En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

29 de diciembre de 2017

Feliz Año Nuevo...

Queridos todos..., todas...
Se acerca el final del año y no vamos a echar la mirada atrás si no que vamos a ponernos en posición y mirar hacia adelante donde todo lo nuevo nos espera... Vamos a intentarlo con una sonrisa y  con actitud positiva, con las mejores intenciones.


Gracias por los momentos que hemos compartido, por  esos instantes de intimidad, por esos otros donde, sin darnos cuenta, nos hemos conocido un poco más y hemos reafirmado los vínculos existentes.


Gracias por la personas nuevas que han aparecido en mi vida. 
Gracias por vosotr@s que nunca habéis dejado de estar [y ser].
Gracias, también, a quienes se fueron porque significa que no eran para mi vida.
Y gracias, sobre todo, a esas otras personas que se marcharon irremediablemente, que dieron luz a mi vida, que me enseñaron que el alma humana es muy bella... que tanto me  enseñaron. [Tanto me diste.]



Y pido disculpas si por el camino me dejo de visitar a alguien, si no estoy siempre al cien por cien o,  simplemente, me pierdo sin más. Hay cosas que no cambian.
Mis deseos son los mismos de siempre, renovados como votos por estas fechas y en esas otras que nos son significativas.

Disfrutad de la vida y de todo cuanto ella tiene a bien ofrecernos [a veces debería Baltasar traerle un saco lleno de carbón pero bueno :-) ] y que la magia inunde cada momento de felicidad que vivamos.
Brindo por seguir compartiéndolos  y disfrutando de nuestras letras y de nuestros Pecados tan especiales. Alimentemos a las musas [o que vengan comidas, pero que nos pillen despiert@s.]

Por cierto, eliminé el post de Navidad, y, por consiguiente sus comentarios, con estas manos de árbol que me han sido otorgadas. Gracias por vuestras muestras de aprecio tanto aquí, en la Trastienda, como en el otro lado.

¡¡FELIZ AÑO 2018!!




7 de diciembre de 2017

Mi Paraíso...


Me acercaré despacio, sabiendo que me esperas. Mis pasos serán seguros, decididos pero pausados. Te miraré a los ojos, directamente, atravesándote con mi mirada, del mismo modo que Tú lo haces desde ahí, acomodado en tu sitio, digno, elevado, superior… Paciente, con esa sonrisa que se intuye pero no se perfila.

Y a dos centímetros de Ti, me detendré. Pondrás una mano en mi cintura, en la parte posterior. La otra, en mi cuello, abierta, ajustada suave a su curva, sintiendo el latido de mi pulso. Acercarás tus labios a los míos… pero sé que no me besarás. Dejarás que se consuma tu aliento en el mío mientras mis manos pensarán dónde ir...

Una a tu muñeca, la de la mano que se mantiene en mis pulsaciones. La otra parecerá dudar. Al final, se instalará en tu nuca… Y provocaré el beso. La unión de tu boca con la mía, la entrega de tu lengua con la mía en esa contienda de saliva, donde lucharán por dominarse la una a la otra, donde empezarán a zigzaguear con fuerza, saqueando el resto de la boca…
Y nuestros cuerpos se pegarán, se soldarán poro a poro, piel con piel, latiendo al unísono en la misma respiración… tan acompasadas como desiguales al momento… Tu boca reventará la mía, hasta que los labios nos duelan, hasta que las lenguas no encuentren más tacto que el deseo de nuestros sexos…

Y me entregaré a Ti, siendo la voluntad de tus deseos hecha carne, deshaciéndome en los jugos de mis melazas, entregados a la dureza de tu aguamiel…, atrapándola antes de licuarse, de desleirse… Antes de formar parte de mí, antes de ser yo parte de Ti. Y en ese último embate con el que me perfores; en ese último suspiro en el que tu mirada y la mía se delaten mutuamente; en ese último hálito de vida envuelto en esos gemidos, en esas respiraciones entre cortadas, en tus palabras alabadas, en las mías maldecidas… cuando inmovilizada bajo tu peso, asida por las muñecas, enredada en tus caderas… nos bendiga la lujuria desmedida…


Solo en ese instante, donde el deseo y la pasión fluyen, donde el alma se vuelve carne, donde el sino es solo nuestro... Ahí, solo en ese instante, viviremos nuestro propio Paraíso, ese Paraíso de bendito Pecado donde quedamos bendecidos.

¿Dónde está el paraíso? ¿Qué es?
La respuesta, en el blog de Vivian este jueves.
El mío, hoy, ahora, este…