Imágenes
Me embriagó aquel aroma entre humanidad y colores, entre frutas y vocerío. El sol hacía que todo pareciera más apetitoso, que los naranjas asemejaran el eterno amanecer y los verdes, rojos y amarillos..., el imperio de los sentidos. Y ahí estaba ella, menuda y regordeta, con su toquilla de ganchillo y su pequeño sombrero, que solo era el adorno de su pañuelo. Me quede observándola. Buscaba las naranjas con las hojas más tiernas, las más frescas, ajena a lo que el vendedor le decía para convencerla. Me sonreí. Después de mucho rato se iba y pasaba a otro puesto para regresar más tarde. Compraba un par de aquí, otro de allá y hacia una cesta multicolor de cosecha fresca.
Nos volvíamos a cruzar. Ella me miraba y yo le sonreía. Continuaba en silencio con aquellos pasos cortos y rápidos, que me recordaban a algún animalillo, hasta llegar a la fuente. Ahí se refrescaba un poco, miraba al cielo, y seguía caminando hasta perderse por la esquina del callejón de los oficios donde el sol daba de lado y el bullicio era constante. Otro día más en el paraíso.
Este es mi aporte (188 palabras) para la convocatoria juevera de esta semana que coordina Inma desde su "Molí del Canyer". Ahí podéis ver otras fotografías al uso y leer a otros participantes.
Encantador relato Gracias mi Maga azul
ResponderEliminarUn paraíso muy particular, en el que los Anglès sonríen su tibio pecado.
ResponderEliminarun placer de nuevo.
Algunas veces solo hay que saber mirar, oler y sentir para ver el paraíso en muchos lugares.
ResponderEliminarRefrescante relato.
Un placer leerte siempre Mag
Besos
Leyéndote me dieron ganas de comer naranjas en el paraíso.
ResponderEliminarYo también elegí la misma fotografía, pero le agregue algo :-)
Besos, Mag
El paraíso también puede ser la cotidianeidad cuando está se envuelve de esa placidez con la que describes tu historia. Un momento cualquiera, pero especial si así lo apreciamos.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce fin de semana.
La naturaleza nos brinda sus mejores regalos, si sabemos cuidarla y conservarla. Debemos ser responsables y agradecidos. Un abrazo, Mag
ResponderEliminarQué bonito. Un relato pleno de bonitas y envolventes imágenes. Descriptivo y, sin duda, el paraíso!
ResponderEliminarUn placer, preciosa.
Abrazos y cariños 💙
Sabes ha sido super refrescante leer un texto así, me hacia falta. Un beso Mag, deliciosasa naranjas. Ricas, ricas. Ah y ese olor azahar muakkkk
ResponderEliminarTodo un arte esa compra de mercadillo... tiene algo especial.
ResponderEliminarMuy bonito tu relato, dulce como la naranja :)
Me has hecho sentir los colores, los olores y el momento a través de ese día de de mercado y de esa mujer menuda y regordeta. Precioso. Besos.
ResponderEliminarTimidez o el placer de solo nada. mirar y gozar. Un abrazo
ResponderEliminar¡Me encanta, Mag! Hay personas que llaman la atención; en un mercado, en un paseo marítimo, en una plaza... Tu relato me pareció como un rayito de luz (los relatos que acabo de leer van sobre todo de guerras e immigración *.*)
ResponderEliminarEspero que pases un finde maravilloso, preciosa 💜
Un besazo
Ahora entiendo porque mi Isabella Smith se equivocó al enviar a mi personaje al puesto de naranjas, quería que llegara a este Paraíso. (TE había puesto un mensaje antes, pero no lo veo, quizás se perdió en el Cyberespacio o entre mundos).
ResponderEliminarBeso enorme, mi querida Mag
jugar a ser testigo de un instante, ver una foto fija de una película, recrearse en lo bello que la vida nos regala, cada dia, en cada momento. Hacer de lo cotidiano algo hermoso está al alcance de todos, pero hay que tener mucho amor por la vida. Un abrazo
ResponderEliminarPrecioso, lleno de ternura y una mirada límpida. Qué bonito escribes, mi querida amiga. Pareciera haberme trasladado a ese mercado.
ResponderEliminarMil besitos con todo mi cariño y un abrazo apretujado ♥
Me llaman la atención esas personas, casi siempre mujeres, que parecen comprar la fruta como si esperasen que la fruta hablase... acarician, sopesan y huelen cada pieza hasta dar con las correctas. Yo voy detrás y pienso que algo se me escapa, a mi todas me parecen iguales....
ResponderEliminarMuyb bonito, ese sí pero no, esa mirada qu se cruza, ese silencio...en un paraíso, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Precioso y jugoso relato. Saludos
ResponderEliminarGran relato y bonita foto. Un abrazo.
ResponderEliminarCuanto más camino hacia atrás, más cuenta me doy del retraso acumulado.
ResponderEliminarEn la cotidianidad, en la sencillez, cómo si fueran margaritas, se deshojan mostrando una belleza increíble.
Muchísimas gracias por acercaros una vez más y dejar huella con vuestras palabras.
Besos y abrazos.