En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

31 de diciembre de 2020

El Baile

Por estas fechas, el buzón se convierte cada día en el mapa del tesoro. Descubrir la tarjeta de invitación de Monsieur Dulce para su Baile de fin de año es un acontecimiento que conlleva una catarata de emociones y sensaciones. 
Abrí el sobre con la impaciencia de una niña que espera el mejor regalo. Sencillez, concisión, ese toque tan suyo..., tan personal, tan elegante, tan agudo.



Cae el atardecer bajo un cielo arrebolado y colmado de nubes. A través de los cristales de mi ventana, la ciudad se define con un perfil sombrío que aligera el brillo de las luces. Mi vestido, tan negro como el alma de un diablo, tan lleno de arabescos como el infinito de un enigma y tan sutil como descarado, queda pendiente sobre la cama. Un toque de color para arropar mi desnudez. Un aroma profundo para ambientar mi piel y dejar la esencia que pretendo: Embriagadora pero sin aturdir. Huella innata de aquello que se desea y acaricia con Pecado.


Aún siento la sinuosidad de su caricia ovalando mi rostro. Ese roce de su piel encarnando el deseo. El hacerlo en mí luz de oscuridad, luminaria de un carnaval de piel, de un abismo de puros flagelos en los pliegues de la carne. Saberlo horizonte en la bacanal de mi boca porque el anhelo y la magia de una noche peligrosa esconden enigmas que se acaban por descubrir más allá de las miradas impenetrables, esas que atrapan como un conjuro... indescifrablemente explicable.

Se eriza todo mi ser y el reflejo de mi mirada me habla de lujurias y bendiciones. El instinto ruge pendiente de un baile, de una canción sin letra que despierta a la Hembra, insinuante, escultora de sus ansias leoninas. Sí, efectivamente, ya estoy lista para tentar al Pecado y con un poco de sutil astucia, vencerlo a mi favor, rendir a la fiera y hacer del Macho un yaciente de inquietud latente que le encienda la sangre y revele su naturaleza salvaje.
Sí, estoy perfectamente preparada para enfrentarme al destino de esta noche que brillará con la delicada luz de mil interiores, con el volteo de faldas acompasadas, de punciones enervadas unas, anheladas otras, consumadas... tal vez, y de mil sueños que se harán lascivas realidades o meras ensoñaciones de juvenil reclamo.

Monsier Dulce me digo, ábrame las puertas de sus Dominios que vengo con prisas calmas e inocencia oscura, dispuesta a romper la noche y robarle la mejor de sus sonrisas mientras sus brazos danzan quedos en torno al seísmo callado de mi cuerpo.



Pasados unos días, no podía dejar de agradecer la invitación. Una señorita como yo no puede permitirse el lujo de ser descortés con un caballero del temple de Monsieur Dulce:


Gracias, Monsieur Dulce, por la invitación un año más a su magnífico baile donde ha hecho gala de su perfecta organización. He de decirle que la decoración era exquisita y me quedo sin palabras para definir su fabuloso vino.
Disfruté incomensurablemente de la compañía del resto de los invitados y fue un placer haber coincidido con personas que, usted sabe muy bien, son maravillosas. No cabe duda de que su baile, Mi Estimado Dulce, es el perfecto punto de encuentro para fortalecer el vínculo de amistad que a todos nos une. Gracias, una vez más por hacerme partícipe de un evento tan significativo y por deleitarme con una velada tan agradable e intensa a su lado.
Espero pueda acompañarme uno de estos días a un almuerzo en mi casa y agradecerle personalmente la atención que me ha dispensado.

Suya, 

Mag

19 de diciembre de 2020

Una luz...

Podría escribir esos renglones llenos de guirnaldas e iluminarlos con ráfagas de sonrisas. Y lo hago, desde esta Trastienda donde se columpian todos los sentires que, arrebolados, escaldan la piel,
acarician el alma y ponderan cada latido del corazón. 
Bordo estas letras, desde el mío, para desearos unos días llenos de paz, de serenidad. Unos días que, pese a ser diferentes, atípicos, no dejan de ser especiales.

Millones de gracias, una vez más, por vuestra comprensión, por tocarme la mano desde la distancia, por dejarme el ejemplo de no sentir esta y percibiros como uno más de los míos. Y por todas las tarjetas navideñas que ido recibiendo y que he guardado en mi cofre de los regalos custodiados con cariño así como todos los mensajes de afecto.

Feliz Navidad

y un Año Nuevo 


que sea simiente de momentos placenteros, de deseos cumplidos, de realidades concebidas…, de ilusión, dicha y comunión con nosotros mismos.
Enciendo velas para que se ilumine nuestro camino.

Por si deseáis tomadlo como un presente, vuestro es porque no dispongo de todos los correos o de otra forma de enviaros la tarjeta. Para mí, un auténtico honor.

2 de diciembre de 2020

Dŏlens...

Has tocado la brecha de mi alma, acariciado con espinas los cuajos de mi no invocada soledad, la que no hará techumbre. Y me revelo hechicera, meditadora y libertaria de mis propios oscuros, insanados en la magia negra de un destino desconcertado y medio convaleciente. Soy amadora de la luz que palpita en mi infinita esencia, en el brillo latente de mis silencios y en el grito callado de mis sentires.

