En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

28 de agosto de 2020

Un Jueves, Un Relato
Aniversario: Historias de Demiurgo


En otras ocasiones...


Una gran ciudad como esta se convierte en una trampa para ratones. Cazar a un humano no siempre es tarea fácil a pesar de tantos como hay. No todos cumplen mis requisitos. Saciar mi instinto requiere algo más cualquier cosa. Necesitaba soltar mi adrenalina, ponerme al límite. Retar y sacar lo más oscuro de mí para mi mayor satisfacción. Lo demás, siempre me ha sido indiferente. El sufrimiento es pura adrenalina. El riesgo, lejos de ser un tabú,  se convierte en un aliciente.
Se me ocurrió inscribirme en una agencia de contactos de élite. Y tras varios días, obtuve la primera llamada. Alguien tenía conmigo un alto nivel de coincidencia.

Felicity, un placer conocerte —dijo el tipo envuelto en aires dandis, tomando mi mano para besarla. Pude sentir su pulso en mis dedos. Aquella sangre era pura ambrosía. Como pude, controlé mi sed y la lujuria de mi doble hilera de dientes mientras notaba mi saliva espumosa, hirviendo en mi boca.
—El placer es mío, sin duda.

Había logrado mejorar mi método de caza. Ahora podía disfrutar de mis presas sin tanta avaricia a pesar de mi avidez. Tras mi último encuentro con Zarck, éste me había inoculado una especie de bacteria presente en mi saliva, con efectos anuladores de la voluntad e insensibilidad al dolor. Solo tenía un inconveniente: Debía llegar al riego sanguíneo.
Tras la primera copa y algo de seducción, lo tenía buscando mi mano intencionadamente, acariciando mi pierna de manera sutil, mirándome a los ojos lascivamente. Literalmente, en aquel beso, le hinqué el diente. Sin embargo, a pesar de que mi efervescencia era notable y mi poder in crescendo, y que en mi cuerpo notaba cambios brutales al igual que en mi mente y sentidos, sentía un palpito extraño, como si hubiera un cortocircuito en alguna parte de mí.  Como si una puñalada me hubiera atravesado las entrañas, me doblé sobre mí.
Me miró fijamente. Le sostuve la mirada con irreverencia fría. Y le reconocí. ¡Zarck! Ante mí, esa parte salvaje y menos despiadada de mi naturaleza se estaba revelando. Nuestro apetito sería saciado.  Sangre, sexo desmedido... Lujuria para una noche que prometía otra cosa.

Autorretrato: Gus Avancini

Esta semana, Demi  desde su Hurlingham particular y para celebrar su octavo aniversario con el blog, nos convida a retomar la sinopsis de algunas de sus historias para hacerlas nuestras.
Mi elección es: Un hombre contrata a una celestina (o agencia) para conocer a una mujer. Y le presentan a una mujer peligrosa. Pero a pesar de eso, parece haber una sincera atracción entre los dos.

Demí, que este año sea el primero de los siguientes ocho. Un número mágico. Y que nos sigamos encontrando en este mundo tan curioso de letras y vivencias.
Un placer poder participar y ofrecerte el texto como un regalo particular para ti.

23 de agosto de 2020

Cierre de Convocatoria...

Un nuevo reto superado. No ha sido nada fácil, ni de plantear ni de escribir, ni para vosotros ni para mí, pero ahí que hemos estado, como auténticos jabatos. Nada nos echa para atrás. Así que cierro la convocatoria de este mes y os aguardo en septiembre, que sí, me queda una por mi parte y no como me empeñé ya que para el año que viene :-) 

Os quiero agradecer infinitamente vuestra participación, el acompañarme en esta tremenda aventura y permitirme dirigir de una manera tan sencilla.
Muchísimas gracias a todos, a todas, de corazón, y felicitaros por los trabajos. Nos hemos tenido que extender un poquito más pero el tema lo requería, así que no hemos de sentirnos incómodos por ello. El arte, la imaginación, la creatividad de un escritor no debe ser jamás limitada y que sea como sea, sigamos hilvanando palabras.

