En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

30 de julio de 2020

Su oscuridad me atrajo del mismo modo que la luz a las polillas… Irremediablemente. Cuando quise darme cuenta, estaba tan entre sus brazos como una mariposa en una tela de araña, cubierta de expertas telas que me impedían mover. Solo me cabía un destino entre el dejarme hacer o dejar que creyera que hacía. Ante esta dicotomía, decidí dejarme llevar y sentir hasta dónde éramos capaces de llegar, hasta dónde la inconsciencia nos hacía avanzar. Nada de lucidez, nada de conciencia. Un latido atado alrededor de nuestros pies y una amalgama de crípticos sentires enredados en nuestros pensamientos.

Él, un hombre oscuro, de juicio ágil, de mirada abrupta y voz profunda. Yo, una mujer que sabe leer más allá de sus intenciones, consensuar su pensamiento, desvestirse de prejuicios y seducir con la cadencia de lo no dicho y de lo intuido.
Víctimas los dos de una ocurrencia, de ese camino que se puede controlar cómo se empieza a andar pero que no siempre se sabe cómo serán los siguientes pasos ni cómo los senderos en los que se desdibuja. 

Un torbellino de emociones que desnudaban los impulsos que tan escondidos habían estado. Él tirando de mis hilos. Yo, manteniendo la tensión de la cuerda en la medida justa. Un tira y afloja en pos del mismo Pecado. Los dos inmersos en el juego de aquel laberinto,de aquella espiral que nos atrapada y donde cada gesto era una lucha precisa, donde no había más sangre que la que corría por las venas, ni más lamentos que los quejidos de pasión desbocada entre las fauces, cosidos a ellas, desvirgados por la lujuria de dos seres invocados cuyo único arrepentimiento solo podía venir dado por un final inexistente.


27 de julio de 2020

Dulce corazón de León...


Escuché su rugido más allá de la noche, atravesando las entreluces del creciente mientras un silbido, como los cantos de helechos,
acariciaba la hierba que prendía a su paso.
Se rasgó el cielo, se abrió el crepúsculo,
y la sombra se hizo alba dando paso al hombre.

Se enaltece abriendo alas que son odas y entregas recibidas, acallando rumores que se pervierten ecos sin sentido, enarbolando bandera de firmeza y, a su pecho, estandarte de verdad y ofrecimiento de complacencia que reverberan entre sus silencios y le engrandece entre sus iguales.

Se hace Dulce al pronunciar Su Nombre
y purpúrea, Su Seña.

Orgullo de león en la tinta de sus letras
y en el tatuaje de su alma, el fragor de Su Esencia.
Late desde la intimidad de su ser una amalgama de sentires que cabalgan entre la lujuria y los claroscuros de los deseos consentidos. Vibran sus latidos tal que arpergios tocados en el aura de la piel y el sentimiento del espíritu y, ahí, en la cúspide de su rito, se ensalzan la sed y el hambre del alma hecha carne.


¡Feliz Cumpleaños, Mi Estimado Dulce!

26 de julio de 2020

Convocatoria "Un Jueves, Un Relato"...


El Laberinto
[30 de julio de 2020]

Los laberintos han sido considerados símbolos mágicos, muy ligados a lo espiritual, amuletos protectores, encrucijadas para que los enemigos no supieran salir, eso servía también para los seres del más allá con malas intenciones.  Algo ya consciente desde la Prehistoria. Lugares secretos y protegidos, iniciáticos como un camino para el autoconocimiento y el hallazgo de uno mismo en base a la superación de pruebas pero, sobre todo, lugares en los que perderse puede ser un placer y todo un reto intelectual.

Os pongo en antecedentes para el personaje de la historia:

Existe un lugar al que no es fácil llegar pero una vez llegas, te invita a adentrarte en él. Empiezas a caminar. No ves el final porque no sabes dónde está, y el camino es cada vez más ¿insólito?, ¿curioso?, ¿raro? o ¿tus pasos no dan mucho provecho? Te embarga una ¿extraña?, ¿bella?, ¿maravillosa?, ¿peligrosa?, ¿...? sensación. Lo que te rodea es ¿...?
Sí tienes la percepción de que has entrado, sin darte cuenta, en un laberinto que, curiosamente, no deja ir marcha atrás. ¿Por qué? No sé. Tú única opción es seguir hacia adelante errando o no en el camino que elijas. Pero logras llegar al centro de su universo... Y ahí...