No, no reniego de mi dolor ni sacrifico mi libertad templaria. Encauzo mi sino como semillas pétreas de llamas caducas, de rendires sublevados y de ignotas presencias. Clamo, desde el talud de mis quejidos, la hebra que hará costura en mis heridas. Sanadora, ebria del gozo de la vida, impongo mis manos sobre el lecho de mi pecho, sobre cada uno de mis latidos, y emergeré... Dama entre los cristales que apuran mis ojos y serenan mi doliente ánima.

Fotografía de A.M. Lorek


Este texto es mi aporte a la convocatoria de noviembre, Dolor(es), que hace Gin desde sus Variétés para nuestro Paraíso de Letras donde puedes ver esta y otras participaciones.

Gracias infinitas, Gin.


10 de noviembre de 2020

Agimus Gratias...

Los días son especiales 
porque las personas que me rodean lo son y así los hacen. 
Solo puedo agradecer emocionada cada uno de vuestros gestos, cada detalle, 
cada abrazo que me llega y cada palabra de aliento que me cobija. 

A todos, a todas... porque anidáis en mi corazón y tocáis mi alma.

GRACIAS INFINITAS.



Duna 

Hoy Eres Tú, Centro de este día, Columna vertebral de sus horas,  que acabarán formando parte de tu diario de Vida. Hoy Brillas Tú, y a tu lado gravitan Destellos que potencian Tu Luz.

Auro



Sonríe... y sé muy feliz en este nuevo ciclo. Sigue iluminando el mundo, y a quienes te rodean, con el brillo de tu sentir y sensibilidad. Azul de Magdalia, Mağade Qamar, Dama del Viento... Mag.
Contigo todo tiene más valor.
[...hay corazones tan profundos que no tienen medida...]

Amapola Nina



Chanté Noir
Chema


Charly
Gude
Brendi
 y todas aquellas otras personas que me han tenido en sus pensamientos en algún momento y habéis dejado aquí vuestra huella y vuestro cariño.
Sea en vosotros, como siempre, el mío.

8/11/2020

8 de noviembre de 2020

Cenital...

Crepita este silencio atrapándome como la noche,
vistiéndome de la constancia de cada latido
siendo, en el hueco de tus manos,
penitencia que obedezco.

Rea soy de la prisión de tus ojos
—callados deshielos de arrojo negro—
y me redimo, fuente yerma,
en el verbo mísero que brota entre tus labios.

Danza umbría, mis sentimientos calmos
desheredados de pasiones inciertas
cuando, al estío de tus pulsos,
se hacen, mis sueños, escarcha.

Abro mi pecho
al poniente de mi alma
donde no yace quimera
ni estorba suspiro.
Y es, al nadir de mi mirada,
que el cielo, su luz declama sobre mí.


25 de octubre de 2020

Incalma...

Tengo un destino para mis noches 
acunado en el aliento de un silencio que brota en el hondo del alma 
y se pasea, casi desterrado, por los soliloquios de mis ojos. 

Mil pensamientos se mecen, 
ramas de sauce llorón que acarician,
con la punta de sus dedos,
los resquicios de sus pies, 
y se arremolinan en una espiral de infinitos latentes que, 
como bocas hambrientas de lobos negros, 
gañen clamando un cielo que no escucha. 

Y si el viento ulula y desbroza las sombras que de luna desean vestirse,
lloran en la amargura de sus pasos mientras el horizonte, 
tañido a golpes de soledades, 
destila el canto frugal de los pájaros de la noche 
cuyas garras abiertas al desnudo de mi espalda,
arrancan el hastío que me moja.
Y con sus alas encendidas de ébano nocturnal
me prenden vuelo desde la incalma de mi tibieza.


He estado un tiempo ausente de todo esto pero quería agradecer el interés y cariño demostrados para conmigo. Con estas letras me despido durante un período de tiempo indeterminado. 
Os echaré de menos, no lo dudéis, y espero no me olvidéis porque, cuando regrese, al igual que dijeron Fray Luis de León o Miguel de Unamuno: "Dicebamos hesterna die", decíamos ayer.
Y será ayer cuando volvamos a vernos.

Cuidaros mucho, sed felices y no dejéis de escribir.
Un abrazo inmenso.

11 de octubre de 2020

Cicatrices...

Ya estoy en casa, donde el silencio insiste durante largos periodos cobijándose en cada poro de mi piel. Solo la tibia luz al entrar por las ventanas insufla cierta calidez. Al fondo, mi destino y ese palpito acelerado hasta abrir la puerta. El irreverente frío asola mi respiración y me invade una bofetada de puro realismo. Ahí está Kiro, con Metallica a tope, y el cuerpo inerte de un chiquillo venido a pandillero, dispuesto a recibir las últimas cicatrices de una guerra que nunca debió ser la suya.


84 palabras
Concurso "Relatos en Cadena" de la Cadena Ser y Escuela de escritores. 
Semana 4 (5-10-20): Ya estoy en casa. 
Máximo 100 palabras sin contar titulo y frase introductoria.

8 de octubre de 2020

Entre la Niebla...

Un Jueves, Un Relato
Niebla


El silencio va tomando nombre mientras deseo beberme las nubes que levantan esos mil caballos avanzando al galope, con sus crines blancas ondeando, espolvoreando por sus ollares el rocío de la noche y el brillo límpido de un amanecer nacido en sus ojos. Y saltan el muro y arrasan la hierba, las flores y la tierra. Engullen en su velo albino, bajo su extraña sombra, los gigantes que pierden la cabeza. Luego, el corazón y, al final, caen de pie. 

