¡Cuántas
veces me he enrabiado conmigo mismo por no hacerlefrente a los gritos de mi
alma, a los golpes de mi corazón! Pero ahora, ahora qué más da…
Ahora que no hay tiempo tengo prisa por contarte…
Perdón.
Perdón por
todas mis ausencias, por todos los besos que te ignore, por todos esos momentos
en los que me buscabas en los ojos de otro… Perdón… por los abrazos que
necesitaste, por las lágrimas que te hice derramar, esas que tengo clavadas tan
adentro que se han convertido en estacas que laceran mi alma.
Perdón por los deseos que jamás te dejé cumplir y por aquellos que jamás haré realidad… Perdón… por no quererte igual, por no haberlo hecho como te mereces…
Perdón por los deseos que jamás te dejé cumplir y por aquellos que jamás haré realidad… Perdón… por no quererte igual, por no haberlo hecho como te mereces…
Se me amontonan las letras igual que los
pensamientos. Me tiembla el pulso del mismo modo que se me hace un nudo en la
garganta. Miro al horizonte, más allá del cristal de mi ventana, aquí, tumbado
en la cama, repasando por enésima vez aquello que debí decirte. ¡Albergo
la esperanza de que me hayas escuchado en estas noches y días de vigilia a tu
lado!
Tus fotos
desperdigadas sobre mi cama. Te he mirado tantas veces que puedo describirte
hasta las pecas de tus pies. Te he dibujado la sonrisa tantas otras que ya creo
ser tu boca y me pierdo en el color de tus ojos para encontrar la esperanza.
Esto que me
pesa tanto aquí dentro, tanto que me está matando ahora. Y he de seguir. He de
seguir ...solo... porque lo me dabas no lo tomé, porque lo que te di nunca fue
suficiente, y lo que no es, ya no nos pertenece.
Esta es la
carta que jamás debí escribir; en la que vuelco mi cobardía, mi corazón, mi
alma… Lo que soy. Y es que estás tan en mí que ahora, ahora que no queda
tiempo, sé que no soy de mí, sino de ti…, que siempre he sido de ti.
Y suena el
móvil. Y es tu nombre el que salta aunque sé que no eres tú. La llamada que no
quiero.
¡No! ¡No!
No he estado
ni en tu último suspiro pero aún tengo esa extraña tibieza de tu mano en la
mía. Y te siento aquí, abrazándome, mientras lloro…
Lloraré todo
lo que me queda de vida... De esta vacía vida sin ti. Cuida de mi alma que se
va con la tuya.
Perdón...
Perdón por volver a fallarte...
¡Dios!
¡Huelo tu perfume!
¡Escucho tu voz!
No me siento en mí y, en cambio, te siento a ti.
Aquí... Ahora... Junto a mí... En paz... como si tuviera que buscarte de nuevo.
Perdón por volver a fallarte...
¡Dios!
¡Huelo tu perfume!
¡Escucho tu voz!
No me siento en mí y, en cambio, te siento a ti.
Aquí... Ahora... Junto a mí... En paz... como si tuviera que buscarte de nuevo.
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Este jueves, H... Perla Gris, nos ha invitado desde su blog, “Et lux in tenebris lucet…” a escribir esa carta a
alguien con quien tenemos una cuenta pendiente, por miedo, por vergüenza, por
prudencia o por ese motivo que nos llevó
a actuar así en un momento dado… y nos sigue temblando la mano… Pero ya es el momento…
Que bonito. Me has dejado sin palabras.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Pikxi.
ResponderEliminarMe alegra oír eso.
Un beso. Nos vemos en poquito.
Esta bien pedir perdón dentido cuando se hace dañoy cuantes mejor.
ResponderEliminarEso es lo que ennoblece al perdón. Su humildad, su sinceridad... y el dolor que se siente... aunque él llegó algo tarde pero a tiempo...
EliminarUn beso muy grande.
