7 de febrero de 2017

3

En lo oscuro de la noche



Esta ciudad...
Parece que nunca duerme. De día el sol luce y, al ponerse este, tampoco reina la oscuridad pues miles de luces irradian en un apogeo que parece dotarlo todo de una inconmensurable magia. Y yo, desde mi atalaya, soy como un vampiro a contra natura. 

Así me he sentido desde siempre. De niña, típicos miedos nocturnos… De mayor, exceso de imaginación dicen… Un trastorno superable. Me gusta la noche pero, en cambio, siento un atroz pavor por la oscuridad, aunque no es en realidad a la carencia de luz a lo que siento fobia, sino a todas esas incertidumbres, todas esas maleficencias que encubre el ser humano bajo la estela nocturna. Cierto, no tiene hora esa maldad existente en algunas almas ajenas a la necesidad. He luchado contra ello desde que en vez de defender a los malos, decidí proteger a los buenos e indefensos juzgando a quienes les hacen daño. Verdad es que la justicia no siempre es eficaz. Ahí es donde decidí entrar yo. Sí, es tomar la justicia por mi mano, dirían. No, es ejecutar lo que las leyes no saben, lo que las pruebas no justifican…, aquello que no he podido castigar aun a sabiendas de que no cabía otra cosa. 

Dentro de mí latían esas ganas de quemarlo todo, de purificarlo. Por otro lado, el abandono al libre albedrío. No me siento eso que llaman “superheroína”. No tengo súper poderes. No soy invencible. No tengo el poder de la verdad. Solo Mi Verdad… Pero me sentía agotada. Además, esta sensación me estaba torturando como nunca. Tal vez porque no soy tan fuerte, tan segura, tan ágil, tan resolutiva como antes… 

Él siempre me ha apoyado. Me dice que es falta de seguridad, exceso de responsabilidad, que no puedo controlarlo todo. No está en mi mano. Solo puedo hacer una mínima parte de lo que me gustaría. 

Me enfundo en negro, me pongo mi distorsionador de voz y me subo a mi moto que, como yo, es sigilosa, parte del silencio. Así puedo obrar en consecuencia; siempre protegida en las sombras, jugando a la sorpresa… Dar el golpe justiciero, salir de ahí y que nadie sepa jamás quien ha dado digno final al mal. 


- No puedes abandonar. Para mucha gente en esta ciudad, tú eres la única esperanza que les queda… y también la mía. Eres una buena jueza, mejor mujer, y dentro de ti hay un ser que es capaz de todo por una injusticia aún a riesgo de perder tu carrera, de perder tu propia vida pues nunca sabes qué te encontrarás realmente. 

Llegaba a casa después de unos de esos días duros y había decidido que me tomaría la noche libre, disfrutar de una cena para dos, miradas cómplices…, regocijarme en estar con él. 
Tampoco se me había hecho extraño que no me respondiera a los mensajes o no me cogiera las llamadas. A veces ocurría en función de lo que llevara entre manos, pero sí me resultó raro ver su coche mal aparcado en la plaza del garaje. Tuve un mal presentimiento. Volví a insistir en una llamada. Nada. Saltaba el buzón de voz. 
Subí a casa con la mala sensación intensificada en mis adentros. 

Tal vez aquello fuera una especie de advertencia. Siempre había pensado y rechazado esa posibilidad, la de que alguien se tomara la justicia por su mano de la forma más violenta. Yo soy muy cuidadosa. No respeto mis horarios, no sigo los mismos caminos… pero nadie escapa a determinadas garras. 
La música estaba muy alta. Algo nada habitual en nuestra casa. Entonces, recordé el sistema interno de seguridad… No funcionaba. 

Respiré hondo. No sabía qué me encontraría dentro ni si sería capaz de hacer frente a lo que me hallara. Ya no me serviría ese don de la palabra, y saber convencer a la parte contraria, que reconociera su culpa y pagara por ella de forma legal, el poder anticiparme a los hechos… en plena oscuridad. Le localicé en el baño, mal herido, golpeado sin piedad; con el rostro casi irreconocible, tumbado sobre un charco de sangre y vómitos. Se había orinado encima por el dolor… o por el miedo a morir… pero aún respiraba. Sí, aún estaba vivo y yo no iba a parar hasta encontrar a los culpables de aquello, que se arrepintieran de aquello hasta el último aliento de vida… 

No iba a ser venganza. Iba a ser Justicia. Justicia con todas las de la Ley... también la mía. 
De día... De noche.