No pienso. No deseo pensar. Hago que mis pensamientos se pierdan sin fijarme en el camino que decidan tomar.
Se detienen las bestias ante mí. Sus rostros se pegan contra mi pecho y sus relinchos silenciosos, pero insistentes como vampiros de luz, exudan contra él. 
Me hipnotizan. 
Siento sus caricias en mi rostro y su aliento enredándose en mi pelo formando pequeñas cascadas enzarzadas. Cierro los ojos. Respiro el frescor cansado de sus bocas antes de volver a mirarlos y saber que dentro de ellos, la vida sigue latiendo.



Esta semana nos convoca Cecy o Simona (convocatoria), desde su blog con la luna, donde nos invita a hablar de la niebla y donde podéis, si deseáis, leer otras creaciones.

4 de octubre de 2020

De azules, la vida...


Fotografía de Oleg Oprisco


Cayeron todos los soles, 
refugios de mil gotas de preñado azul. 
Escampó el cielo 
y se tiñó del rojo infinito de mis infiernos, 
de los esperanza de mis ilusiones,
de los cerúleos violáceos de mástiles alados 
que postulan mi juicio.

Miré al bálsamo eterno de añiles
y sonreí clamando lágrima por cada minuto de felicidad,
por cada latido que, interrumpido, contenía el viento.

Se tiznó mi falda de los colores llovidos
y el parasol, trufado de sus esencias, 
se abrió cálido por la promesa
de que el blanco de su alma
será impoluto al pulso de mi mirada.
Brillo inmenso para la luz de mi vida.



Mi aporte a la propuesta  de septiembre. "Imaginación", que hace Gin desde Variétés para "Paraíso de Letras". Picando en la imagen inferior podéis leer más propuestas, empezando por el reconocimiento de esta :-)




1 de octubre de 2020

Tú no matarás...

Un Jueves, Un Relato
Hablemos de libros


Ha finalizado la Guerra Civil española. La vida ya no es igual para nadie pero, sobre todo, para los del bando perdedor, que, sin culpa ni disculpa, se ven sometidos a ser considerados menos y, además, dar las gracias por ello. Ver, oír y callar. Pero no siempre se puede ni se debe. 

Tres jóvenes, Fernando, Catalina y Eulogio, se ven movidos a irse fuera de España por diferentes motivos pero como una piña, leales a la amistad que se profesan desde niños y por el respeto que los hace especiales y únicos. Atrás quedan su país, su barrio y su familia para buscar, con la dignidad que les queda y los secretos y fantasmas que cada uno guardan, una nueva vida, un nuevo sentido. Un sentido condicionado por heridas a las que no permiten sanar.

Catalina vive una obsesión egoísta con la que arrastra a todos. Eulogio lucha contra los estigmas sociales desde su más profundo silencio. Fernando, no solo se descarna en el amor profundo si no que también intenta deshacerse de los fantasmas que le persiguen desde aquella noche.
Cargados con una mochila en la que llevan una vida vacía, emprenderán huida desde Madrid y, con el sueño de alcanzar Alejandría, recorrerán Lisboa, París, Praga..., Estados Unidos, Jerusalén o Santiago de Chile con distintas suertes y distintos zapatos, mientras el mundo se carcome en medio de la Segunda Guerra Mundial, permitiéndoles cruzarse con una serie de personajes que les mostrarán que la vida tiene muchos caminos y no todos son tan amargos como los que ellos se han empeñado en vivir.

La novela está dividida en tres partes con escenarios diferenciados.  Reconozco que Catalina llega a ser "cargante" y obsesiva, desesperante para el lector. Infantil también. Fernando peca de poca sangre. Se deja arrastrar por una lealtad y un sufrimiento ciego que le impide ser feliz. Eulogio es el más reservado y el que tiene más antorchas encendidas en su interior.  Para mi gusto, podría ser un personaje con mucho más partido, y algunos secundarios, tienen una fuerza impresionante que ponen equilibrio.

En la última parte, hay, tal vez, excesiva documentación sobre la Schutzstaffel y mención a algunos de sus miembros, solo para encauzar un por qué de uno de los protagonistas cuando en realidad se está potenciando la presencia de un secundario que al final se queda ahí colgado. Supongo que la cantidad de personajes secundarios vienen a dibujar ese sentido de familia del que carecen los protagonistas.

El final, ni es bueno ni es malo. Diferente. En algunas cosas, previsible. Tal vez podríamos esperar algo más pero en él, es la primera vez, que uno de nuestros muchachos demuestra verdadera determinación. De todos modos, es una novela ágil y dinámica, que se lee bien, sobre todo en las dos primeras partes. La última es un poco, como apresurada. diría yo. A mí me ha dejado un buen regusto por eso me permito recomendarla.
Lo que sí puede definir a esta novela es Amor. 

Portada de la novela


Esta semana, Inma (convocatoria), desde su blog nos invita a hacer una reseña de un libro. He elegido Tú no matarás de Julia Navarro pero en  "Molí del Canyer"  podréis ver otras recomendaciones si deseáis. 

27 de septiembre de 2020

Cierre de Convocatoria...

