Un Jueves, Un Relato
Los juegos de antes
De las canciones, me acuerdo de casi todas. De las reglas, de casi ninguna.
Churro, media manga y manga entera.
Y al burro me subí. Los lomos de Juanillo eran mullidos; los de Luisa eran como los huesos de los pollos, que se te clavan. Y venía el más burro de todos, el que se subía sobre los lomos de los demás y, entonces, el churro, era de verdad. Ni a medias ni a enteros. Todos por el suelo, unos encima de otros.
Y el cocherito, leré, me diho anoche, leré. que si quería, leré, montar en coche, leré...
A veces no era tan fácil saltar sin que la cuerda raspara las piernas, ni agacharse sin que la cabeza medio volara. Y entonces, cuando menos te lo esperabas venia «¡¡El tocino», y la cuerda era como un huracán de malas intenciones que te rodeaba sin piedad, haciendo chasquidos sobre el suelo y buscando la ternura de tus espinillas. Y el leré había había dejado de mecerse. A pesar de todo, las chicas éramos invencibles.
Luego venia el fútbol, y no es que sea cosa de chicos, es que ellos eran muy brutos y los goles te los metían todos porque aquella portería parecía «el no va a haber mañana». Pero llegaba la venganza con las canicas y las vacas. Allí no había fuerza que medir, solo estrategia y buena tirada . ¡Qué colección más buena de vacas tenía! Cada una valía por tres o cuatro canicas. Salían en las bolsas de pipas. Ahora vienen en una pequeña red para colocar flores artificiales o adornar las peceras.
¡Huy, hablando de peces! Ir a coger cangrejos o renacuajos, incluso alguna madrilla plateada que parecía una anchoa y que nos duraba días y días en el frutero de cristal, hasta que un día llegabas y flotaba como un corcho, o los otros acababan en la cazuela, era toda una fiesta. Ahí que íbamos con nuestros cubos y nuestras redes. Ahora ni madrillas ni río, aunque el cauce sigue en el mismo sitio.
Uno, dos y tres, pajarito inglés...
Y el pollito, que era muy agudo, cantaba como alma que lleva el demonio, ¡y que no daba tiempo ni de dar un paso!. Claro, que mejor pasito a pasito que a zancadas porque como te viera mover, a la pared no llegabas ni de casualidad. Pero siempre estaba el listo de turno, que en cuatro pasos llegaba a ella, ¿y luego? Ahí se quedaba de contemplación mientras los lentos seguíamos jugando.
Y ya voy a acabar (más bien porque me sobran palabras), que si todo lo cuento, todo se sabrá. No puedo volver atrás en el tiempo, mas estas hazañas infantiles perduran y siguen iluminando mi vida, recordándome que ser niño es maravilloso, que no hay prejuicios: «¡Por mí y por todos mis compañeros!»; que el enfado no debe durar más de cinco minutos y que el bocadillo sabe mejor si lo comes a medias.
Pan con Nocilla y chorizo pamplonica... ¡¡¡Mmmmm!!
Este es mi aporte para la convocatoria juevera que coordina Inma desde su Molí del Canyer, donde puedes seguir recordando los juegos de tu infancia.
Encantandor y nostáligo relato de los juegos con los que nos divertíamos de niños.
ResponderEliminarMe has acercado a mi infancia.
Saludos
Huy... se me había olvidado lo del "lorito inglés" y anda que no me gustaba y a mis nietos también cuando jugaba con ellos en esas tardes que ya no sabías qué hacer con ellos.
ResponderEliminarGracias por tus recuerdos, que son los míos
la canción del 'cochecito leré' me la cantaba mi abuela.
ResponderEliminarsaltar a la comba requiere mucha agilidad y coordinación, yo habría sido incapaz.
un relato muy evocador. antes la vida era más sencilla...
besos!!
ajajajjajaja, nos has dejado una buena colección de juegos y de canciones , pero ese bocata de chorizo ya me has matao ajajá. Un besazo.
ResponderEliminarCuántos bellos recuerdos, cambian las palabras en los míos, porque de este lado del Atlántico los nombres cambian, pero los juegos son los mismos que yo he jugado en mi infancia, nostalgia pura, bellas palabras, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Cuántos juegos y frases y canciones y amigos, todo eso hace una infancia plena y que perdura en el tiempo reflejándose los recuerdos en sonrisas.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce fin de semana.