Me despido ya, contenta por todo, y no os prometo no pensar tanto o complicar la vida en la próxima que me toque. Os recomiendo echar un vistazo al listado de participantes por si alguien ha llegado a última hora, y ya paso el testigo a Demiurgo, a ver con qué idea nos sorprende.

Os recuerdo que existe la página de Inventario donde está el listado de convocantes, incluidos los futuros, y las propuestas pasadas. Para el último trimestre ya están las plazas tomadas pero si alguien desea información o en un futuro apuntarse solo cabe comunicarlo a la coordinadora, Cas, elbalcondecas@gmail.com o por ahí están los correos de cualquiera que gustosamente ayudaremos en lo que podamos.

Cuidaros mucho y, de nuevo, mil gracias.
Nos vamos leyendo.
Besos y abrazos muchos.

20 de agosto de 2020

Un Jueves, un Relato
Steampunk



Veía la ciudad como si no la conociera. El vitral me ofrecía una perspectiva diferente pero seguía siendo igual de arcaica en el fondo. Apenas tenía luz y la que había, era oscura. No había amanecer, tan solo un polvo denso y anaranjado.
El tiempo había seguido su imparable camino hacia adelante mientras el Hombre había sido abocado en sentido contrario. El mundo que alguna vez había sido ni siquiera era un insignificante recuerdo para los que aún tenían memoria. Para el resto, simplemente, no existía. 
Vivíamos bajo la autocracia de hombres y mujeres de un estatus superior difícilmente alcanzable. Los Azules habían limitado todas nuestras libertades e instaurado un pensamiento único que nos hacía sus esclavos, sus conejillos de Indias, caprichos de sus retorcidas mentes, peones de sus juegos. Nosotros éramos los grises, marrones y negros.

Mi nombre es Varanda y pertenezco a ese grupo de innombrables, clandestinos y perseguidos hasta la aniquilación total, formado por insurrectos de todos los distritos y apoyado por algunos Azules insurgentes que deseaban alzarse contra el sistema que nos anulaba. Nuestro objetivo era sobrevivir y proteger a la población. 

Sabían que en cualquier momento sobrevendría un ataque. Había demasiados prisioneros en sus granjas. No podríamos rescatarlos a todos pero sí darles una oportunidad. Los Azules insurrectos nos eran de gran ayuda. Entre ellos, Beslas, un soldado de élite que había perdido un brazo en una de aquellas contiendas. Ahora llevaba una prótesis mecánica, una eficaz arma perfectamente acoplada a su especial naturaleza. Había sido sometido a un programa de rediseño genético. Su ira en el combate era el veneno que lo convertía en una auténtica máquina de matar. Su antídoto, una sustancia de elaboración altamente compleja de la que en escasísimas ocasiones podíamos disponer, pero habíamos descubierto que tenía el mismo efecto del desahogo sexual o de subir un ochomil.

— Con esa mano no nos serás de gran ayuda. Mejor, quédate —me dijo Beslas, sabiendo que lo que me dijera sería inútil.
—Mejor una que ninguna —le repliqué, dándole una palmada en la espalda y adelántandome a sus pasos hasta que lo hizo él.

Bajo su mando entramos en el cuartel menos protegido. Estaba alterado, iracundo pero todavía controlable. Destrozó puertas, mató a todos los guardias que se pusieron por delante.  Y no fue el miedo lo que nos dejó paralizados sino aquella sin razón que contemplaban nuestros ojos. Aquel conjunto de seres humanos desnudos, torturados y ultrajados sexualmente a los que aquellos despreciables Azules habían quitado hasta el último ápice de dignidad. La visión era indescriptible. Solo los que habíamos vivido aquello podíamos dar cuenta de ello.
A algunos era mejor matarlos y liberarlos así de la lenta muerte que se alimentaba de ellos.