Un encuentro más, y casi de nuevo con el pasado, pues llega el cierre de mi dinámica, y con él agradecer vuestras narraciones, historias de toda índole, la mayoría reminiscencias de un pasado bonito, con sentimientos abiertos. En otras, la pasión desbordada en base a un pretérito que dejó huella, y, en alguna, hasta el misterio y el terror. Es decir, que ha habido de todo como debe ser.

Me despido como anfitriona hasta el año que viene pero nos seguiremos viendo cada jueves en las convocatorias de los compañeros así que, quedamos de este modo. 

Muchísimas gracias, de verdad, por acompañarme en estas aventuras que, en ocasiones, son como devaneos mentales, pero que se hacen con todo el cariño del mundo y cuyo resultado, no puedo menos que decir que es muy grato.

Os convido a pasar por la convocatoria, —un encuentro con el pasado, sin lugar a dudas—,  por si ha habido algún compañero que ha llegado un poco más tarde y se nos ha podido perder de la lectura. 

Y ya, sin más dilación, os dejo con Inma que, desde su blog "Molí del Canyer", nos dirigirá una vez más.

Besos y abrazos.
Hasta el próximo jueves.

24 de septiembre de 2020

Encuentro con Mi Pasado...

Conforme me acercaba algo dentro de mí se removía pero no había marcha atrás. No hubiera querido regresar ahí por nada del mundo pero cuando el destino decide darte tirones de oreja, no queda más que agachar la cabeza y tirar para adelante. Subí las escaleras y una gran puerta de madera tallada se abrió para mí, chirriando. Todos los recuerdos revivieron de pronto. Las carreras, las risas, los llantos...Las grandes fiestas, las reuniones  familiares. y aquellos celos que me traían loca cuando mi primo César se fijo en Violeta. 

El abogado de la familia, un tipo estirado y entrado en años y carnes, no dijo palabra alguna. Me dediqué a seguirlo sin mentar palabra mientras mis ojos se iban escalera arriba. Aún podía escuchar el crujir de la madera al pisar cada escalón... Y el sonido extraño de algo rodando.


Me deshice de su presencia con una dulce y exquisita cortesía. Quería comprobar una cosa pero para eso no precisaba testigos. El interior se mantenía en penumbra y con ese olor rancio de haber permanecido cerrada demasiados años. Los retratos tapados, los muebles y lámparas protegidos por sábanas blancas llenas de polvo. Respiré hondo a los pies de la escalera y enfoqué con la linterna aquel mueble antiguo. Levanté la tela con cuidado y vi, entre sus patas, el cuarterón de los muchos que embellecían la pared.

Estuvieron mucho tiempo buscándola. Todos concluyeron, en base a mi llorosa pero magistral narración, que Violeta se había metido en el bosque, algo que teníamos totalmente prohibido. Nadie dio con ella. Seguía siendo un caso sin resolver. Me había disculpado demasiadas veces y jamás había vuelto a contar aquella historia. Nadie me la recordaba.

Apoyé la mano en la pared. Parecía que el secreto seguía siéndolo. Supongo que por que nadie sabía de su existencia, salvo Violeta y quien me lo contó. Y los dos estaban muertos. Ni siquiera figuraba en los planos, de los que tenía constancia. Además, nos fuimos al concluir el verano, por lo que Violeta pasó sola todo el invierno y parte de la primavera siendo mi mejor secreto. Y de eso, me iba a seguir ocupando.


20 de septiembre de 2020

Convocatoria "Un Jueves, Un Relato"...


Encuentro con Mi Pasado
[24 de septiembre de 2020]



Ha pasado mucho tiempo desde aquello pero, quizá no el suficiente porque todavía, como un sueño recurrente, traquetea en la mente. Posiblemente, debió ser así. O, probablemente, se podría haber hecho de otra forma o, quizá, no haberlo hecho y, tal vez, solo así, no rondaría por la cabeza para evocar emociones y sentimientos que no son tan sencillos de obviar. Pero la vida, jugando un poco con el azar y el destino, vuelve a posicionarme en un punto y seguido tras aquello.

¿Qué sucedió? ¿Era bueno o no tan bueno? ¿Qué sensación me produce? ¿Son gratos recuerdos? O, tal  vez, ¿no lo son tanto? ¿Me gustaría vivir de nuevo todo aquello?, ¿reencontrarme con alguien?, ¿sentir el palpito de aquel hecho?, ¿de aquel momento?¿Podría hacer algo si tuviera una nueva oportunidad? ¿Depende de mí? ¿Lo vivo de nuevo? O, por el contrario, prefiero dejarlo tal y como está e intentar olvidar, o, vivir con ello porque merece la pena o  porque, simplemente, no puedo alejarlo de mí.

Son preguntas que dejo al aire para que a partir de ellas y del encabezamiento, imaginemos una historia que deberemos escribir en primera persona.
Os recuerdo la extensión en torno a las 350 palabras y que, como en todas mis convocatorias, si deseáis, podéis elegir la imagen que mejor se adapte a vuestra narrativa. Deberéis dejarme el enlace a vuestra entrada aquí mismo, a partir de la media noche del miércoles y hasta el sábado, nadie debe quedarse fuera. 

Ahora, solo cabe agradecer vuestra atención y esperar que la dinámica os parezca lo suficientemente interesante como para participar.

Os espero.
Abrazos y besos.