De la película "Dentro del laberinto", 1986

Con todo esto, que no formará parte de vuestro texto, os podéis hacer una composición de lugar y crear una historia a vuestro modo, ambientada en cualquier época y en el sitio que sea: una casa, un bosque, un jardín, una carretera, calles... e, incluso, algo no físico. Un poco de suspense, misterio... Vosotros os movéis muy bien por esos campos y por el las historias negras y/o detectivescas. Para mí es un auténtico reto, ciertamente, pues no logro dar con las claves o, quizá sea, que mi misterio va por otros derroteros, de modo que he pensado retarme a mi misma y, del mismo modo, que me hagáis compañía. Ahí lo dejo, a vuestro libre albedrío.

Ya sabemos, sobre 350 palabras, y a partir del jueves me podéis dejar los enlaces a vuestra entrada aquí mismo. Y la imagen, la que deseéis.


Participantes

  1. Albada
  2. Myriam
  3. Charly
  4. Campirela
  5. María Dorada
  6. Amando
  7. Gabiliante
  8. Inma - Molí del Canyer
  9. Cecy
  10. Moni - Neogéminis
  11. Mag
  12. Víctor
  13. Demiurgo
  14. Mujer de negro


23 de julio de 2020

Un Jueves, Un Relato
Un lugar recóndito

La soledad es algo más que estar sola, dicen. Tal vez por eso, cogí a la mía de la mano y nos fuimos al final de todos los caminos. Al lugar más recóndito, ahí donde solo podríamos estar nosotras dos solas porque decidí que aquel otro silencio no podía romper los pálpitos de mi corazón, que las lágrimas secas no podían desbordarse del abismo de mis ojos.  Al otro lado de mi mundo.
En el zumbido del mar aferrándose vivo a las rocas, en el danzar del viento acariciando las hierbas altas, en el creciente vuelo de una mariposa y en el fresco y reconfortante tacto, sentí que un colmado de azules prendían de mi aliento. Suspiré. Tomé el impulso de vencer y me columpié sobre ese precipicio por el que aprendí a volar y sumergirme en el acantilado de la vida, renaciendo como ola que besa la arena para hacerla suya.

Templo del Sol / Shawn Heinrichs para la BlueSphere Foundation, Inc.  primer premio 2014
Reino de Tonga

Mi texto para participar este jueves en la dinámica de Inma (convocatoria) desde su blog "Molí del Canyer" donde podéis ver los enlaces a otros participantes.

16 de julio de 2020

Un Jueves, Un Relato
Internet


Tecleó sus silencios con todas las preguntas sin respuesta. Su mirada quedaba clavada en la pantalla. Por un momento pensó que no podría pestañear pero sus ojos se anegaban y su mirada parecía perdida en un abismo del que temía no poder salir. Su mundo, al otro lado de la pantalla, parecía indestructible pero, lejos de la realidad, había sido una hermosa mentira.

Quedaban las confesiones, las llamadas robadas, los besos inocentes a modo de saludo, los besos apasionados con el tiempo. La confianza y el respeto había volado por arte de magia, como un delete, sin rastro más allá de sus propios recuerdos ahora encharcados.

Mil mensajes sin responder. Mis llamadas perdidas. Mil búsquedas inalcanzables. Un nombre de escondidas intenciones. Las promesas rotas, la sonrisa truncada, y aquellas fotos que nunca se atrevió a hacerse para su novia, las tenía aquella desconocida cuyo rastro intentaba encontrar y olvidar. Se había dejado engañar como un idiota. 
Aquella mujer toda sensibilidad, cariño, ternura... Una imagen bonita de una chica corriente, una voz que le elevaba hasta el séptimo cielo, el encandilamiento, aquellas llamadas de amor y aquellas noches de pasión en la distancia. Luego vinieron las pedidas de ayuda y él, en su infinita ignorancia, movido por un amor no correspondido, la prestó.

A él no le iba a pasar. No, era imposible. Él lo vería venir. No, él no vio nada, salvo la boca de un lobo muy oscura y profunda a la que no dudo hacerse preso hasta que una mañana, después de un "no puedo prestarte tanto" y unos 5000 euros sacados de sus costillas, dejó de morder. 

Ahora transcribía cada uno de sus pensamientos para denunciar ante la Policía: «Si no le chantajea más, puede darse con un canto en los dientes. Haremos todo lo que esté en nuestras manos pero recuerde que fue su voluntad darle el dinero».

No sería el primero pero esperaba que, perdidos los 5000 euros y un montón de sueños hechos añicos, la realidad pintara de otra manera. 


