Hoy, un nuevo día. Me ha costado incorporarme. Me han
crujido los huesos, el corazón y el alma. Piso firme hasta la ventana. Al abrirla, vuelvo a ver la vida
que a mí se me acaba. He escuchado los incomparables sonidos e imágenes que me
brinda la Naturaleza a la que mi ventana se aboca.
No miro hacia atrás. No quiero, salvo para ver el camino que he
recorrido, para ver lo que he sabido hacer de y con mi vida. Hay huellas que no
volvería a marcar pero otras…, estaría dispuesto a imprimirlas de nuevo una y
mil veces, como conocer a Teresa, tener los hijos que tengo, los nietos que van
subiendo y los bisnietos que me hacen ver lo rápido que pasa el tiempo.
Veo en Carlitos a mi otro yo. Es mi viva imagen y es todo lo demás: Sus
ganas por todo, su curiosidad ante la vida, su corazón, su chulería, su
competitividad… Sí, definitivamente, mi alma se está haciendo a él.
Sé lo duro que es pensar que mi vida se acaba pero qué pretendo, qué me
voy a quedar aquí por siempre. No. He de partir con la cabeza bien alta. Quiero
reencontrarme con mi Teresa. Como dice mi nieta Marieta, las almas son eternas,
se buscan y se encuentran y, mientras, se esperan.
Hoy seguiré con lo que dejé ayer. Volveré a mis pinturas, aunque el
pulso no sea ya el mejor. Me sentaré a escribir y dibujaré unas letras… Ayer
dejé pendientes unos versos inconsecuentes:
Viví mucho para sufrir mucho.
La muerte tardó en quererme
Y la vida nunca dejó de odiarme,
a pesar de toda la felicidad que me ha dado,
su venganza será grande.
Señor, concédele eternidad a mi alma.
Ahora que la muerte se apiada de mí y me
busca a su lado…
Deja que mis lágrimas hoy no sean de pena, desdicha y soledad…
Daré mi largo
paseo por la vega del río, daré de comer a los peces que aún se me acercan, a
cuatro pajaricos descarados, y veré si sé traer alguna seta para cenar…
Leeré un
poco. Cortázar siempre me ha inspirado y reconozco que me hubiera servido de
mucho cuando escribía cartas de amor a mi Teresa. Y no aquella birria de
palabras.
Y de mis
ratos de ansiada y necesaria soledad, pasaré a los de reunión familiar. Hoy
vendrán todos a comer y a “liarla parda” como dice el pequeño Felipe. Estaremos
todos. Mi Teresa también.
Vista de las manos de un anciano yazidí en el campo de refugiados de Baharka, cerca de Erbil, en Irak. (EFE) |
Desde
su refugio, Mi blog de
Fotos(click), Leonor, nos propone como Relato
de los Jueves, un homenaje a nuestros ancianos.
Va
por tu padre, con afecto y respeto.
Una maravilla de participación con una magnífica narración y una preciosa plegaria en forma de poema.
ResponderEliminarGracias por tu dedicatoria a mi padre.
Un abrazo
Gracias a ti por la idea y espero que le guste mucho y la conserve en un cajón.
ResponderEliminarMe he pasado un poco en las palabras pero no se nota mucho. Y estoy segura que tu padre lo merece. Un beso enorme.
Toda una vida resumida en un relato, un largo camino que delineas muy bien desde el personaje que cuenta.
ResponderEliminarBesos de dulce.
Muchas gracias, Dulce. Yo me veo así de mayor, con esa ironía y esa ternura... Solo es un paso en el tiempo...
EliminarComo dice un dicho de aquí, no nos vamos a quedar más que para simiente.
Y mil gracias por tus palabras, siempre.
Un beso.
Siempre es un deleite leerte, tus relatos tienen una magia que hacen transportaste al lugar que en ellos describes.
ResponderEliminarBesis
Eso es lo que yo quiero, Eirike, que quien me lea en este caso, pueda ver lo que ven sus ojos y sentir lo que siente su corazón... porque eso significa que me doy entera y me saben recibir.
EliminarUn beso enorme.
Que puedo decir además de lo excelente que es el relato. Que me trae ese pensamiento recurrente de como serán mis últimos días de mi vida, y que trató de alejar. Como es uno no; pareciera como dice el relato, que fuéramos a ser eternos...
ResponderEliminarEs paso de los años lo vamos viendo de tanto en tanto pero llega un momento en el que el túnel se va haciendo más estrecho pero creo que lo mejor es no pensar en ello y disfrutar en toda nuestra plenitud hasta el último día si nos es posible... Yo no me veo ahí ni de casualidad y cada día estoy más cerca, te lo aseguro...
EliminarPero sí, somos eternos aunque no en barro y paja.