10 de septiembre de 2020

Horros...

Un Jueves, Un Relato
Monstruos

Decidida a perderme en el hueco de sus silencios y reptar más allá de donde los pasos pudieran alcanzarme, rompí la noche y atravesé todas sus sombras. No le solté la mano ni un solo momento. Atrás, la verja que se abría a la libertad... y a la incertidumbre. Todo mi cuerpo se estremeció. No me importó que mis pies tocasen todos los charcos del camino o mis rodillas, en la lánguida huida, sintieran el duro impacto de la caída. Mis ojos no veían nada de atrás pero tampoco perfilaban hacia adelante. Mi mente estaba obtusa. Solo en ella reinaba una idea, una convicción, una decisión: Liberación.

Liberación de los yugos que nos mantenían blindados a la dura y vacía disciplina de unas manos que no sabían más que de cesarismo, a las impronunciables palabras rodando sobre la humildad de nuestros seres y cuyos golpes fresaban nuestra sensatez, nuestra simetría.

Todo lo dejaba a mi espalda, mas nada perdía.
Todo estaba por delante, mas nada tenía.

«Si es preciso, desciendo al tártaro, me arranco las entrañas y libero mi alma, me extirpo los ojos y me abro en llagas antes de volver a ser una pieza en su mano», les decía a mis compañeros. «Me niego a la oscuridad donde cortan nuestras alas cada amanecer, donde la sangre tiene menos valor que la de un cochino, donde nos miden a varazos o donde nuestros nombres quedan presentes solo para los rezos en silencio». Todos, imbuidos por el miedo se llevaban las manos a la cabeza. Unos albergaban la esperanza del logro. Otros, rechazaban la idea de la muerte. Le miraba a él. Sería mi sombra o, tal vez, sin saberlo, mi luz.

Me perturbaba el látigo partiendo el aire y arrancar, agreste y sin piedad, la piel de quien osaba levantar la vista o mirar hacia atrás, de quien no fuera lo suficientemente rápido o insuficientemente lento, de quien olvidaba agradecer la desgracia o implorar un perdón que jamás llegaba. Ni las oraciones recomponían el grano de dignidad que aún nos quedaba y que no habían logrado despedazar.
No temo a los demonios del averno porque nada es comparable a la cruel, despiadada y sádica realidad que infligen estos atroces endriagos desde la que imponen cadenas y se erigen dueños y señores con una lealtad extraída del látigo y la humillación.




Esta semana, Moni, ( convocatoria)  nos convida a hablar de monstruos en cualquier de sus diferentes acepciones. En su blog, "Neogéminis", podéis ver las distintas versiones que cada participante ha tomado.

5 de septiembre de 2020

Guardianes...

Era mi última mañana antes de hacer efectiva mi renuncia «voluntaria» a mi puesto de trabajo. Tenía algunos pendientes por hacer, informes y tonterías que había dejado para el final. Estaba ya a punto de irme pero me distraje charlando con unos colegas cuando la vi entrar de nuevo en la biblioteca. No había ido por ahí en algunas semanas y debió de haber estado en tres o cuatro ocasiones anteriores. 

A su paso siempre el silencio se había rebelado. Su forma de vestir era, tal vez, demasiado provocativa. Y sobre sus altos tacones, emergían unas largas piernas que despistaban a cualquiera. Su voz era suave, envuelta en un susurro que silbaba en el oído. Cada vez que venía, observaba todo con la misma avidez y curiosidad de una primera ocasión. Me daba la sensación de estar buscando algo en concreto o esperando a alguien. En realidad, nunca lo supe... Hasta entonces. 

Ese día entró acalorada, con cierto nerviosismo, algo extraño en ella que siempre mostraba una fría calma. Vino directa hacia mí y, tras un saludo liviano, me preguntó directamente por la antigua cripta, una especie de cámara acorazada donde se guardaba lo más sagrado.

 —... Es tema de vida o muerte. Tengo que entrar. No me mires así, sé que existe... Mi abuelo fue encargado mayor de la biblioteca por lo que no puedes hallar excusa. 

No hacía falta decir nada para que ella entendiera que lo que me estaba diciendo caía en saco roto. No era difícil conocer detalles de la Biblioteca y menos nombres, pero sí hubo un dato que solo unos pocos podían saberlo. Sabía de la nueva puerta. La anterior había sido clausurada. 

—¡Por favor! ¡Los carabinieri están al caer y ahí hay algo que puede salvarme la vida! Te daré todas las explicaciones que precises pero, por favor, necesito entrar —dijo, echando la mano sobre el mostrador para abrir el puño y dejar a la vista una pequeña llave que reconocí al instante. 

Entonces, no dudé. Iba a acompañarle pero se negó. No deseaba ponerme en peligro. Guardé la llave en mi bolsillo pequeño del pantalón. Me temblaban las manos. Aquella llave... Mi abuelo me había dado una igual. Supe que ella y yo teníamos algo en común. 

—La guerra lo destruye todo, solo se salvará lo que libreros como yo consigamos esconder a los militares. Matan a los ilustrados para que los iletrados afines a sus intereses parezcan inteligentes. Como premio a sus favores, les ofrecen puestos de trabajo, aunque no valoren nuestro patrimonio. 