Rescatamos a tres compañeros. A la voz de «¡Escapad!», fuimos soltando al resto. La confusión estaba creada. Corrimos por pasadizos tan oscuros como el alma de aquellos que cubrían el suelo a nuestro paso. Teníamos que llegar al helipuerto. Una patrulla de Azules apareció. Beslas se quedó a despistarlos. Despistar era un verbo con significado diferente para él. Nosotros corrimos hacía las libélulas que ya humeaban a unos metros del suelo. 
Subimos deprisa y esperamos unos minutos que aproveché para improvisar un vendaje en la mano que tenía sana hasta entonces. En alguna parte, me había hecho un corte que me cruzaba la palma de la mano derecha.


Beslas llegó totalmente alterado, cubierto de sangre. Sus ojos marrones se habían tornado completamente negros. Aquello no era bueno y en el trasiego había perdido sus inyectables. La nave tomó altura y salimos de ahí. Beslas temblaba excitado y gritaba transmitiéndonos un pánico desgarrador. 
Yo sabía qué hacer o, al menos, podía intentarlo. 
Entre ocho apenas lo mantenían quieto. Lo abracé gritando su nombre, buscando en la oscuridad de su mirada un atisbo del ser que no era en ese momento. Le bajé los pantalones y miré al resto cuyas miradas eran una mezcla de todo.

—¿Sois capaces de matar y no sois capaces de echarme una mano? —increpé, mientras les mostraba mis inútiles manos. Solo recibí silencio y sus miradas gachas.

Empecé a mastúrbalo con la boca Me abstraje de las miradas del resto, de la posible vergüenza que pudiera acometerme. Diez minutos antes estábamos luchando por salvar nuestra vida. Ahora, si no lograba calmarlo, no tendríamos más opciones que morir en sus manos o tirarnos al vacío. Cierto que no era el mejor lugar para una felación pero sí el único para salvar la vida.
Y si estaba en mi boca, se hacía.
Aquellos movimientos estuvieron a punto de partirlo por la mitad pero cuando su lechosidad salpicó mi piel, todo cambió. Beslas comenzó a controlar su respiración y los demás, también. Sus ojos volvían lentamente a tener aquel color dorado, y yo me vencí a sus pies, extenuada por la tensión.

—Creo que le debéis la vida —advirtió al resto mientras me ayudaba. Apenas tuvieron tiempo de más ante la evidente persecución de los moscas azules. cuyo zumbido se escuchaba no muy lejos.


Este texto, en el que me he pasado de palabras era complicado esta vez forma parte de la convocatoria de este semana. Picando en la imagen, iréis a ella y al listado de participantes por si deseáis leer sus historias.

16 de agosto de 2020

Convocatoria "Un Jueves, Un Relato"...


Steampunk
[20 de agosto de 2020]


Esta semana os invito a que nos sumerjamos en el mundo steampunk, término acuñado por K. W. Jeter en la década de 1980. o en cualquiera de sus corrientes.

Podríamos decir que es un auténtico crisol de fantasías, con matices de ciencia ficción, de fantasía onírica tan cercana a los cuentos de hadas o a la oscuridad más absoluta de los de terror, historias de aventuras e incluso románticas totalmente ucrónicas, utópicas o no, positivas o negacionistas pero todas moldeadas a gusto del autor para soñar y jugar con un tiempo y espacio que es reconocible, generalmente, amparadas en una estética que nos recuerda a la Inglaterra victoriana o eduardiana, con una tecnología retrofuturista donde la máquina de vapor es el símbolo de esta nueva era en la que el hombre tiene en la ciencia una fe tal que le llevará a conseguir lo imposible mientras otra parte de la sociedad sigue encorsetada en el más profundo puritanismo.

Podemos imaginar una serie de maquinas y artefactos majestuosos rebosantes de engranajes, bielas, remaches de acero y tuberías cromadas con medidores de presión, siempre movidas por el omnipresente y poderoso motor a vapor y una fantasía que, anacrónicamente, es real.

