El viento ululaba fuera y arrastraba la nieve que chocaba contra los
gruesos cristales que se empañaban cada vez más. Estaba sola. Cualquier noche
hubiera sido buena pero esa, precisamente esa, no.
Me invadió un extraño presentimiento, como si la sangre se me helara, como
si se fuera solidificando y la pudiera percibir detenerse en mis venas. Mi
corazón empezó a palpitar tan fuerte que me asusté.
Cogí
el móvil. Fuera de cobertura. Fui a
la emisora e intenté contactar con él, pero solo escuché interferencias y voces
de fondo, distorsionadas…
Las
horas pasaban sin atino: largas y espesas.
Incomunicada. Sola con mi soledad y cientos de pensamientos que me
atormentaban.
Sentí como si una corriente de aire se filtrara sobre mi piel,
erizándola. Me asusté como pocas veces.
Mi
cuerpo era un manojo de nervios. Mis ojos un auténtico caudal de lágrimas. Solo
deseaba que él estuviera bien.
Nunca
recé tanto. Me acordé de todos los santos y vírgenes del
cielo. Supliqué, rogué… por él.
Entonces,
sus palabras se amotinaron en mi cabeza:
“Muerte
dulce la llaman. El frío se extiende por el cuerpo hasta llegar al corazón.
Éste empieza a bajar sus latidos, la tensión se altera. Y te paralizas.
Los músculos se contraen y en tu rostro se dibuja una sonrisa… La visión de
torna difusa. Dejas de hablar. Apenas puedes pensar. Dejan de brillar las estrellas, la luna deja de estar ahí, o el sol parece que se apaga, y la
inmensa túnica blanca que se extiende ante tus ojos se desvanece. Todo empieza
a volverse oscuro. Tu mente lucha, lucha tanto por mantenerse despierta, para
que tu cuerpo reaccione… Y cuando ya no puede más, aún saca un último hálito
para combatir y permanecer despierta pero la extenuación se permite, entonces,
el derroche de condenar al cuerpo, al alma y a la mente… y se sume todo en la lobreguez,
en eso que llamamos muerte…”
Me desperté de repente, con el corazón encogido, con aquellos golpes
fuertes en la puerta. Casi no acerté a ponerme en pie. La alcancé, y ahí estaba él. Entelerido de frío, abrazado
en su propio abrazo. Mojado, con el pelo helado, los dientes castañeteando, la
piel escarchada… Blanco, casi azul…
En silencio.
Me abracé a él con todas mis fuerzas. Me traspasó todo el frío que tenía
metido en el cuerpo. Apenas podía caminar. Estaba agotado. No dije nada.
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- Mi amor… Me voy…
Su mano me despertó. Su voz me confundió. Abrí los ojos y lo
vi ahí de pie, al lado de nuestra cama, vestido, dispuesto para marcharse. Me
costó reaccionar. Situarme. En algún momento perdí la noción de la realidad.
- ¿Qué?
- Cielo… -Se inclinó para besarme-. Duerme. Has pasado muy mala noche. Intentaré
llamarte antes de la subida… Quédate tranquila. Sshhhhh...Te quiero.
Y me besó.
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Texto participante
en Relatos de los Jueves convocado en esta ocasión, de nuevo, por Dorotea a
través de su blog “Lazos y Raíces”, bajo el tema "frío".
Me gusta y mucho como has elaborado el relato
ResponderEliminarMucha gracias, Tracy. Creo que se aleja un poco o un mucho de lo que se pedía pero bueno... A la libre imaginación.
ResponderEliminarUn beso enorme. Gracias por pasarte. Iré a tu casa a pasar fresquito y nos vemos el jueves.
Simplemente maravilloso... tienes una forma de escribir que llega muy dentro y con este relato has demostrado que llegas a todos los registros.
ResponderEliminarA tus PIES
Mil gracias por el apunte pero bueno... se intenta hacer de todo un poco. Ya sabes, maestra de nada y aprendiz de todo es así como se va avanzando.
EliminarUnas veces aciertas y otras, pus has de intentarlo más veces.
Me alegra que te haya gustado, en serio pero creo que me ves con muy buenos ojos ;-)
Besos enormes.
Pude sentir cada palabra, y miles de sensaciones y viejos recuerdos volvieron a mi mente, a mi Alma... por un momento, mi sangre se enfrió como un tiempo.
ResponderEliminarDefinitivamente tienes un don... y nunca me cansaré de decirlo.
Besos hermosa, y el resto lo sabes.
Sé cuánto te llega esta historia por x motivos que no vienen a colación.
EliminarMi misión es hacer sentir, dejar que le mente vuele el corazón sienta o padezca... que no se quede como si nada hubiera pasado.
No tengo un don... Solo tengo la suerte de saber combinar una palabra tras otras para vivir en esa historia, historia de tod@s, mi historia.
Un beso enorme. Lo sé.
Tú ya no sorprendes puedes recrear historias diversas y siempre hacer sentir, en este caso esa angustia de aquella pesadilla y aún después de despertar, porque queda flotando aquello de si el sueño se hará real.
ResponderEliminarBesos de dulce.
Quiero seguir sorprendiendo siempre, Dulce... y, sobre todo, a mí misma. Que cada día se me haga más complicado escribir porque eso significa que sigo mejorando, que sigo mi camino.
EliminarY es cierto, la angustia solo acaba de empezar. Ahora que ha despertado viene la cruda realidad, el tiempo de espera, de saber si lo que ha pensado se producirá pero sea o no un mensaje, sabe que vuelve a casa.
Un beso grande.
Un placer leerte. Me gustó tu relato.