Un beso enorme y me alegra muchísimo verte por aquí. Espero volver a tenerte aquí, en esta casa, que ya puedes considerar tuya.
Es la primera vez que te leo y me encanta haber llegado a tu espacio para poder disfrutar de tan bello relato. Es un relato que llega al alma. Precioso, bien narrado y que atrapa, además de emocionar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Sindel. Bienvenida a tu casa.
EliminarMe alegra saber que te ha gustado el relato porque con todo mi cariño lo he escrito. Siempre lo hago pero hoy tenia un motivo mucho más especial que lo hace un poco diferente pero es mi sentir y mi forma de ser.
Un beso enorme y ven cuando gustes. Es un placer saludarte.
Emotivo mientras leia letra a letra me adentraba en el ...
ResponderEliminarBesos dulces y feliz dia
Hola, Slave. Me encanta verte por aquí. Y ya sabes, ven cuando gustes.
EliminarMe alegra saber que te he emocionado con mis palabras, Para alguien que escribe, y tú lo sabes bien, llegar es lo más importante. Te hace sentirse orgullosa de lo que haces, sea mejor o menos bueno, pero es algo que nace del fondo y es lo que cuenta.
Un beso grande y a vivir con intensidad.
Los últimos días de una vida resumida tan logrado en un excelente relato, obra de una maravillosa escritora como tú eres, aunque no te gusten los halagos no me queda otra que darte decirtelo asi y ademas con un fuerte aplauso porque me ha encantado como lo has llevado acabo.
ResponderEliminarUn besazo.
Muchas gracias, Marieta. La verdad es que sí, no me hacen los halagos. Me siento un poco rara cuando los recibo pero me gustan como a todo el mundo.
ResponderEliminarMe alegra saber que te ha gustado y que te ha llegado.
Gracias siempre por tus palabras y por ese aplauso.
Y un beso enorme.
Es notable como la literatura puede influir en las emociones, acompañar.
ResponderEliminarEl tiempo pasa pero las almas son eternas, algo sobre lo que Cortazar escribió alguna vez.
Y yo, Demi... Yo soy mucho de almas, de vivirlas, de verlas, de sentirlas... por eso mi sentido de la muerte es tan diferente al de la mayoría.
EliminarUn beso.
Es muy triste pero tan real... como la vida y la muerte.
ResponderEliminarA tus PIES
Yo no lo veo triste. Es un paso más que hay que dar... Si no esto sería un caos... Es ley de vida y lo único seguro. Yo firmaba ahora mismo por morir feliz. Este hombre de mi relato es muy feliz e irónico.
EliminarUn beso.
Maravilloso... espero que mis últimos días en esta etapa del viaje, sean de este modo... yo creo que sí.
ResponderEliminarUn beso muy especial, y un abrazo enorme.
Yo también firmaría, como he dicho por ahí. Creo que no hay nada mejor que hacer balance de tu vida y poder resumir: Me han querido y me siento querid@.
EliminarUn beso enorme para ti y un achuchoncillo :-)
Me ha encantado y junto con esa música me ha puesto los pelos como escarpias, yo también querría que el tramo final de mi camino fuese similar. Besos.
ResponderEliminarHola, Molí. Me alegra mucho que te haya emocionado. Eso es importante, muy importante para mí. Y sí, somos varios que firmaríamos por ese final.
ResponderEliminarLa música es Dulce Pontes cantando y Ennio Morricone. La canción es Your Love.
Mil gracias por tus palabras.
Un beso enorme y nos vemos el jueves.
Ura vida bien vivida, con sus penas y alegrías, esperando la que tiene que llegar más tempramo que tarde, sin miedo, esperando reunirse con su amada en la otra vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Una vida plena de todo y llega al final de sus pasos con la satisfacción de haber sido un hombre de provecho, un hombre al que se le recordará por lo bueno que es... Un hombre regio.
ResponderEliminarMil gracias por tus palabras y nos vemos el próximo jueves.
Un beso enorme.
Como siempre ha sido una maravilla leerte, porque has planteado ese largo camino lleno de cosas aún por hacer en el corto recorrido que le queda.
ResponderEliminarMe encantaría que eso se hiciera realidad en mí cuando llegue esa hora.
Un beso fuerte.
Hola, Tracy. Bienvenida de nuevo.
ResponderEliminarSí, creo que estamos tod@s de acuerdo en este caso. Tener esa solera y, al tiempo, las ganas de todo aún.
Mil gracias por tu visita y hasta el jueves que viene, que el placer es mutuo en leernos.
Besos.
Estupenda la conjunción de las impresiones que tu relato nos cuenta con esas manos gastadas que lucen sus arrugas cargadas de experiencia.
ResponderEliminarMuy expresivo tu texto.
Un abrazo