Mirándonos...

Frente a frente, mirándonos a los ojos: En los míos, el brillo del deseo entregado. En los tuyos, el del deseo consumado. Sintiéndonos el alma tan desnuda como desnudos nuestros cuerpos sudorosos, con el corazón latiéndonos tan fuerte que duele el pecho, tomándonos de las manos que todavía tiemblan en tu seguridad y en mí entrega, con mis piernas arreboladas sobre las tuyas, percibiendo todavía el palpito exudado de nuestros centros.

Nuestras bocas dibujan la sonrisa del amor y nuestro aliento todavía huele al otro: A la lujuria de dos seres desbocados en pura pasión.
Tu carne en mi carne, voluntad mutua horadada entre las manos y los labios, entre los te quiero y los te amo, entre las líricas de palabras que suenan a gloria en los oídos cuando el fuego no quema pero fluye, cuando el cuerpo se hace agua, se hace vida…