ResponderEliminarEl placer ha sido mío, en serio. Disfruté con la lectura.
EliminarMil gracias por venir a esta casa y te veo el jueves.
Besito.
Frío gélido, frío profundo, cala hasta los huesos. Con tus palabras logras armar un relato que nos congela el alma, tal como era la consigna del jueves.
ResponderEliminarAbrazado en su propio abrazo: una imagen muy lograda que se me grabó.
besos
No sé qué responderte, Casss. La verdad es que el frío se palpa. A mi también se me representa esa imagen de él al otro lado de la puerta, tan indefenso y agazapado como un animal herido. Impresiona.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras y te veo el jueves para perderme en tus letras.
Un beso.
Ese final es lo más bonito, ver a tu amor, después de pensar que su vida estaría en peligro.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un abrazo
En realidad, Carmen, todavía no se sabe si es un final bonito o no. Ella ha tenido ese sueño que la ha mantenido perturbada toda la noche, y de paso a él, que a la mañana se va a la montaña en una expedición...
EliminarSe están despidiendo. Ella ha soñado que él regresaba sano y salvo pero le queda ahora todo el tiempo hasta que él, realmente, regrese de nuevo.
Mil gracias por venir, por comentar, y como a los demás, espero verte el jueves para leerte.
Un beso enorme.
Espero que el sueño no sea premonitorio...Me ha gustado la descripción de la muerte dulce...
ResponderEliminarUn beso
Hola, Charo. La verdad es que parece hasta bonita y todo...
EliminarPues no sería raro que fuera premonitorio... Vamos, espero que lo sea, pues significaría que él regresa vivito a casa.
Un beso enorme y un millón de gracias por pasarte por aquí.
Hasta el jueves.
Un beso.
Quien sabe si sus sueños eran predicciones del futuro. ¿Le dejará marchar?
ResponderEliminarUn saludo.
Yo creo que le deja marchar porque sabe lo que para él representa lo que hace. Solo que en ese momento preciso, ella anda perdida y no sabe reaccionar. Luego vendrá lo peor hasta que... regrese... Y tal vez regresa antes de tiempo, antes de la escalada, de la subida...
EliminarGracias por venir a esta (tu) casa. Te veo el jueves. Hasta entonces un beso y un abrazo, Pikxi .-)
Futuro temido, presente incierto, un frío interior que pre anuncia lo que quizás sea evitable. Esperemos que su amor logre mantenerlos unidos.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo, sé, que hay mucho amor entre ellos por eso el respeto ante lo que hacen. Se cuidan y se aman y saben qué importa al otro.
EliminarEl presente siempre es incierto, tanto o más que el futuro. Ella sabe el futuro. Estoy segura. Por eso le deja marchar entre otras cosas.
Millones de gracias por comentarme y por tener un ratito de tu tiempo para mí.
Un beso enorme y te leo el jueves que viene, Neo.
Un gran relato maravillosamente escrito, genial la sensación que produce la muerte. Sobrecogedor.
ResponderEliminarLos sueños que se sienten como premonitorios sin duda producen una gran angustia.
Un abrazo
Hola, José. Me alegra mucho que te haya gustado y que hayas podido percibir esa sensación de miedo, angustia y pérdida que siente ella por aquello que no puede controlar: Sus sueños y lo que ello conllevan.
ResponderEliminarUn beso.
Mil gracias por tus palabras y por la visita. Hasta le próximo jueves.
Sentí el frío, en medio de éste calor infernal que me acompaña...
ResponderEliminarY me angustié tanto, no era testigo de lo que ocurría, era protagonista....
Me gustó mucho, pero ya sabes que todo lo que escribes a mí en lo personal, me gusta... Me maravillo con cada uno tus textos, mi querida Magda....
Besos miles!!!!! :********
Pd: No hubo necesidad de borrar nada, pese a los intentos fallidos, sólo se publicó un comentario.. ;)
Hola, Ivel. A mi también me gusta lo que escribes, así que no vamos a halagarnos tanto jajaja porque al final, vamos a salir volando dentro de alguna pompa de jabón. A mí me vuelven loca tus escenas de sexo y amor... No lo dudes. Así que ya nos lo tenemos casi todo dicho... Sshhhh
EliminarY mejor que no salieran todos los comentarios. Hubiera sido un caos :-)
Bienvenida siempre y orgullosisisiséma de tu presencia.
Un beso enorme, enorme.
Te inspiró el tema. Si no entendí mal, soñó con su regreso antes de su partida.
ResponderEliminarTal vez como un buen presagio, a pesar de la inquietud que tendrá.
Un abrazo.
Así es, Demi, su sueño presagia un regresó antes del ascenso... Como que algo ha pasado... Un accidente, algo que le ha detenido y le ha hecho regresar andando... Un barranco, un árbol... algo que ella no atisba a descubrir pero ha sido un hecho que ha impedido llegar incluso al punto de encuentro...
EliminarY curioso, hoy que te respondo, se celebra el 229º aniversario del ascenso al Mont Blanc. Y son sin saberlo. ¿Una señal?
Gracias por tus palabras y un beso enorme. Te veo el próximo día.
Nos llevas hasta el precipicio de la vida/muerte; regresamos aterrados del frío y celebramos que aparezca, que esté a tu lado... Solo para marcharse otra vez. Muy buen relato. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Doro, por la visita y, sobre todo , por tus palabras...
ResponderEliminarLa verdad es que la angustia es tremenda... No calma para nada saber que ha sido un sueño... Queda todo el tiempo hasta su regreso...
Y no quiero despedirme sin agradecerte la oportunidad de participar.
Un beso enorme. Y hasta el jueves.