17 de mayo de 2018

Un punto de locura...


- … Qué es la locura si no un raciocinio profundo. Porque los actos de locura en el fondo no son actos sin sentido. Son una liberación, una forma de ver las cosas un poco apartada de la corriente general. Un gesto espontáneo, un arrebato, algo que te hace feliz… y no significa estar loco… Pensad en un momento qué locura haríais, qué os movería a hacer eso que os pasa por la cabeza, eso que reprimís hacer pero que, en el fondo, desearíais.


Y mientras escuchaba sus palabras, asentía con la cabeza, asimilando toda su exposición. Ese pensamiento hizo filigranas en la mente. Y es que el tío me ponía. Un físico interesante, una mente inquieta, un punto canalla, un toque pausado y tierno… Aquellas miradas delatadoras eran como la luz de un faro en medio de una noche sin luna.

Anoté mi número de móvil en un espacio en blanco del tríptico publicitario. Me levanté con decisión de mi asiento. Sin dejar de mirarle, crucé el pasillo central que separaba ambos bloques de butacas. Los tacones resonaban a mi paso. Y, en medio de la expectación que mi acto produjo, le planté el papel sobre sus anotaciones. Aguardé unos segundos, aguantando la mirada, mostrándole un gesto altivo y seguro, y me alejé con toda la calma que me era posible hasta salir de la sala de conferencias.

- Este es mi momento de liberación, de locura… ¿te atreverías o lo tuyo solo es propaganda y bla… bla… bla…?  555.666.777

Aquel mensaje de mi puño y letra repicaba en mi mente produciendo un extraño acaloramiento. Un azoramiento entre vergüenza y deseo de producirse. Fui hasta la cafetería que había al otro lado del hall y me pedí algo de beber para calmarme. No tardé en recibir un mensaje. 

- Si me hubieras dejado tus bragas sí hubiera sido un acto de locura… Lo de tu número es una invitación para quedarme con ellas.

Me quedé impactada. ¿Cómo iba a imaginar un mensaje así? Era un caradura, o, simplemente, trataba de quedarse conmigo y ponerse a la altura de mi descaro. Escuché el sonido de los asistentes abandonando la conferencia. Decidí irme. Lo vi siendo el centro de atención de un pequeño grupo. No miré atrás. Me alcanzó un poco más allá, bajo la sombra del falso cerezo. Se produjo un silencio. Nos miramos a los ojos:

- Señorita, creo que tenemos una cita pendiente… ¿Se atreve usted o solo me va a regalar el bla… bla… bla…?






Relato perteneciente a la propuesta de este jueves presentada por Pepe
desde su blog "Desgranando momentos" donde podéis leer otros textos.

22 comentarios:

  1. Una mujer decidida , que sabe lo que quiere, dificil resistir su mirada firme y el ruido de los tacones al alejarse,Lucky guy sera' testigo de una noche inolvidable bajo los falsos cerezos espero este' a la altura de semejante Mujer

    ResponderEliminar
  2. Dicen que en todo texto se queda algo del autor, en los míos espero que no, en este espero que sí. Un abrazuco alegre

    ResponderEliminar
  3. Jaaaa , que genial , me encanto lo de las bragas impresionante jajahaha ,,te imaginas ese acto en real ..ella su punto de locura y él la sigue , puede ser tremendo ese contacto ..¿podrías seguir con él relato?? .
    Un fuerte abrazo y esa pizca de locura que nunca se termine.

    ResponderEliminar
  4. Como siempre, todo lo que sale de tu cabeza es mágico y da mucho juego.
    Un besazo...

    ResponderEliminar
  5. El punto de locura liga mucho.
    Bien llevado, jajajaja. Lo de las bragas, sublime.
    Besos.

    ResponderEliminar
  6. Me has hecho disfrutar de cada apartado, mi querida Mag... todo lo he vivido desde la primera butaca y la he visto en su altivez y lo he visto en su grado canalla, esa mirada que siempre acompaña la media sonrisa de quien se siente ganador.

    Sublime, superior... y me callo que parezco a Piqueras con los sinónimos... pero me voy encantada de leerte.

    Mil besitos preciosa y feliz tarde ♥

    ResponderEliminar
  7. Fantástico como siempre, siempre disfruto leyéndote.

