Un Jueves, Un Relato
En el fondo del mar
En los confines del océano, donde las aguas tranquilas se convertían en un escenario de tormentas despiadadas, se ocultaba un secreto ancestral. La zona, marcada en los mapas marítimos como desaconsejable, guardaba en su seno una ciudad perdida. A pesar de las leyendas oscuras que la rodean y la falta de exploración, los vestigios de antiguas culturas revelaban la existencia de esta enigmática metrópolis. Aquel mar de intenso azul maravillaba a los navegantes, pero sus profundidades eran inaccesibles y peligrosas. Sin embargo, la curiosidad y el anhelo de descubrimiento impulsaron a algunos valientes a aventurarse en busca de la ciudad perdida.
Su padre, y, antes su abuelo y su tatarabuelo, habían intentado desentrañar los misterios que yacían bajo las olas. Ahora, Mar —no podía llamarse de otra forma—, y su equipo, con tecnología avanzada, desafiando todo riesgo y basándose en los minuciosos estudios de sus ascendientes, decidieron sumergirse en las oscuras profundidades. Allí, entre las sombras del abismo, con seres que jamás salían a la superficie, vestidos de luminiscencia o carentes de pigmento que no fuera un espectral blanco, hallaron las ruinas de la antigua civilización. Las inmersiones eran limitadas debido a las corrientes intensas y la presión. Al salir, las tormentas embestían su embarcación, lo que les recordaba que no estaban solos.
Pngtree imágenes |
Parecía que el tiempo se hubiera dormido sobre aquella ciudad cuyas torres semejaban cristal y brillaban con una luz misteriosa que, evidentemente, no procedía de la superficie. Pero su descubrimiento les había llevado a desvelar un secreto aún más oscuro. En lo que se suponía el corazón de la ciudad, el equipo encontró una especie de diario de piedra cuya escritura arcaica era indescifrable, pero, con la ayuda de un grupo secreto de eruditos, se pudo identificar una serie de símbolos que narraban la verdadera razón de la desaparición de la ciudad perdida. No se trataba de aquel dios mal interpretado que sí atestiguaban las civilizaciones perdidas. sino de un amenazante monstruo para la superficie.
Con el conocimiento del terrible secreto, Mar comprendió que la ciudad perdida no era un tesoro que debía ser encontrado, sino un peligro que debía permanecer oculto en las profundidades del océano. Y que todos aquellos sueños de niña, aquellas ensoñaciones revividas una y otra vez, no eran más que recuerdos ancestrales de una batalla olvidada, donde los dioses ayudaron a sepultar la ciudad junto al monstruo. Ahora sus investigaciones tomaban un rumbo diferente, confiando en que el secreto quedara guardado para siempre en el olvido.
Este es mi aporte (50 palabras de más) para la convocatoria juevera de la semana, donde podéis hallar, si deseáis, más relatos al respecto.
Ancestrales monstruos, nos acechan en las profundidades.
ResponderEliminarUn horror como el de Lovecraft, seguro así es como debe ser, son seres de mucho poder, muy difíciles de combatir debido a sus características gitanescas. Son también inmortales, quizás escape a los Dioses.... tal vez si, tal vez no. Grandioso relato, me lo he gozado con mucha atención.
ResponderEliminarMejor no revivir aquello que debe quedar sepultado en las profundidades, pero a veces la curiosidad puede más y también la ambición. Y si fuera cierto?
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce fin de semana.
Realmente me gustó mucho tu micro, realmente no era lo que pensaban y mejor que quedara sepultado para siempre, me encanto, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Un lugar desconocido que no merece ser dado a conocer, muy original giro a la usual historia de mundos redescubiertos. Te felicito por el éxito de esta nueva convocatoria, Mag. Gracias por tu tiempo y dedicación. Un abrazo
ResponderEliminarMe faltaba tu fondo del mar y la espera ha merecido la pena, nos dejas un gran texto que nos despierta pensamientos. Un abrazuco
ResponderEliminarLo de zona desaconsejada es lo que hay que poner para que la gente vaya. Al menos Mar culminó lo que ya era una tradición familiar.
ResponderEliminarEl tesoro oculto que todos esperábamos se ha convertido en un monstruo oculto, esperemos que muerto...
Los japoneses no tuvieron tanta suerte. Godzilla escapó 😜
Besoooo enormeeee
El ser humano siempre ansía desenterrar lo oculto y descubrir lo desconocido, y no se ve que en ocasiones hay cosas que es mejor que queden bien enterradas y en el olvido, por la cuenta que nos trae! Je, je! Un abrazote Mag y felicidades por esta convocatoria tan submarina y enigmática!
ResponderEliminarLo que no vemos es lo que más nos atrae porque nos dispara la imaginación. Un buen texto, muy bien llevado.
ResponderEliminarUn abrazo
Los monstruos que se ocultan en la oscuridad del océano allí deben seguir, por el bien de todos. La amenaza, no obstante, está muchas veces fuera, aquí entre nosotros, en forma de gobernantes insidiosos y centros de poder que manejan muchos hilos del mundo terrenal.
ResponderEliminarUn gran relato, Mag. Felicidades.
Debe de ser una gran frustración para Mar. Ha hecho el descubrimiento de su vida, con el soñaron su padre y su abuelo. Pero lo tendrá que ocultar, para que la ciudad siga oculta con su monstruo atrapado.
ResponderEliminarConcuerdo con que se relaciona con la temática de Lovecraft, el Horror Cósmico.
Podría recordar lo de «No está muerto lo que puede yacer eternamente; y con el paso de los extraños eones, incluso la Muerte puede morir».
Besos.
Hay cosas que es mejor dejarlas enterradas, porque si subieran a la superficie tal vez el mundo sería diferente. Un texto inquietante, ¿y si fuera verdad?.. Un besote grande.
ResponderEliminarNo hay dudas de quién es el monstruo de la superficie.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Siempre queda el enigma de ese monstruo.
ResponderEliminarGenial, como siempre.
Un placer
Beso