Una semana después, antes de partir en avión a Estados Unidos y después de mandar los informes que ayudarían a los aliados a empezar a ganar esa guerra, pasé por la puerta de la biblioteca. Dos guardias uniformados hacían guardia en ella. No sabrán nunca lo mágicos que son esos templos de libros y de historias. Al cruzar la calle, un coche casi me atropella. Ella, desde el interior, me sonrió.


Estas son las letras que aporto a la propuesta "Diario de Vacacionesque hizo Gin para julio y agosto en "Variétés" y para "Paraíso de letras" o "Lovelybloguers" donde podéis leer esta y otras historias.


Gracias, Gin, una vez más.

28 de agosto de 2020

Un Jueves, Un Relato
Aniversario: Historias de Demiurgo


En otras ocasiones...


Una gran ciudad como esta se convierte en una trampa para ratones. Cazar a un humano no siempre es tarea fácil a pesar de tantos como hay. No todos cumplen mis requisitos. Saciar mi instinto requiere algo más cualquier cosa. Necesitaba soltar mi adrenalina, ponerme al límite. Retar y sacar lo más oscuro de mí para mi mayor satisfacción. Lo demás, siempre me ha sido indiferente. El sufrimiento es pura adrenalina. El riesgo, lejos de ser un tabú,  se convierte en un aliciente.
Se me ocurrió inscribirme en una agencia de contactos de élite. Y tras varios días, obtuve la primera llamada. Alguien tenía conmigo un alto nivel de coincidencia.

Felicity, un placer conocerte —dijo el tipo envuelto en aires dandis, tomando mi mano para besarla. Pude sentir su pulso en mis dedos. Aquella sangre era pura ambrosía. Como pude, controlé mi sed y la lujuria de mi doble hilera de dientes mientras notaba mi saliva espumosa, hirviendo en mi boca.
—El placer es mío, sin duda.

Había logrado mejorar mi método de caza. Ahora podía disfrutar de mis presas sin tanta avaricia a pesar de mi avidez. Tras mi último encuentro con Zarck, éste me había inoculado una especie de bacteria presente en mi saliva, con efectos anuladores de la voluntad e insensibilidad al dolor. Solo tenía un inconveniente: Debía llegar al riego sanguíneo.
Tras la primera copa y algo de seducción, lo tenía buscando mi mano intencionadamente, acariciando mi pierna de manera sutil, mirándome a los ojos lascivamente. Literalmente, en aquel beso, le hinqué el diente. Sin embargo, a pesar de que mi efervescencia era notable y mi poder in crescendo, y que en mi cuerpo notaba cambios brutales al igual que en mi mente y sentidos, sentía un palpito extraño, como si hubiera un cortocircuito en alguna parte de mí.  Como si una puñalada me hubiera atravesado las entrañas, me doblé sobre mí.
Me miró fijamente. Le sostuve la mirada con irreverencia fría. Y le reconocí. ¡Zarck! Ante mí, esa parte salvaje y menos despiadada de mi naturaleza se estaba revelando. Nuestro apetito sería saciado.  Sangre, sexo desmedido... Lujuria para una noche que prometía otra cosa.

Autorretrato: Gus Avancini

Esta semana, Demi  desde su Hurlingham particular y para celebrar su octavo aniversario con el blog, nos convida a retomar la sinopsis de algunas de sus historias para hacerlas nuestras.
Mi elección es: Un hombre contrata a una celestina (o agencia) para conocer a una mujer. Y le presentan a una mujer peligrosa. Pero a pesar de eso, parece haber una sincera atracción entre los dos.

Demí, que este año sea el primero de los siguientes ocho. Un número mágico. Y que nos sigamos encontrando en este mundo tan curioso de letras y vivencias.
Un placer poder participar y ofrecerte el texto como un regalo particular para ti.

23 de agosto de 2020

Cierre de Convocatoria...

Un nuevo reto superado. No ha sido nada fácil, ni de plantear ni de escribir, ni para vosotros ni para mí, pero ahí que hemos estado, como auténticos jabatos. Nada nos echa para atrás. Así que cierro la convocatoria de este mes y os aguardo en septiembre, que sí, me queda una por mi parte y no como me empeñé ya que para el año que viene :-) 

Os quiero agradecer infinitamente vuestra participación, el acompañarme en esta tremenda aventura y permitirme dirigir de una manera tan sencilla.
Muchísimas gracias a todos, a todas, de corazón, y felicitaros por los trabajos. Nos hemos tenido que extender un poquito más pero el tema lo requería, así que no hemos de sentirnos incómodos por ello. El arte, la imaginación, la creatividad de un escritor no debe ser jamás limitada y que sea como sea, sigamos hilvanando palabras.

Me despido ya, contenta por todo, y no os prometo no pensar tanto o complicar la vida en la próxima que me toque. Os recomiendo echar un vistazo al listado de participantes por si alguien ha llegado a última hora, y ya paso el testigo a Demiurgo, a ver con qué idea nos sorprende.

Os recuerdo que existe la página de Inventario donde está el listado de convocantes, incluidos los futuros, y las propuestas pasadas. Para el último trimestre ya están las plazas tomadas pero si alguien desea información o en un futuro apuntarse solo cabe comunicarlo a la coordinadora, Cas, elbalcondecas@gmail.com o por ahí están los correos de cualquiera que gustosamente ayudaremos en lo que podamos.

Cuidaros mucho y, de nuevo, mil gracias.
Nos vamos leyendo.
Besos y abrazos muchos.