Tema 3-52: Imaginar ser un superhéroe con una gran fobia a la oscuridad. Escribe un relato de superación.

9 comentarios:

  1. Mi querida, Mag… Este relato me llega, hay en él un tema que me fascina, y es el de ese defensor, en este caso defensora, de los inocentes y necesitados, ante un mundo en el que las leyes, la justicia…deja mucho que desear… Me encantan esas historias y personajes, porque dentro de su faceta heroica o con poderes especiales, siempre hay una parte frágil y humana, temores, y a veces un pasado no muy afortunado… En definitiva, que me ha encantado… Que ya es hora “no de la venganza” sino de la justicia ;-)

    Muy bueno, preciosa amiga…

    Bsoss enormes ♥

    ResponderEliminar
  2. Una historia maravillosa con un pensamiento y un propósito...Y un sentimiento que late en toda Ella.
    Admiración, querida Mag.

    Mil Besitos, preciosa.

    ResponderEliminar
  3. Muy bien comienzo, bien acompañado por la ilustración, digno del policial negro. Que es una de las inspiraciones de las historias de superheroes.
    Me gusta el personaje, jueza de día justiciera de noche, sin poderes arriesgandose a cada intervención. Usando lo que teme como ambiente de sus aventuras.

    Podrias escribir más con ese personaje.
    Besos de alguien fascinado.

    ResponderEliminar
  4. Impecable... una vez más, te luces. Porque sea de lo que sea que escribes, logras encontrarle una vuelta más, "la" vuelta justa.

    Besisssss hermosa.

    ResponderEliminar
  5. Me has hecho leer a la carrera ¡Que nervios! imaginando y sin querer imaginar. Un relato vivo que anima a estar preparados para hacer justicia si llega el caso. Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Todo héroe o heroína tiene una debilidad contra la cual combate en silencio o convive con ella. Has creado un personaje que podría perfectamente ser parte de una historieta o película. Incluso me imaginé la historia como aquellas películas en blanco y negro actuales de superhéroes. Como siempre lo has vuelto a lograr.

    Beso dulce Magda.

    ResponderEliminar
  7. Buenas tardes, Mag:
    Llego a tu blog y haces que me apetezca seguir leyéndote, pero antes creo conveniente el saludarte y agradecerte tu texto.
    Me gusta la manera en la que desarrollas el monólogo interior del personaje, la manera en la que aúnas los tiempos narrativos es muy fiel a cómo funciona un flujo de pensamiento. También me parece muy acertado tu uso de frases cortas, son las que nos vienen a la cabeza cuando nos hablamos de la que hacemos algo. Dan ritmo breve y sensación de avance.
    Un placer leerte, compañera retorelatante.

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias a tod@s. La verdad es que no estaba segura de acertar. Sí que el tema era bueno pero manejarlo no es tan sencillo. Al menos para mí. La idea, como sueño, la he tenido desde hace muchos años pero los temas tipo suspense, policíaco, ciencia ficción, comic... no se me dan muy bien. Así que vuestras palabras son un punto de apoyo, de inflexión...

    No quería tampoco, involucrarme en un típico héroe de ficción. Prefiero alguien de verdad, héroes y heroínas anónim@s, que haberlos, haílos; y poner algo de realidad. ¿Os imagináis a una juez o jueza que por las pruebas aportadas por la defensa o por x circunstancias y por aplicación de la ley, no pueda encarcelar a quien sí es culpable pero en cambio, una vez quitada su toga, termine con lo que en el estrado no pudo? Eso sí, sin ensuciarse las manos, solo utilizando la palabra y su capacidad de convicción. No lo veo factible pero bueno...

    No sé si escribiría una segunda parte o podría llegar a ser una especie de thriller. Nunca se sabe...

    Me gusta eso de "retorelatante" :-)

    Muchos besos y os reitero mi gratitud.
    Nos vemos.

    ResponderEliminar
  9. Y sin embargo, lo hiciste bien. Hay personajes como Daredevil, que es un abogado idealista, que defiende a los debiles. Y de noche, sale a hacer justicia. Con una identidad secreta protegida por el hecho de que es ciego, aunque los demás sentidos desarrollados a un nivel sobrehumano.

    Así que tu relato tiene mucho sentido.

    ResponderEliminar

Sueña porque soñar es vivir y vivir es sentir...