Aquí nos has reunido a jugar y divertirnos, cuanto compañerismo se pierden los de las maquinitas, que tambien estan bien pero... Gracias por los recuerdos y la alegría. Dulces sueños
ResponderEliminarUn buen repaso por tantos juegos de infancia. Ahora apenas se ven por las calles, pero era ese nuestro escenario más querido para jugar.
ResponderEliminarQué de recuerdos compartes, y con cuánta alegría. Un fuerte abrazo
Entrañables recuerdos enhebrados con la dulzura de quien los ha vivido con inocencia y felicidad! Muy afortunada! Me alegra que así sea y logres emocionar con ello al lector, Mag. Un abrazo y muchas gracias por compartir
ResponderEliminarCuántos recuerdos me has dejado en esta tarde de septiembre, mi querida amiga. Me ha encantado volver al pasado, cantar las canciones de antaño y traer a mis amigos con la voz en grito: Ajo picaoooo! Te quedas tú 😊
ResponderEliminarMil besitos con todo mi cariño y feliz día ❤️
buenoo, al fin alguien ha mencionado "el churro, mediamanga, mangotero, adivina lo que tengo en el puchero de mi abuelo" , eso se decia por aquí. Aqui Tracy hubiera dicho que aprendimos que la cadena siempre se rompe por el eslabón mas debil (mas pequeño y mas flacucho)
ResponderEliminary el pajarito ingles que por la descripcion pensaba que era algo de cazar un pollito jaja. Entre eso los cangrejos y las madrillas, ya pensaba: esta Mag nos ha salido un pelín asilvestrada😝
besoss enormes y multiples
Qué bonito escrito lleno de recuerdos compartidos, me deja un sabor nostálgico pero bonito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vamos que no teníamos tiempo para aburrirnos. Preciosa infancia! Besos.
ResponderEliminarHola Qamar, tú eres de mi quinta, jeje, como se suele decir, todo tal cual lo recuerdo, el churro que yo no sé cómo acabábamos todos en el hospital; el pollito inglés que más de uno volaba y esas meriendas de pan con nocilla, ¡qué buenas! Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Hola Qamar, que buen repertorio, madre mía como he disfrutado recordando esos momentos que has descrito muy bien, las meriendas de pan con mantequilla y salchichón y de pan con nocilla o con chocolatinas. Qué tiempos!! Buen aporte. Un abrazo
ResponderEliminarMe gustó lo de la estrategia venciendo a la fuerza. Todo un aprendizaje.
ResponderEliminarLas fotos son muy ilustrativas.
Interesantes recuerdos. Besos.
y nom volevrán esos juegos, hemos transmitido muchas cosas muchos valores pero los juegos el tiempo ha ido en nuestra contra. Había juegos sólo para chicas o para chicos, y algunos en los que participabamos juntos Recuerdo " el látigo" poniamos al final de él al más torpe y al provocar los giros iba dando trompicones hasta caerse haciemndo la risa de los demás Un abrazo
ResponderEliminarMi segundo blog sí tiene espacio para comentar:
ResponderEliminarhttps://franconettihavielto.blogspot.com
Mi participación de esta semana viene de una entrada de mi primer blog:
https://franconetti-aula-abierta.blogspot.com
En el primero perdí los comentarios. Algunos de vosotros me recordaréis, supongo.
Saludos.
Cuántos recuerdos tan entrañables, Mag, qué bonito lo has planteado, cómo me gustaba cantar el cocherito leré, y ese pan con nocilla que me llevaba a la calle mientras jugaba.
ResponderEliminarUn placer leer tus juegos.
Un beso enorme.
Hermoso tu relato, lleno de ternura e ingenuidad (en el mejor sentido de la palabra)
ResponderEliminarY respecto a tu pregunta, claro que puedes hacer uso de mis cuadros, como lo mencionas, haciendo referencia a su autoría. Gracias por tenerme en cuenta
Paz
Isaac
¿Seremos parte de las últimas generaciones con recuerdos de sus infancias?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Que recuerdos! Definitivamente estas canciones nos transportan a otro tiempo! Igual que el recuerdo de aquellas meriendas tan especiales, ya casi extintas! Je, je! Un abrazote Mag!
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