Uno de diez.
Empezaba a oscurecer cuando ya crucé el puente de Lena para trasladarme a la Rive Droite. París nunca duerme pero aquel atardecer parecía adormilarse, incluso la torre, cuyas piernas se abrían al puente, parecía languidecida. Las piedras florecían bajo mis pies y, a cada paso, cada arcada parecía cerrarse como si deseara que el atardecer no se reflejase en las aguas del Sena. Un puente que bulle y rebulle no podía ser que estuviera tan solitario, pero el frío y la humedad congelaban hasta el alma. Solo un pequeño crujir pude percibir en el eco de mis pasos y, como un fantasma, su figura apareció bordeándolos. Sus ojos, inundados de soledad, me miraron entre la niebla. Un tímido quejido agudizó mis oídos. Lo tomé en mis brazos. Sus huesos se dibujaban bajo su piel. Lo acurruqué en mi abrigo y juntos nos perdimos por el callejón. Luego le dije mi nombre. Después, vino el suyo.
Lo rescaté de entre la niebla, de entre el frío y la noche. Él, sin embargo, me rescató el alma.
Este es mi aporte (175 palabras) para la convocatoria de Myr proponiendo realizar un relato a partir de un inicio a elegir entre los dados. En su blog "De amores y relaciones" podéis leer otros textos si deseáis.
Sauveur es salvador en francés.
Me encanta, primero describes un ambiente misterioso y ese giro final tan tierno me ha pillado de sorpresa, qué bonito.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Noelia.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Sí, llevas razón, primero hay un clima nebuloso, más misterioso y luego, pasa otra cosa, algo más tierno.
Un beso enorme.
Es preciosa la prosa que has utilizado, Mag, París en tu mirada es un amanecer a la mirada, aunque oscurezca el día, aunque sea de noche, aunque el frío congele el alma, tú haces de ello una caricia con el brillo de tus letras. La verdad es que es un placer leerte, me ha encantado esta entrada. No sé qué han tenido hoy tus letras que me han relajado. De verdad, un placer.
ResponderEliminarBesos.
Mil gracias, María, por lo que me dices y porque así lo veas y lo sientas.
EliminarSi mis palabras te han traído cierta calma, ese es mi mejor premio.
Un beso enorme.
Pero qué bonito!
ResponderEliminarUn vínculo mágico, bajo una atmósfera que conjuga misterio y emotividad, bellamente descrita…
Me ha encantado, preciosa.
Abrazos enormes 💙
Muchísimas gracias por tus palabras tan bonitas, Gin.
EliminarEse halo entre la niebla y la ternura hacen magia.
Un beso muy grande.
Que bonito. Un micro tan oscuro que parecía encaminarse a un final bien distinto y termina de la manera más tierna posible. Además, adoro los gatos. Tu prosa es excelente. Feliz jueves, Mag.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Castelo. Yo también amo a los gatos. Tienen ese halo misterioso que atrapan o espanta :-9 De todo hay.
EliminarAl principio, la bruma lo acoge todo, luego la ternura la disipa :-)
Un beso enorme.
Que tierna historia, el cariño siempre abriga el alma, y los felinos saben ser agradecidos.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda.
¡Es que los gatos sois encantadores! :-9 :-9 ¡salvajes o mansos, encantadores!
EliminarGracias por tus palabras, Mi Estimado Dulce.
Feliz fin de semana.
Un beso muy grande y agradecido :-)
Muy bonito, con esa bruma donde el gatito llama la atención. Muy dulce.
ResponderEliminarUn abrazo
Ambos necesitan ese abrazo que los reconforte.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Albada.
Un beso.
Nos has llevado de la mano del Paris solitario por ese puente donde un alma va vagando sin rumbo en mitad de la niebla algo suave repleto de huesos hace que cambie su destino felino amoroso salvado los dos por necesitarse. Lindo, lindo. Un besazo
ResponderEliminarHola, Campi.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras y por sentir la ternura de esta historia que, en cierto, modo, con gato o sin él, nos ha ocurrido alguna vez.
Y, como dices, ambos se necesitaban y el destino los unió.
Un beso muy grande.
Estupenda historia, muy tierna, narrada con la nitidez de los detalles que le dan vida. Precioso. Un abrazo
ResponderEliminarMe gustan los detalles, Moni, a veces, me pierdo demasiado en ellos pero me recreo y lo vivo más para poder mostraros lo que mis ojos y mi sentimientos observan.
EliminarMuchísimas gracias por pasarte y dejarme tu huella.
Un beso enorme.
Has logrado un relato que transmite mucha ternura. ¡Qué encuentro maravilloso!
ResponderEliminarMIl gracias por haberte sumado a mi convocatoria. Beso enorme.
PD- Se recataron mutuamente: hermoso y vital.
ResponderEliminarGracias a ti por el anfitrionazgo, Myr.
EliminarLa ternura nunca está de más. Y en estos tiempos que no corre mucho, siempre es de agradecer.
Te dejo un beso enorme :-9 y una sonrisa.
Es posible que no sea demasiado correcto lo que voy a decir (escribir) pero es el que más me ha gustado.
