En el céfiro, el crisantemo se despliega.
Palabras rotas golpean y lágrimas azules caen.
Sus ojos inundados tejen hilos de voces, sueños y entrega,
y de ahí nace una verdad de matices y muelles que acallan la pena.
El crisantemo florece, la vida se aventura.
En cada palabra, un destello de sutileza.
Y las lágrimas azules abrazan la flor de oro,
testigos silenciosos de su hermosa labilidad.
El viento se revuelve manso entre los pétalos frágiles de su esencia
y cada caricia es un susurro en el que el alma encuentra claridad.
Calma y volátil, fluye la danza donde el crisantemo brilla replicante.
Efímero y eterno, dicotómico,
destila su aroma para dejar en cada verso un crisol de pensamiento,
afilado como el aguijón de las abejas.
Así, el tálamo, se preña del zarco eco de las sonrisas ausentes.
La mujer llorando / Jana Brike |
Esta es mi participación para el reto del mes de mayo, «Floreciendo», que convoca Gin desde su blog Variétés, inspirándome en esta obra de las que se proponen y añadiendo la flor de oro o crisantemo de las que se sugieren.
Picando en la imagen puedes ir a leer este texto y otros.
Agradecerte también por aquí tu magnífica y hermosa participación, mi querida amiga.
ResponderEliminarUna belleza en forma y fondo; y desde ese tu verbo, siempre excelso, que acaricia los sentidos cual bonita y enriquecedora melodía.
Me llega el eco de ese latido que rezuman tus letras; esos hilos que tejen y engarzan el sentir que se expresa desde todos sus matices que conforman la verdad de la vida, y de todo aquello que, como mecido por el viento, a veces, nos traspasa el alma…
Un verdadero placer, preciosa
Abrazos y cariños enormes 💙
Nos dejas un eco que no es fácil de olvidar, tus versos son profundos al igual que el mensaje que deja.
ResponderEliminarEse guijón de abeja duele, se puede sentir hasta detrás de la pantalla.
Un besote grande Mag,
Que versos tan inspirados. Besos.
ResponderEliminarLágrimas derramadas como crisantemos azules, tus palabras visten de forma perfecta a la pintura, hasta la misma Eco no lo hubiera dicho mejor.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce semana.
Que los vientos lleguen con su fuerza renovadora, no con la destructiva. Besos, Mag.
ResponderEliminarMillones de gracias a todos y a todas por permitirme llegar hasta vosotros.
ResponderEliminarSiempre hay una fuerza, unas alas que se abren para apartarnos de la oscuridad, aunque, en ocasiones, hay que descubrir su belleza pues no siempre es tenebrosa y doliente.
Un beso enorme.
¡¡Cuánta ternura y delicadeza destilan tus versos que van como anillo al dedo con esa magnífica obra de Jane Brike!!. Besos
ResponderEliminarNo se me ha actualizado tu blog y te he recuperado desde un blog participante en tu reto.
ResponderEliminarTu poema es tan representativo de muchas situaciones que leerlo es como un saludo personal, el viento tiene rachas y a veces se convierte en brisa. Un abrazo