En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

26 de septiembre de 2019

Guadaña...

¡Detén tu paso!
¿No me ves desnuda la carne?

Naufragaré en tus formas si así me lo pides. 
Te daré los secretos de mi vida. 
Te hablaré de mis sombras. 
Ante Tu Eternidad me postro 
al albor de tu noche y 
beso tus pies emergidos de la tierra, 
raíces de ánimas oscuras.  

Tu Guadaña, cruz de este último aliento. 
Lacra de mil suspiros. 
Agonía.
¿Y dices que no me puedes perdonar?

Surgen brumas de arrepentimiento.
Fauces de lobos arrancando la piel caliente, 
bebiendo la sangre que aún late… 
No hay tiempo. 
Venció la Hora Suprema. 

Mi Hora. 
Tu Cosecha. 
Mi sepultura. 
Tu resplandor.
Pero Te Perdono.




Este texto corresponde a la propuesta de este jueves, "Te perdono", que nos hace Gustavo, Juliano el Apóstata , desde el blog de su mismo nombre donde podéis ver otras versiones.