plumas suaves de huellas que desearían borrarse,
fundirse en
ella mientras la despiertan.
Haces que me estremezca.
La piel tiembla.
Mi corazón palpita…
tanto..., tanto,
que duele…
tanto..., tanto,
que duele…
Mi respiración se
agita ante tu aliento,
ante el fuego de tu mirada.
ante el fuego de tu mirada.
Mis piernas se aferran a
tus caderas.
Tú, ancoras en mis esencias.
Tú, ancoras en mis esencias.
Tu cuerpo se disuelve con
el mío,
en el momento preciso;
cuando la mente se relaja, se evade…;
cuando la
entrega de mi corazón se une a la tuya…
cuando en un solo latido,
tu piel y mi
alma,
mi alma y tu piel…
rugen al unísono.
Y tuya soy.
Mío eres.
Así debe ser cuando dos almas y dos cuerpos se funden en la entrega rugiendo de placer al mismo son.
ResponderEliminarUn besazo.
Hoy necesitaba leer algo así, que me hiciera sonreír por el simple hecho de ver el elixir de la palabra hecho poesía para los sentidos.
ResponderEliminarGracias por tanta belleza, querida Mag.
Mil besitos y feliz día, corazón.
Simbiosis perfecta entre alma y piel, piel y alma y la reciprocidad de ese sentimiento que une.
ResponderEliminarBeso dulce Magda.
Una posesión mutua, un intercambio de sensaciones intensas.
ResponderEliminarBesos
Sentires sublimes, dos cuerpos y dos deseos compartidos hasta alcanzar el aleluya. Abrazos
ResponderEliminarY cual rúbrica de tan ferviente simbiosis, se pronuncia el gemido; firme, sublime…
ResponderEliminarBello y exquisito, mi querida amiga…
Bsoss enormes 💋