Mi texto para participar este jueves en la dinámica de María José (convocatoria) sobre internet. En su blog "Lugar de Encuentro" tenéis más opciones por si deseáis leer.

9 de julio de 2020

Un Jueves, Un Relato
Camino, ruta o sendero


Nunca definí mis pasos a la ligera pero siempre fui un ser inquieto que iba de un lado para otro simulando ser un duende. Caminaba de puntillas desde muy niña pero no guardo un recuerdo de que me gustase bailar. Es más, me recuerdo muy tímida pero muy a mi aire. Me gustaba desafiar a lo desafiante y no precisaba de nadie para alcanzar mis objetivos. Hoy las cosas han cambiado. Me he convertido en una experimentaba caminante de la vida, una bailarina contra las adversidades, y topado con muchas de ellas, pero puedo asegurar que no son muy buenas bailadoras. Eso sí, suelen ser bastante persistentes.

A pesar de tanto caminar por la vida, tengo más callos en el alma que en las manos o en los pies. Pero si de algo puedo presumir es de la cantidad de señales que he ido dejando. Miguitas de pan que muchos pajarillos se han comido y otros tantos, por el afán de cogerlas, se han perdido. Sin embargo, a mi alrededor sobrevuelas pajarillos cuya belleza no está en sus plumas, sino en su vuelo. Porque yo también he ido recogiendo miguitas.

El poeta dice, se hace camino al andar. Y ese es mi propósito. Seguir haciendo camino pasito a pasito porque la vida son pasos, momentos y algún que otro alto para tomar aliento.
Mis zapatillas se gastan. Unas se me quedaron pequeñas. Otras, se perdieron por el camino. Mis pies se van adaptando al terreno. El camino no es fácil pero siempre se encuentra a alguien que te ayuda o te hace más sencilla la ardua tarea de avanzar. No se trata de pisar baldosas amarillas, ni subir murallas ni caminos pedregosos. Simplemente, es caminar y hacer de cada uno de los senderos una experiencia de vida. Al final, eso es lo que cuenta.



Esta es mi participación para este jueves para la convocatoria que hace Myriam desde su blog "De amores y relaciones" donde podréis ver otros caminos.

En el nombre de pila, siempre la convocatoria.
En el del blog, siempre la lista de participantes.

2 de julio de 2020

Un Jueves, Un Relato
La escalera


Quedarme ante la escalera era algo que solía hacer muy a menudo. Era como si la estuviera analizando, como si cada uno de sus peldaños fuera un ojo que me estuviera observando. Creo que me retaba. Recorría con mi mirada toda la barandilla, intentando descubrir qué sentido tenían aquellos balaustres, aquellas extrañas filigranas que parecían trepar, bajar, jugar conmigo... Y que empezaban en una no menos curiosa columna en la que un dragón se erigía soberbio. Su mirada era profunda y, creía, que podría lanzarme una llamarada de fuego por la boca y dejarme como meras ascuas.

Mia Wasikowska - Alicia a través del espejo- Tim Burton | 2016

Cada noche tenía la sensación de que despertaba de su sueño y decidía subir hasta la planta superior. Sus pasos eran tan potentes que la escalera crujía y por el pasillo retumbaba un extraño soniquete. Tal vez por ello, la subía rápidamente y me encerraba en mi habitación esperando que no tuviera la habilidad para abrir la puerta. Ingenua de mí. Un pequeño golpe suyo y la echaría abajo. Solo era una princesa con muchos sueños. Un príncipe en un negro corcel vendría a protegerme como san Jorge, lanza en mano. Pero ni hubo príncipe ni hubo dragón.  Y los sueños también se fueron evaporando como gotas de agua acariciadas por el sol.

He empezado por cortarle las alas. No ha sido fácil. Con los siguientes golpes, sentí como si la manos se me fueran a romper. Unos pocos más y, aunque caí de rodillas, él agachó la cabeza y rodó para quedar a mis pies, mirándome. ¿Dónde está tu orgullo, cobarde?
Arremetí escalera arriba, temiendo por un momento, que se elevara de su muerte y me atrapara, llevándome con él. No, no fue así. Desde lo alto, miré triunfante, orgullosa, altiva. Sin culpa alguna. Resarcida y sin huir.



Esta es mi participación para este jueves en la convocatoria que María José hace desde su blog "Lugar de Encuentro", donde podéis ver otras historias.

En el nombre de pila, siempre la convocatoria.
En el del blog, siempre la lista de participantes.