Queridos todos..., todas...
Se acerca el final del año y no vamos a echar la mirada atrás si no que vamos a ponernos en posición y mirar hacia adelante donde todo lo nuevo nos espera... Vamos a intentarlo con una sonrisa y con actitud positiva, con las mejores intenciones.
Gracias por los momentos que hemos compartido, por esos instantes de intimidad, por esos otros donde, sin darnos cuenta, nos hemos conocido un poco más y hemos reafirmado los vínculos existentes.
Gracias por la personas nuevas que han aparecido en mi vida.
Gracias por vosotr@s que nunca habéis dejado de estar [y ser].
Gracias, también, a quienes se fueron porque significa que no eran para mi vida.
Y gracias, sobre todo, a esas otras personas que se marcharon irremediablemente, que dieron luz a mi vida, que me enseñaron que el alma humana es muy bella... que tanto me enseñaron. [Tanto me diste.]
Y pido disculpas si por el camino me dejo de visitar a alguien, si no estoy siempre al cien por cien o, simplemente, me pierdo sin más. Hay cosas que no cambian.
Mis deseos son los mismos de siempre, renovados como votos por estas fechas y en esas otras que nos son significativas.
Disfrutad de la vida y de todo cuanto ella tiene a bien ofrecernos [a veces debería Baltasar traerle un saco lleno de carbón pero bueno :-) ] y que la magia inunde cada momento de felicidad que vivamos.
Brindo por seguir compartiéndolos y disfrutando de nuestras letras y de nuestros Pecados tan especiales. Alimentemos a las musas [o que vengan comidas, pero que nos pillen despiert@s.]
Por cierto, eliminé el post de Navidad, y, por consiguiente sus comentarios, con estas manos de árbol que me han sido otorgadas. Gracias por vuestras muestras de aprecio tanto aquí, en la Trastienda, como en el otro lado.
¡¡FELIZ AÑO
2018!!