¡Qué bueno es pedir perdón! por todo lo que no hicimos, por todo lo que nos arrepentimos, por todo cuanto en su momento no hicimos, por todo y más... ¡qué bueno es pedir perdón! ¡cuánta humildad hay en tu carta, Mag! es lo que más adoro de las personas, la humildad, ese sentimiento de valentía y no de cobardía como pensamos y en cambio... ¡cuánto se engrandece al pedir perdón!
ResponderEliminarMe encantó tu carta, como todo lo que escribes, un lujo estar en esta casa.
Un beso enorme, preciosa.
Tenemos telepatía, sin lugar a dudas, mientras tú publicabas un comentario en mi blog, yo estaba publicando en el tuyo, estamos conectadas, Mag.
EliminarOtro beso enorme.
Curioso sí, Marieta... Esas cosas que pasan...
EliminarLa verdad es que este perdón esta lleno de amor y de dolor, de fastidio, de mucho arrepentimiento... Ahora, a pesar de todo, ella no le ha fallado y hasta cuando no está, sigue sintiéndola.
Mil gracias, niña. Y sí, pedir perdón es de humildes y aceptarlo también.
Besos enormes
Triste aquella carta, creo que entre menos mencionemos la palabra perdón será mucho mejor, no por que no se deba pedir perdón, sino porque eso pueda significar que hemos actuado bien.
ResponderEliminarBeso dulce para ti.
En realidad, él no ha hecho nada... por eso pide perdón de alguna manera. Por no darse cuenta a tiempo de lo que sentía... Creo que más que pedirle perdón a ella, se está pidiendo perdón a sí mismo.
EliminarUn beso.
No hay que pedir perdón por amar, ni disculpas de amar con esa fuerza
ResponderEliminarbello relato, emotiva carta
Besos dulces y feliz dia
Hola, Slave. Él no sabía o no se fijaba en que sentía tanto. Dudaba y cuando se ha dado cuenta, no le queda tiempo.
EliminarUn beso enorme y gracias por pasarte por esta Casa.
Soy de los que lo primero que hago es pedir perdón aunque la vida me está enseñando lo contrario... preciosa entrada
ResponderEliminarNunca te arrepientas de pedir perdón. Parece fácil pero es de las cosas más difíciles de este mundo, sobre todo, porque no se le da el valor real que tiene y que implica.
EliminarUn beso muy grande y gracias por tus palabras y tu amistad.
Me dejaste sin palabras a mí también.
ResponderEliminarMe parece que no es su culpa no haber tenido la oportunidad de pedirle perdón.
Tiene emociones muy intensas tu aporte juevero.
Te has dado cuenta, Demi. Él no tiene culpa alguna. Solo no se dio cuenta y, ahora, ahora es ya tarde y sigue pensando que le falló pero se falló a sí mismo, mas ella sigue ahí, a su lado, como siempre... Ella nunca le dejó, ni ahora que no está sigue consolándola porque sus almas se pertenecen. Él sabe eso. Es de ella.
EliminarUn beso muy grande y gracias por estar aquí un ratito y dedicarme tu tiempo.
Arrepentirse y pedir perdón, sea a tiempo o no, es un acto de valentía, de honra... y yo creo en las almas que viven más allá de la muerte, las mismas que nos cuidan y nos escuchan si les hablamos.
ResponderEliminarGracias por participar en este jueves de cartas... Muy bonito y emotivo aporte.
Un saludo.
Gracias a ti H, por dar la oportunidad de mi texto. Tal vez jamás hubiera sacado de dentro si no lo hubieras propuesto.
EliminarUn saludo y nos vemos. Gracias por venir.
Tremenda pena detrás de esa carta que la cobardía impidió al menos enviar a tiempo!
ResponderEliminarDa como para argumento de una película !
Un abrazo
Sabes lo que te voy a decir... tus palabras siempre llegan hasta lo más profundo.
ResponderEliminarÉl no se dió cuenta porque era muy fácil tenerla siempre ahí, el hombro donde llorar, los brazos en los cuales refugiarse cuando todo parecía derrumbarse, las palabras de aliento, el "te quiero" cuando el corazón parecía rompérsele... y cuando La pierde reconoce lo que verdaderamente siente, todo lo que ella significaba para él... pero es tarde... y es que la naturaleza del ser humano parece ser esa, perder para valorar...