    ResponderEliminar
  8. Me gusta eso de asimilar la locura a un acto de liberación. Es animarse a transgredir cuando permanecer dentro de los cánones es lo más seguro. Un abrazo 😊

    ResponderEliminar
  9. Dar el número de teléfono y desafiar con esas palabras es casi decir, ven que aquí estoy, así que lo de las bragas no me extraña como respuesta. Pero las locuras son así, no tienen medida.

    Beso dulce Magda y dulce fin de semana.

    ResponderEliminar
  10. jajajaja un punto de locura muy arriesgado,
    así de sin conocerse a saltar a lo sin-bragas jajajaja.
    No en vano esta es la Trastienda del pecado jajaja.
    Besos

    ResponderEliminar
  11. Completamente de acuerdo con que la locura tiene su origen en la cordura... o quizás sea al revés y al mismo tiempo, como una serpiente que se muerde la cola ;)
    Genial relato. ¡Me encantó la provocación tanto de la protagonista como del conferenciante!
    Un besazo Mag

    ResponderEliminar
  12. Qué bueno… Me encanta la picaresca de ambos… Pero tú me encantas más porque eres la autora jajaja… 😉
    Genial, preciosa… Un placer!

    Un abrazo enorme, y muy feliz finde!😘

    ResponderEliminar
  13. Eso si que es locura y que se quite lo demas. Buenisimo amiga, besos.

    ResponderEliminar
  14. Me encanta como lo explicas...

    Cómo nos gustan los toques canallas :)

    Qué mujer tan segura de sí misma, que redaños...

    Me ha encantado!! Me encanta ese punto de locura, esa personalidad...

    Precioso de verdad.

    Muchos besos, Magade.

    ResponderEliminar
  15. Cuando Gavilán se convierte en Paloma.
    Hay varias cosas, por no decir que casi todo me recuerda a alguien, llego con cierto descaro creyéndome mujer fatal y él me lleva miles de kilómetros de ventaja, me gusto mucho tu relato, me encantó.
    Beso

    ResponderEliminar
  16. un placer el leerte
    me gusta también el diseño de tu blog
    Todo un arte
    saludos desde la lluvia en Miami

    ResponderEliminar
  17. Ves? Es que los que nunca hemos tenido ese punto canalla y hemos querido ser respetuosos con las mujeres terminamos como pagafantas y son ellos, los canallas, los que han vivido las historias más interesantes.
    Bueno, como verás este comentario es mi primera reacción al relato, jeje.
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  18. Esos puntos de locura son los que más cuesta, pero una vez que los tienes seguro que no te arrepientes.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Dicen que quien tiene vergüenza ni come ni almuerza. Pues esta señorita quiere el menú completo y si no se lo dan, va en su busca. Pero tengo la sensación de que el emisor emite muy bien y el receptor, receptora en este caso, interpreta tanto o mejor. Se siente ganadora aunque tal vez sea ese punto loco el que hace que se vea así.
    Ese caballero canalla tiene más que punto, puntazo. Es la tentación del diablo puesta a los pies.
    Millones de gracias por pasaros por estos lares y hacerme disfrutar de vuestra compañía.
    Nos vamos leyendo en breve.
    Besos :-) :-)

    ResponderEliminar
  20. Disculpa que llegue tarde siendo el anfitrión, pero no me ha sido posible acudir antes. Me gusta esa desinhibición, ese punto de locura que la lleva a buscar de una forma decidida y directa aquello que le interesa. ¿Es locura o excesiva cordura?.
    Gracias por sumarte a mi convocatoria.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Pepe. No debes preocuparte por eso ni debes disculparte. Si no se llega, no se llega. Punto. Siempre nos podemos cruzar por el mundo virtual. Será por espacio :-) :)
      Gracias por tus palabras y por acercarte.
      Te leo la semana que viene o en cualquier otro momento.
      Besos.

      Eliminar
  21. Creo que se va a atrever. Noto una coherencia de los personajes entre lo que dicen y lo que hacen. Bien por esa locura, que libera.
    Besos con admiracion.

    ResponderEliminar

Sueña porque soñar es vivir y vivir es sentir...