20 de agosto de 2020

Un Jueves, un Relato
Steampunk



Veía la ciudad como si no la conociera. El vitral me ofrecía una perspectiva diferente pero seguía siendo igual de arcaica en el fondo. Apenas tenía luz y la que había, era oscura. No había amanecer, tan solo un polvo denso y anaranjado.
El tiempo había seguido su imparable camino hacia adelante mientras el Hombre había sido abocado en sentido contrario. El mundo que alguna vez había sido ni siquiera era un insignificante recuerdo para los que aún tenían memoria. Para el resto, simplemente, no existía. 
Vivíamos bajo la autocracia de hombres y mujeres de un estatus superior difícilmente alcanzable. Los Azules habían limitado todas nuestras libertades e instaurado un pensamiento único que nos hacía sus esclavos, sus conejillos de Indias, caprichos de sus retorcidas mentes, peones de sus juegos. Nosotros éramos los grises, marrones y negros.

Mi nombre es Varanda y pertenezco a ese grupo de innombrables, clandestinos y perseguidos hasta la aniquilación total, formado por insurrectos de todos los distritos y apoyado por algunos Azules insurgentes que deseaban alzarse contra el sistema que nos anulaba. Nuestro objetivo era sobrevivir y proteger a la población. 

Sabían que en cualquier momento sobrevendría un ataque. Había demasiados prisioneros en sus granjas. No podríamos rescatarlos a todos pero sí darles una oportunidad. Los Azules insurrectos nos eran de gran ayuda. Entre ellos, Beslas, un soldado de élite que había perdido un brazo en una de aquellas contiendas. Ahora llevaba una prótesis mecánica, una eficaz arma perfectamente acoplada a su especial naturaleza. Había sido sometido a un programa de rediseño genético. Su ira en el combate era el veneno que lo convertía en una auténtica máquina de matar. Su antídoto, una sustancia de elaboración altamente compleja de la que en escasísimas ocasiones podíamos disponer, pero habíamos descubierto que tenía el mismo efecto del desahogo sexual o de subir un ochomil.

— Con esa mano no nos serás de gran ayuda. Mejor, quédate —me dijo Beslas, sabiendo que lo que me dijera sería inútil.
—Mejor una que ninguna —le repliqué, dándole una palmada en la espalda y adelántandome a sus pasos hasta que lo hizo él.

Bajo su mando entramos en el cuartel menos protegido. Estaba alterado, iracundo pero todavía controlable. Destrozó puertas, mató a todos los guardias que se pusieron por delante.  Y no fue el miedo lo que nos dejó paralizados sino aquella sin razón que contemplaban nuestros ojos. Aquel conjunto de seres humanos desnudos, torturados y ultrajados sexualmente a los que aquellos despreciables Azules habían quitado hasta el último ápice de dignidad. La visión era indescriptible. Solo los que habíamos vivido aquello podíamos dar cuenta de ello.
A algunos era mejor matarlos y liberarlos así de la lenta muerte que se alimentaba de ellos.

Rescatamos a tres compañeros. A la voz de «¡Escapad!», fuimos soltando al resto. La confusión estaba creada. Corrimos por pasadizos tan oscuros como el alma de aquellos que cubrían el suelo a nuestro paso. Teníamos que llegar al helipuerto. Una patrulla de Azules apareció. Beslas se quedó a despistarlos. Despistar era un verbo con significado diferente para él. Nosotros corrimos hacía las libélulas que ya humeaban a unos metros del suelo. 
Subimos deprisa y esperamos unos minutos que aproveché para improvisar un vendaje en la mano que tenía sana hasta entonces. En alguna parte, me había hecho un corte que me cruzaba la palma de la mano derecha.


Beslas llegó totalmente alterado, cubierto de sangre. Sus ojos marrones se habían tornado completamente negros. Aquello no era bueno y en el trasiego había perdido sus inyectables. La nave tomó altura y salimos de ahí. Beslas temblaba excitado y gritaba transmitiéndonos un pánico desgarrador. 
Yo sabía qué hacer o, al menos, podía intentarlo. 
Entre ocho apenas lo mantenían quieto. Lo abracé gritando su nombre, buscando en la oscuridad de su mirada un atisbo del ser que no era en ese momento. Le bajé los pantalones y miré al resto cuyas miradas eran una mezcla de todo.

—¿Sois capaces de matar y no sois capaces de echarme una mano? —increpé, mientras les mostraba mis inútiles manos. Solo recibí silencio y sus miradas gachas.

Empecé a mastúrbalo con la boca Me abstraje de las miradas del resto, de la posible vergüenza que pudiera acometerme. Diez minutos antes estábamos luchando por salvar nuestra vida. Ahora, si no lograba calmarlo, no tendríamos más opciones que morir en sus manos o tirarnos al vacío. Cierto que no era el mejor lugar para una felación pero sí el único para salvar la vida.
Y si estaba en mi boca, se hacía.
Aquellos movimientos estuvieron a punto de partirlo por la mitad pero cuando su lechosidad salpicó mi piel, todo cambió. Beslas comenzó a controlar su respiración y los demás, también. Sus ojos volvían lentamente a tener aquel color dorado, y yo me vencí a sus pies, extenuada por la tensión.

