Un Jueves, Un Relato
La luz oculta del faro: La confesión.
«No sé por qué te escribo, tal vez porque no puedo llevarme conmigo tanto peso en la mochila, pero tampoco deseo que te hagas responsable de unos actos que no te competen. Casi seguro que añadiré un peso sobre tu conciencia, pero también sé que sabrás qué hacer.
»Los recuerdos, repetidos hasta la distorsión, me impiden contarte con pelos y señales lo ocurrido, Fue un acto horrendo, repleto de cobardía, en una noche de traiciones y secretos oscuros. Y los lazos que una vez nos unieron como amigos se desgarraron, y la confianza se convirtió en una sombra lejana, enraizada en el puro acobardamiento.
»Recordarás que el faro era nuestro refugio. En él se esconde el germen de la tragedia que perturba mi cordura. Bajo su luz, presenciamos algo que cambiaría nuestras vidas para siempre, dejando huellas indelebles, en esta caso heridas abiertas que no hay forma de que cicatricen.
»No fui yo solo. Fuimos todos: quienes mancharon sus manos y quienes nos las emporcamos con nuestro silencio. Todos somos cómplices de aquello, pero solo tú, entre nuestras mentiras y las amenazas de todos contra todos, resultaste injustamente culpable. Tú nunca bebes y tu sobriedad pareció inyectada de alcohol aquella noche.
»Sé que ni siquiera nos odias a pesar de tu encierro, tu vida hecha añicos y las alas cortadas, pero ya no puedo más. Estoy cansado. El símbolo en las paredes del faro grita el recuerdo de dolor y traición, como lágrimas de sangre derramadas por lo que pasó. Hoy, me veo obligado a confesar estos oscuros secretos para liberarte del pecado que te tiene preso. Mi culpa no se verá resarcida porque soy tan cobarde que mi vida da coletazos, pero, sí al menos, quedará constancia de tu inocencia.
»La fanfarronería nos condujo a la tragedia. La cosa subió de tono y las palabras acabaron en puñetazos, en una caída mala que podía haberse quedado ahí si no hubiera sido porque Pascualito, lleno de irá se abalanzó sobre Ricard, ante nuestros ojos. No hicimos nada, al revés, creo que le alentamos mientras con la botella que rompió en la propia cabeza de Ricard, le cortaba la garganta. Solo cuando la sangre lo encharcó todo, el silencio se hizo. Nos miramos unos a otros, como si estuviéramos haciendo un pacto tácito. Te observamos. Estabas inconsciente en el suelo, apoyado en un rincón, ausente de todo. Berto se apresuró a cogerte y acercarte hasta el cuerpo de Ricard. Le ayudamos y él mismo te colocó la botella rota en las manos, te manchó con la sangre de nuestro amigo y nos marchamos. Llegamos al barranco de El viejo y permanecidos ahí hasta el alba, hasta que la borrachera de sangre, alcohol y traición se había disipado. Entonces, llamamos a las autoridades, aludiendo que la fiesta había terminado, pero que te quedaste con Ricard. Era nuestra palabra contra la tuya, que no tenías, porque nada sabías, nada habías visto..., y la verdad quedó sepultada.
No espero que mis palabras encuentren comprensión, pero sí que con mi confesión, podamos finalmente liberar nuestras almas de las cadenas de la culpa. Solo deseo que te lleguen. Te abrazo desde allá donde me encuentre.
Rodrigo Nuez Blasco
PASCUAL LAMAS LASTORRES, c/ Vendimia, núm. 5.
RICARDO FUENTES VALPARTIDA, c/Vendimia, núm. 7.
ALBERTO CAPAZÓN MUROS, c/ Alta, núm. 4.
RAÚL ROMERO SANCHO. iNOCENTE.
Vecinos de Hallende».
Se produjo un profundo silencio en el despacho.
—El equipo médico del centro atiende a que su propia enfermedad mental le ha distorsionado la realidad y ha creado recuerdos inexistentes, pero nuestros forenses han abierto el melón y os digo que hay mucho más en esta carta. Hoy en día tenemos los equipos y estamos preparados para corroborar la verdad. Se le ha aplicado vigilancia constante para evitar un suicidio. Tenemos varios testimonios directos, declaraciones que deben ser cogidas con pinzas, pues entran en algunas contradicciones, pruebas suficientes y un inocente en la cárcel —dijo la inspectora de policía.— Tenemos mucho trabajo por hacer.
Me sobran doscientas mil palabras, ya lo siento, pero no he sabido por dónde acortar más de lo que ya he hecho, es más, casi escribo la novela entera :-)
Si deseáis, podéis ir tanto a la convocatoria como a la lista de participantes y leer otras historias sobre lo que pudo acontecer en el faro.
Me intrigaba como planterías tu relato.
ResponderEliminarY resultó muy bueno, con una conspiración contra un inocente, cuya inexperiencia en las bebidas alcohólicas le jugó en contra.
