Y subió el Príncipe con su traje hecho a medida y su camisa impoluta, con esa sonrisa que le hacía parecer vencedor de su conquista. Asomó por la puerta y vio a la princesa de rubios cabellos enredada entre las cuerdas de su uso, con una sonrisa pícara. Iba a visitarla cada noche para evitar encontrarse con Gothel, quien había tomado a Rapunzel como protegida después de llegar a un acuerdo con el padre.
Inocente ella creció bajo su amparo en lo alto de una torre, siendo instruida en amplios conocimientos que harían de ella una estupenda pupila. No estaba ajena a ninguno de sus secretos y con el tiempo había superado casi a su mentora. Aprendió que las apariencias engañan y que debía deleitarse de la presencia del príncipe así como de sus encantos. Conoció con él otro tipo de libertad entre las paredes circulares de la torre. Él fue moldeándola en un mundo que para ella era casi desconocido. No obstante, sabía más de lo que decía saber y su aprendizaje no era más que un perfeccionamiento de lo instruido.
Le volvía loco aquella larga cabellera, fuera recogida en una trenza o suelta. Era un motivo de pensamiento. Un antojo para su mente. Prendía de ella como si fuera el ramal de una hermosa yegua con la que cabalgaba sobre un infinito de sensaciones, de deseos, de conciencia... llevándola hasta el límite de su resistencia, hasta ese momento donde casi perdía conciencia de la realidad.
Gothel observaba satisfecha desde un habitáculo lateral. Se sentía orgullosa de su pupila y esperaba el momento justo en que esta se abriera y tomará el mando de su instinto, hasta ese momento controlado. Había sido educada y preparada para tomar las riendas de su vida, de su esencia... y ante el Príncipe, de quien había asimilado ciertas herramientas, ciertas dotes, emergió como una ola, arrasándolo con todo su poderío.
Si un día él había bebido de sus lágrimas, ahora era ella la que se embebía de las de él, sintiendo y sabiéndose tan Reina que él no pudo menos que rendirse ante Ella.
Este relato pertenece a la convocatoria de
esta semana propuesta por Dorotea sobre un cuento tradicional con un final distinto.
En su blog puedes repasar otros cuentos y otros finales.