Julio Verne y H.G. Wells, entre otros, ya ambientaron algunas de sus historias en este universo, inventando máquinas y tecnologías anacrónicas basadas en complejos engranajes que funcionaban a vapor o mecánicas impulsadas por movimiento. Incluso Mary Shelley, con su Frankenstein de 1818 o, la más desconocida, El último hombre, de 1826, ambientada en un futuro que va desde el año 2070 a 2100 y donde escribía sobre pesadillas apocalípticas, ya nos mostraba precedentes.
Cabe destacar la estética en muchas películas como La máquina del tiempo,  Val Hensnig, Wild Wild West, Sherlock Holmes, Sky Captain y el mundo del mañana, La liga de los hombres extraordinarios, Hugo y un largo etcétera.


Como sabéis, la estética tiene su marco pero sale de él para moverse por el binomio tiempo-espacio desde la antigüedad, pasando por la época del oeste, del medievo hasta la Inglaterra o el París del s. XIX, una morada en un planeta o el mismísimo siglo XXX. Plagas, seres de otros mundo, animales prehistóricos en medio de Manhattan... La imaginación no tiene límites.

Buscad las imágenes que os gusten para vuestras historias siempre dentro del margen de las 350 palabras. Intentarlo no es asegurarlo :-) y lo digo por mí que seguro que es imposible que en 350 pueda uno expresar una historia así. Un reto, sin duda.
Podéis dejarme los enlaces en esta misma entrada a partir del jueves o miércoles para los impacientes :-)

Espero que la idea os sea agradable y motivadora.
Gracias por vuestra atención y muchos besos.
Os aguardo.



PARTICIPANTES
  1. El oso
  2. Charly
  3. Gabiliante
  4. Cecy
  5. Albada
  6. Moni - Neogéminis
  7. Campirela
  8. Myriam
  9. Inma - Molí del Canyer
  10. Mag
  11. Víctor
  12. Montserrat
  13. Demiurgo
  14. Dafne

13 de agosto de 2020

Reminiscencias...

Un Jueves, Un Relato
Objetos cotidianos


Monedas, un par de ellas de esas que deberían estar en un museo, una pluma cuya punta rae el papel, un peine de nácar de color grisáceo al que le faltan algunos dientes, un reloj de hora atrasada que podría ser la última, un juego de tres llaves de forja maciza, diferentes en su dentada, sujeto a una cuerda de esparto con varios nudos, un par de carretes de hilo, blanco y negro, el blanco casi negro y el negro casi blanco. Y todo metido en una descolorida caja de puros Condal número 5 que todavía conserva uno de sus sellos verdes. El paso del tiempo y de la vida parecen traer a mis manos recuerdos que nunca he tenido. 

Levanto la vista sobre el horizonte, y llevo mi mirada hacia el finito mar, ahí donde se besa con el cielo que, profuso y arrebolado, se vence sobre su propio reflejo. Ondeo mis pensamientos de forma queda... pero desordenada, mientras un atisbo de lágrima parpadea en mi ojo izquierdo. Dicen que las lágrimas que brotan por el izquierdo ojo son de tristeza. Tal vez la pena me embriague o sea otra sensación que se le parece.
Quizá solo sean reminiscencias del alma que se visten de eco.

El destino se traza sobre mi vida dejando un halo de imágenes talladas sin memoria. El pasado late en alguna parte que desconozco. Un nombre, un apellido... Que no son mi nombre ni mi apellido. En cambio es algo mío, es algo que los huesos saben, que la sangre llama y el brillo involuntario de mis pupilar revela.



Esta es mi aportación a la convocatoria de Alfredo para este jueves. 
En su blog "La Plaza del Diamante" podéis ver otras historias.

6 de agosto de 2020

Aquellos seres...

Un Jueves, Un Relato
El pueblo Plop


Podría decir que me había topado con ellos hace demasiado tiempo pero hasta este momento no me había percatado de lo impertinente de su presencia.  Este día, no sé si fue porque ya están aburridos o no quieren verme aburrida, aparecieron ante mí con un "lo veo pero no lo creo". Había estado mucho tiempo sola y se me habían acumulado, como inútiles recuerdos, el polvo y los trastos, las canas y las carnes.