ResponderEliminarLo he visto todo. La humedad, el frío, la noche. Lo he visto a él y me imaginado su cola y la forma que tienen de mirar sin mirar. He escuchado su maullido y, por un momento, hasta lo he podido tocar.
Ha sido un placer
Hola, Luiro.
EliminarMil gracias por tus palabras y, correcto o no, puedes decir lo que opines o sientas. Quizá el texto sea muy visual y ese halo nebuloso haga que sea más sencillo percibirlo pero, sea como sea, lo importante es que hayas disfrutando al leerlo :-)
Un beso enorme.
Ya puede venir frio, humedad, oscuridad y niebla que la compañia todo lo rescata. Y a veces lo cura, por pequeña que sea. Nos has dado calor
ResponderEliminarBesosss Mag
Un abrazo es siempre una manta que te cobija, sobre todo cuando uno acoge y recibe de la misma manera, con la misma necesidad.
EliminarMe alegra mucho verte, Gabi. Te extrañaba.
Un beso enorme.
Que distinto a todo lo que te leo....Me faltó el tacto del pecado.
ResponderEliminar¡Claro que es distinto!, esto es la trastienda. El pecado que da al otro lado de la cortina. Aquí todo es más sutil o más intenso pero con otros sentidos, emociones y sensaciones :-)
EliminarUn beso.
Me has llevado contigo a través de la historia hasta el encuentro de ese gatito. Buen relato. ¡Qué belleza en las palabras, despierta siempre París!
ResponderEliminarAbrazo
Esta vez ha sido París. En realidad, todo los sitios pueden tener magia. Solo está en la mirada y el sentimiento.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, Mascab.
Tenía tu comentario en spam. Cosas que pasan.
Un beso enorme.
Hola, preciosa. Ayer te dejé un comentario, pero veo que, una vez más, Blogger hace de las suyas. Me ha pasado también con otra amiga juevera.
ResponderEliminarNo sé si lo tendrás en Spam, pero bueno, en cualquier caso, decirte que me ha encantado la atmósfera que has creado de inicio, para acabar con ese maravilloso vínculo (que conozco),y que nos enriquece el alma...
Hermoso y poético...
Un placer, mi querida Mag.
Abrazos y cariños enormes, y feliz finde 💙
Pues va a ser que sí, Gin. Gracias por comentárlmelo porque nunca miro el spam. Ahí estaba el tuyo y los de otros dos compañeros.
EliminarAsí que te respondo en el otro :-) también :-)
Un besazo.
hoy no vengo sola,
ResponderEliminarno lo pude evitar, estaba en el carretera desorientado
cuando baje solo lo tome y subi con el
ahora duerme , ha comido y parece estar cansado yo tambien lo
estoy cansada
Mag esta conversación fue real Hablaba de un gato recogido por una amiga entrañable. Un beso
Como en mi historia. Hay tantas así y muchas tan de cerca. Nos hacen tanto bien.
EliminarGracias por pasarte, Rodolfo.
Un beso enorme 😘
Haces la magia de pasar de una escuela fría y turbia a la máxima calidez. Bello.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Inma.
EliminarTodos somos tiernos y se nota.
Un beso grande.
Qué belleza, Mag, no te puedes hacer una idea de lo verdad que me parece tu relato, además lo has contado que pura magia; tengo un gato con el que me pasó algo parecido, no es que yo lo rescatase de nada, quizás de un futuro incierto pero él sí que me rescató en aquel momento el sentimiento; me salió al camino y nada más verlo me invadió un sentimiento de plenitud, de felicidad. Tuve hasta que posponer mi regreso y dejar un vuelo para sacar otro porque la compañía con la que viajaba no permitía animales abordo. Mi gatito granaíno, es un ángel ;-) como el que tú tienes, el de la foto.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Hola, Esther con h;-)
EliminarEn mi casa siempre ha habido animales. Gatos mayormente. Muchos recogidos de la calle y con nosotros han muerto. Hacen mucho bien al alma así que lo entiendo todo.
Muchísimas gracias por tu historia 😸
Un beso enorme.
Una tierna historia de amor que te será fiel siempre.
ResponderEliminarMe encantó.
Un placer leerte
Besos
Muchísimas gracias, Charly.
EliminarCiertamente los animales son los más fieles aunque dicen que los gatos lo son a la mano que les da de comer.
Tengo mil historias con mis gatos. Ahora no tengo.
Un beso enorme 😚
Un encuentro inesperado, que influyó favorablemente en la protagonista.
ResponderEliminarBesos.
En ambos, Demi. En ambos. Dicen que nadie se cruza por azar.
EliminarMil gracias 😊
Besos 😙 grandes.
qué bonita historia, un gato rescatado en un lugar mágico como es uno de los puentes sobre el sena, en parís. la persona que le acogión, seguro que le dio la mejor vida posible.
ResponderEliminarbesos!! :*
Seguramente, Chema. Sin dudarlo y lo mejor de todo, que la buena vida se la dieron mutuamente.
EliminarUn beso enorme y mil gracias por acercarte.
Saliste ganando.
ResponderEliminarEs hermoso... Tan tierno, un rescate mutuo en un atardecer especial.
ResponderEliminarBesos.