Nuestro amor fue al revés.
Yo venía de vuelta y tú empezabas.
Yo me había cansado ya y tú, aún no sabías.
Cuando ya no creía nada fue cuando tú, -increíble-, apareciste.
Con las cenizas de mi última eternidad solitaria un demiurgo amable volvió a fabricarme.
Entonces decidimos que ya estaba bien de andar comiendo manzanas.
Y nos desnudamos
y esa serpiente que era yo,
se deslizó por tu cuerpo
y se reconcilió con Dios.
Marjiatta Gottopo
Bendita decisión que hace volver a creer y sentir
ResponderEliminarBesos, niña
Siempre hay un punto de encuentro cuando uno quiere encontrarse con el otro, lo demás sólo surge.
ResponderEliminarDulces besos y buen finde.
Y si no se cree en que se puede volver a sentir....en que creemos?....
ResponderEliminarUn beso
Comer del fruto prohibido, mientras la serpiente devora su cuerpo para hacerla añicos de placer.
ResponderEliminarMe encanta la imagen.
Un beso.
La serpiente implica Pecado pero también sabiduría y femineidad entre otras cosas.
ResponderEliminarEl fruto prohibido no lo es por malo, lo es por lo que supone de apertura de horizontes.
Besos grandes.
hermoso poema, me gusta.
ResponderEliminarme gusta, este poema.
ResponderEliminargracias chicos ;)
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti por tu arte y poder identificarnos con él.
ResponderEliminarBesos.