—Creo que le debéis la vida —advirtió al resto mientras me ayudaba. Apenas tuvieron tiempo de más ante la evidente persecución de los moscas azules. cuyo zumbido se escuchaba no muy lejos.


Este texto, en el que me he pasado de palabras era complicado esta vez forma parte de la convocatoria de este semana. Picando en la imagen, iréis a ella y al listado de participantes por si deseáis leer sus historias.

16 de agosto de 2020

Convocatoria "Un Jueves, Un Relato"...


Steampunk
[20 de agosto de 2020]


Esta semana os invito a que nos sumerjamos en el mundo steampunk, término acuñado por K. W. Jeter en la década de 1980. o en cualquiera de sus corrientes.

Podríamos decir que es un auténtico crisol de fantasías, con matices de ciencia ficción, de fantasía onírica tan cercana a los cuentos de hadas o a la oscuridad más absoluta de los de terror, historias de aventuras e incluso románticas totalmente ucrónicas, utópicas o no, positivas o negacionistas pero todas moldeadas a gusto del autor para soñar y jugar con un tiempo y espacio que es reconocible, generalmente, amparadas en una estética que nos recuerda a la Inglaterra victoriana o eduardiana, con una tecnología retrofuturista donde la máquina de vapor es el símbolo de esta nueva era en la que el hombre tiene en la ciencia una fe tal que le llevará a conseguir lo imposible mientras otra parte de la sociedad sigue encorsetada en el más profundo puritanismo.

Podemos imaginar una serie de maquinas y artefactos majestuosos rebosantes de engranajes, bielas, remaches de acero y tuberías cromadas con medidores de presión, siempre movidas por el omnipresente y poderoso motor a vapor y una fantasía que, anacrónicamente, es real.

Julio Verne y H.G. Wells, entre otros, ya ambientaron algunas de sus historias en este universo, inventando máquinas y tecnologías anacrónicas basadas en complejos engranajes que funcionaban a vapor o mecánicas impulsadas por movimiento. Incluso Mary Shelley, con su Frankenstein de 1818 o, la más desconocida, El último hombre, de 1826, ambientada en un futuro que va desde el año 2070 a 2100 y donde escribía sobre pesadillas apocalípticas, ya nos mostraba precedentes.
Cabe destacar la estética en muchas películas como La máquina del tiempo,  Val Hensnig, Wild Wild West, Sherlock Holmes, Sky Captain y el mundo del mañana, La liga de los hombres extraordinarios, Hugo y un largo etcétera.


Como sabéis, la estética tiene su marco pero sale de él para moverse por el binomio tiempo-espacio desde la antigüedad, pasando por la época del oeste, del medievo hasta la Inglaterra o el París del s. XIX, una morada en un planeta o el mismísimo siglo XXX. Plagas, seres de otros mundo, animales prehistóricos en medio de Manhattan... La imaginación no tiene límites.

Buscad las imágenes que os gusten para vuestras historias siempre dentro del margen de las 350 palabras. Intentarlo no es asegurarlo :-) y lo digo por mí que seguro que es imposible que en 350 pueda uno expresar una historia así. Un reto, sin duda.
Podéis dejarme los enlaces en esta misma entrada a partir del jueves o miércoles para los impacientes :-)

Espero que la idea os sea agradable y motivadora.
Gracias por vuestra atención y muchos besos.
Os aguardo.



PARTICIPANTES
  1. El oso
  2. Charly
  3. Gabiliante
  4. Cecy
  5. Albada
  6. Moni - Neogéminis
  7. Campirela
  8. Myriam
  9. Inma - Molí del Canyer
  10. Mag
  11. Víctor
  12. Montserrat
  13. Demiurgo
  14. Dafne

13 de agosto de 2020

Reminiscencias...

Un Jueves, Un Relato
Objetos cotidianos


Monedas, un par de ellas de esas que deberían estar en un museo, una pluma cuya punta rae el papel, un peine de nácar de color grisáceo al que le faltan algunos dientes, un reloj de hora atrasada que podría ser la última, un juego de tres llaves de forja maciza, diferentes en su dentada, sujeto a una cuerda de esparto con varios nudos, un par de carretes de hilo, blanco y negro, el blanco casi negro y el negro casi blanco. Y todo metido en una descolorida caja de puros Condal número 5 que todavía conserva uno de sus sellos verdes. El paso del tiempo y de la vida parecen traer a mis manos recuerdos que nunca he tenido. 

Levanto la vista sobre el horizonte, y llevo mi mirada hacia el finito mar, ahí donde se besa con el cielo que, profuso y arrebolado, se vence sobre su propio reflejo. Ondeo mis pensamientos de forma queda... pero desordenada, mientras un atisbo de lágrima parpadea en mi ojo izquierdo. Dicen que las lágrimas que brotan por el izquierdo ojo son de tristeza. Tal vez la pena me embriague o sea otra sensación que se le parece.
Quizá solo sean reminiscencias del alma que se visten de eco.

El destino se traza sobre mi vida dejando un halo de imágenes talladas sin memoria. El pasado late en alguna parte que desconozco. Un nombre, un apellido... Que no son mi nombre ni mi apellido. En cambio es algo mío, es algo que los huesos saben, que la sangre llama y el brillo involuntario de mis pupilar revela.



Esta es mi aportación a la convocatoria de Alfredo para este jueves. 
En su blog "La Plaza del Diamante" podéis ver otras historias.