No creo del todo al escritor de la carta, sospecho que fue menos impulsvio de lo que dice.
Pero hay alguien que se interesa en la verdad, la inspectora, en sacar a un inocente de la cárcel.
Bien contado. Besos.
Pues no estaría mal una novela con esta trama que nos hace estar pendientes desde la primera línea. Una historia que además no es muy ajena a la realidad, ya que cosas así se ven en este mundo por desgracia. Otro gran relato de tu mano.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda y dulce semana.
No creo que te hayan sobrado las palabras, Mag. Al revés, se podría convertir en una novela o en el script de una película. De hecho, me recordó a la misma sensación de inquietud que generan "El faro" y "Shutter Island". ¡Genial!
ResponderEliminarAh, y me encantan las imágenes yuxtapuestas, particularmente la de tu caligrafía <3
Un besazo enorme, preciosa
Un relato que estaba esperando ver tu participación y desde luego no ha dejado de sorprenderme porque a pesar de ser una tragedia en la que la muerte está invitada desde el primer relato al último, tú la has planteado desde el punto de vista de la culpa que deja unos estragos más dolorosos que la propia falta de libertad siendo inocente.
ResponderEliminarTe felicito, Mag.
Se le gira trabajo a la policia si!! Tremenda situación! Que dilema! Me ha gustado mucho la expresión" Borrachera de sangre, alcohol y traición". Y es que siempre se dice que los niños, los borrachos y los locos siempre dicen la verdad... así que la policia tendrá que seguir la pista de la confesión, porque además se lo pone fácil indicando las direcciones de los culpables! Ja ja! Me ha encantado tu relato con un inesperado desenlace! Y lo hemos titulado casi igual! Je, je! Un abrazote Mag y gracias por tu interesante reto juevero de esta semana!
ResponderEliminarPerfecto complot para implicar a un inocente. Una detallada historia muy bien desarrollada y atrayente, Mag. Al final, la inspectora sacará la verdad a la luz.
ResponderEliminarFelicidades.
La cobardía, deslealtad y tantos sentimientos de culpa, la cabeza no le deja en paz.
ResponderEliminarSin duda esa carta habrá que analizarla y constatar lo escrito, si hay una sola idea del que el preso es inocente hay que hacer todo lo posible por sacarle de la cárcel.
Trabajo van a tener.
Un besote Mag. Feliz semana
Tremenda confesión en esa carta, la cobardía y la deslealtad entre los que supuestamente eran amigos.
ResponderEliminarUn inocente que sin dudas nada recuerda, tratando de analizar lo sucedido, con culpa y vaya uno a saber cuántas cosas pasaron por su mente.
Muy buena historia Mag, un abrazo.
PATRICIA F.
Me gusto el relato manejas bien el suspenso. Te mando un beso.
ResponderEliminarUn texto durísimo. El arrepentimiento, personal y colectivo, acaba en abrir mella en la mente del tipo. Hay acciones en la juventud que no acaban de poderse olvidar.
ResponderEliminarUn buen aporte. Un gran abrazo
¡¡Menuda imaginación! No esperaba ese giro final en absoluto. A mi no me ha sobrado ninguna palabra.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hoy he oido por la radio que en italia han sacado a un inocente de a carcel con 33 años cumplidos en ella, por un falso testimonio.
ResponderEliminarGenial lo de entrar en el campo de la distorsión de la realidad de alguien que escribe una carta y que en ella transmite una realidad subjetiva , igual que podia haber sido otra mentira. Destacar tambien que el confesor confiesa que lo hace para descargar su conciencia, mas que para ayudar al condenado . si lo que cuenta es verdad. Vaya que muy loco tampoco esta. No estamos hablando de cobardia, ni de traicion, que por malas que sean no son delito. Esto es acusacion en falso, asesinato y complicidad y encubrimiento y... no sé qué mas. Lastima que este loco, que cuando lo hizo no lo estaba
Megabesoooo
Una historia que suena muy posible, sobre todo teniendo en cuenta la impunidad y cobardía que gana a los bravucones estando en grupo. Que entre todos hayan después decidido callar para zafar del castigo resulta también muy creíble considerando la ralea de esos tipos. Pero la culpa sabe hacer su trabajo y llega por el más débil, seguro. Se ve que estabas muy inspirada, MAG jeje. Un abrazo
ResponderEliminarHay situaciones que ni la confesión, ni el perdón, sacaran la culpa. Ese es mi parecer. En el relato hasta esa opción te deja, desde el momento que pega ese giro inesperado de algo "que jamás se sabrá si es creado o real".
ResponderEliminarLa sensación de tensión, también esta explícitamente presente.
Un abrazo Mag, disculpa la tardanza :)
Me he extendido un poco demasiado, es cierto, ya lo siento, pero la historia ha surgido así.
ResponderEliminarMillones de gracias a todo/as de nuevo, no solo por haberme dedicado unos minutos a leer mi texto sino, también, por haber participado de una manera tan fructífera.
Besos enormes.