En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

13 de octubre de 2017

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Chatina

Quizá no haya mucho que decir. El mundo lleno de babosos y a mí me siguen gustando los caracoles, con su ajaceite, o con su salsita de tomate, choricito y un poquito de guindilla... O para darle gusto a un arroz... Se me hace la boca agua mas veo esto... Y la verdad, independientemente de que sea un bicho de plato único, la cosa cambia. Ni se me hace simpático ni me da gusto verlo con ese cuerpecito soberbio y esa concha como las de mar.

Menos mal que es una de esas especies catalogadas como "non gratas" (Real Decreto 630/2013 de 2 de agosto) pero, tampoco sé en qué cazuela se iba a cocer media docena de estos bichos. Y a eso le sumanos que vienen con chicha añadida, es decir, que contienen unos parásitos muy malos llamados nematodos... que se alojan ahí en sus tejidos fibromusculares y en sus babas, comprendo que no sean muy gratos como mascotas pues en vez de darnos mimos nos pueden dar diversidad de infecciones como una meningoencefalitis eosinofílica o una angiostrongiliasis abdominal

Este caracol es hermafrodita y tiene una capacidad reproductora tipo cucaracha, a velocidad de la luz. Eso  podría defender aquello que decía mi abuelo de que comer caracoles es tener siempre el plato lleno (aunque bien sé que se refería a la chicha y a la cáscara).

En fin, que hay que verlo, no tocarlo y dejarlo en su sitio que es donde mejor está.
Y os presento, al caracol más grande del mundo, posiblemente:  Achatina fulica.
Podéis llamarla "Chatina".


Noticia vista en la revista Quo del mes de septiembre de 2017.


Imágenes extraídas de la red

Tema 13/52: Escribe un relato inspirado en una noticia que hayas leído esta semana.

13 comentarios:

  1. Muy interesante tu post, mi querida Mag... a mí es que, tanto los caracoles como estos bichos... prefiero verlos en libertad antes que en una cazuela... ya me lo decían en casa: "demasiado regalada"
    Gracias por la información, preciosa

    Mil besitos para tu fin de semana.

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    1. Es muy soso pero hay que salir del paso :-) No voy a dejar de comer caracoles :-)

      Besitos.

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  2. Ufs! Me confieso consumidora de caracoles, no de ese tamaño, claro… pero me encantan: en el arroz, a la cazuela, en salsa… Y mira que a la vista no son muy “agradables”… bueno, aunque por la casa que llevan a cuestas son un tanto graciosos 😁

    Un placer leerte, mi preciosa Mag.

    Bsoss miles y feliz finde!! 😘

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    1. A mí que me los traiga mi mamá limpitos que yo me apaño :)
      Solo los como en casa. Fuera, jamás. Manías.

      Besis.

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  3. Impresionantes, pero yo como mucho hacerle unas fotos...
    Muy interesante amiga
    Buen fin de semana

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    1. Muy amable. La verdad es que es muy tonto el texto pero para ir de caracoles... ya nos vale.
      Muchas gracias, Fernando.
      Besos.

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  4. Si a todo lo que has dicho le añado que no son mi plato favorito, que he visto los gigantes del Delta del Ebro que estan acabando con todo, me va a costar comerme una paella con caracoles o unos caracoles a la llauna. Abrazos
    Y ademas me aparece el re-Captcha

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    1. La verdad, es que estas especies invasoras son una plaga y no nos damos cuenta hasta que el mal ya está hecho.
      Un besazo.

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  5. Yo no he comido de esos caracoles, ni creo comería tampoco, pero si habitan en el jardín de casa, aunque unos tan grandes como esos sería casi como tener mascotas :D

    Besos dulce Magda y dulce fin de semana para ti.

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  6. Estos caracoles no son para comer. Es más, la gente los tiene de mascotas. Curiosos son pero hay que tener mucho cuidado con ellos. Por las enfermedades y por cómo se reproducen. Son un caos. Pero, la verdad, prefiero no tener amigos babosos :-) :-)
    Besitos muy grandes :-)

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  7. complimenti molto bello qui, un piacere seguirti ed un abbraccio

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Sueña porque soñar es vivir y vivir es sentir...