Al menos pudo admitirlo y pedir perdón... esperemos que eso lo alivie.
Un besote enorme hermosa ...y hoy más que nunca el resto lo sabe(mo)s.
Está bien pedir perdón, por lo que podía haber sido y por cobardía no fue. Eso pasa muchas veces.
ResponderEliminarMe gustó tu entrada.
Un abrazo
Triste...que dolor tan grande debe ser que alguien que amamos se marche y no hayamos tenido el valor de demostrarlo...Por eso a pesar que siempre escucho que dicen que no hace falta decir te amo cuando el amor es de verdad, yo lo digo a cada instante, porque todo el mundo necesita oirlo...aunque algunos digan lo contrario..besosssss..
ResponderEliminarSí que es triste. Tiene que ser un dolor terrible, de una impotencia tremenda... sobre todo si no lo ha sabido reconocer a tiempo, si se ha dejado ir... Y si no lo había sabido, si lo ignoraba, tiene que ser todavía peor.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Nos vemos en breve.
Una carta que es toda una crónica de lo que no pudo ser. En muchas ocasiones el perdón llega tan tarde que ya solo queda lugar para el arrepentimiento que deja la soledad.
ResponderEliminarRealmente una carta romántica y magnífica.
Un abrazo
Muchas gracias, José. Yo creo que más que pedirle perdón a ella, se pide perdón a sí mismo por no haberse dado cuenta. Ella se lo hacía todo tan fácil... pero siempre estará con él... Ella, en cierto modo, siempre está con él... en esa soledad, como bien dices...
ResponderEliminarUn beso enorme y mil gracias por pasarte. Te veo en breve.
De qué sirve el arrepentimiento cuando no llega a su destino??? Cuando todo se da por hecho, cuando nos creemos merecedores, cuando olvidamos lo que una vez fue... cuando desaparece el ángel de nuestra vida... Y nos miramos y no nos gusta lo que reflejamos... de qué sirve el perdón?
ResponderEliminarUna preciosidad, Mag. Una carta que llora arrepentimiento y sinceridad, las has bordado.
Mil besitos, preciosa.
En este caso parece que sí ha llegado.
EliminarElla sigue presente en cada pensamiento pero sí es verdad que le ahogan mil sensaciones lastimeras y, lo peor de todo, la impotencia y la soledad, y que se siente muerto en vida en este momento.
Mil gracias por tus palabras, de verdad, y un bes muy, muy grande.
Si el perdón lo vemos como una experiencia, parece otra cosa.
ResponderEliminarBss.
Para él me temo que es una experiencia que no va a olvidar, lamentablemente... Tal vez el tiempo ponga todo en su lugar o, tal vez, ella, con su presencia donde sea, se lo haga recordar siempre y no será venganza, será fruto del mismo amor que sentía en vida.
EliminarUn beso enorme y mil gracias por pasarte.
Está muy bien pedir perdón pero a veces es demasiado tarde como parece el caso...Me ha gustado mucho, está lleno de sentimiento.
ResponderEliminarUn beso
Eso es lo más importante: El sentimiento que hay a pesar de que ya... poco sirve lo demás.
EliminarUn beso enorme y gracias por pasarte y por tus palabras. Nos vemos el jueves.
Muy romantica esta carta, muy sentida. Hay ocasiones en las que uno se libera pidiendo perdón, pero la paz es aún mayor, cuando este realmente llega.
ResponderEliminarBesos.
A él solo le calma una cosa. Saber que su alma le pertenece a ella porque, por lo demás, se ha quedado completamente vació.
EliminarUn besi y mil gracias por la visita. Te veo el jueves.
El dolor reflejado en la peticion de perdon. No darse cuenta de lo que ella llego a quererle, de que fue casi incondicional hasta que no esta. Precioso relato, besos.
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