A tras luz vi aquella especie de no sé qué que danzaba de forma muy sutil, como llevado por una pluma que caía sin viento. Parecía lluvia pero una lluvia que no mojaba. Estos cuatro pelos blancos que me quedan, a su roce se volvieron abundantes y brillantes. Este cuerpo rechonchete y sin gracia pareció tomar una habilidad especial, como una alegría que venía de alguna parte.
Me pregunté, y quise llegar a una única conclusión: Se me había ido la cabeza. Definitivamente.

Aquellos pequeños y singulares seres se posaron ante mí, como si me viera en un espejo en el que no me reconocía. Su sonrisa, sin dientes, sin forma inusual. Sus ojos, sin pupilas pero con un increíble brillo. Sin brazos, sin piernas... sin cabello. Una forma que podía ser una gota, que podía ser una mota de polvo, una brizna de basura que había abandonado algún rincón como la memoria abandona el olvido.

—¿Quiénes sois?, ¿qué sois?

Sus respuestas fueron puro silencio. Solo se movieron como una gelatina en un plato, movidos por una energía ignorada. Igual se encogían de hombros... pero no había hombros.

—No sabemos. Solo existimos —percibí aquellas palabras en mi pensamiento. Claras.
—Pero, ¿de algún sitio vendréis?
—A lo mejor pero dicen que olvidamos.
—Olvidáis, ¿el qué?
—No sabemos. 
—De polvo y desidia habéis hecho magia.
—Magia, ¿qué es eso?
—Es algo que es extraordinario, majestuoso, increíble,  y que surge sin saber por qué.
—¿Puedes hacer magia con nosotros?
—No lo sé. Ni siquiera puedo hacer un milagro por mí.
—¿Qué es eso?
—Es como la magia.
—¿Qué es magia? —preguntaron como si no me hubiesen escuchado. Me quedé perpleja con la sensación de haberme metido en un bucle infinito del que por mucho que desees, siempre hay hilo del que tirar porque no hay condición que se cumpla. Volví a explicarlo con otras palabras y todo se iniciaba de nuevo, un déjà vu repiqueate y sin sentido. 

Al final, con estos dedos ligeros, con estas piernas fuertes y con esta voluntad más firme, golpeé aquel espejo y el silencio se hizo ante mis ojos, así pude reconocerme... en otros, en otro cuerpo, con un puñal cruzando la piel, un alma negra surcando de las entrañas y con una voluntad que, tal vez, ya no fuera la mía.
No era magia. No era un milagro. Era otra cosa que yo no entendía y ellos sí.

 Pangram Photography


No pretendáis que os explique realmente que es el mundo Plop o cómo son sus habitantes, porque no es fácil. Podéis preguntar a través de Dorotea (convocatoriay de su blog "Lazos y raíces", que igual por ahí, encontráis alguna respuesta.



2 de agosto de 2020

Cierre de Convocatoria...

Llega el día de clausura y me siento muy contenta por todos vosotros, por quienes de un modo u otro me habéis acompañado en este laberíntico viaje donde ha habido mucha pasión, algún que otro sendero donde surgían los miedos y las malas artes, donde hemos andado por senderos de fantasía, caminos recónditos donde había magia y sensaciones de mil y un matices.

Os doy las gracias por haberme acompañado con vuestras letras y con los comentarios de aquellos con quienes nos hemos cruzado sin habernos pedido y a la semana que viene nos volveremos a encontrar en otra nueva dinámica de la mano de Dorotea desde su blog "Lazos y raíces".

Os recuerdo que existe una página donde se pueden consultar todos los temas que se han expuesto hasta la fecha así como las personas que han convocado y convocarán en las próximas semanas.


Y si a alguien le apeteciera un día formar parte de estos retos como anfitrión o anfitriona, se puede poner en contacto con Cas que es la persona que coordina todo el asunto:

elbalcondecas@gmail.com

Un beso.
Un abrazo.