y oscuridad. No había nada que hacer y, sin embargo, sentía que estaba haciendo todo. Exploraba los rincones de mi mente, redescubriendo la tranquilidad y la paz interior. Y me sentí bien.

En ese momento, comprendí que no hacer nada es, en realidad, un arte. Un arte que nos permite reconectar con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Y en ese arte, encontré una profunda satisfacción. 

Hoy he decidido salir a bucear y ser maestra del autopsicoanálisis profundo.


Imagen creada con IA. ©ɱağ 

Este es mi aporte (293 palabras) para la semana juevera. Si picas en la imagen, irás tanto a la convocatoria como al listado de participantes, a través del cual podrás, si deseas, leer otras maneras de no hacer nada.

4 de agosto de 2024

Convocatoria "Un Jueves, Un Relato"...

El arte de no hacer nada

[8 de agosto de 2024] 



Bienvenidos seáis una vez más a la Trastienda. Os presento la dinámica de escritura creativa de esta semana, si el calor en estos lares y el frío en otras partes, da para inspirarnos. Por estas fechas andamos un poco dispersos, pero también aprovechamos para hacer cosas que nos gustan: leer ese libro que descansa encima de la mesa desde hace tiempo, pintar paisajes imaginarios o esos otros que se abren ante nuestros ojos y que observamos de diferente manera, pasear y descubrir rincones ocultos de nuestro lugar de residencia habitual o del lugar que hemos elegido para disfrutar nuestro tiempo de asueto realizar aquellas tareas que hemos postergado hasta ahora e, incluso, darnos el lujo de no hacer nada y simplemente disfrutar del momento.

Sobre ello va la actividad de este próximo jueves: reflexionar y escribir sobre el placer de no hacer nada.

Hemos decidido echarnos a la bartola. ¿Qué es no hacer nada? ¿Nos vienen pensamientos en reposo o dejamos la mente en blanco? No hacer nada, no implica aburrimiento. ¿Es así? ¿Hemos descubierto la esencia de la tranquilidad y el descanso? Además, quién dice que no hacer nada no un arte. Puede ser un recargar pilas o bucear en nosotros mismos y redescubrirnos en ese placer.

Pongámonos a escribir un relato corto, no más de 350 palabras, para este próximo jueves. En esta misma entrada pondré el listado de participantes. 
Ya sabéis que podéis utilizar las imágenes expuestas o elegir la que consideréis más adecuada para vuestro trabajo.

 
Muchísimas gracias por vuestra colaboración y nos vemos el próximo jueves para disfrutar de este maravilloso placer de no hacer nada, que de fácil tiene poco.
Besos y abrazos.

PARTICIPANTES