En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

31 de enero de 2016

Quizá(s)

Quizás tú no buscabas algo así 
Y yo soy algo temporal, 
el pasatiempo de tu vida. 
Quizás todo mi error fue permitir 
que conocieras cómo soy…
Quizás una moneda va a elegir lo que será de ti y de mí 
Quizás la suerte se quede a vivir, quizás…
Dvicio

Te contaré un secreto…Quizás solo sea eso… Un susurro que el viento se lleva en esta distancia inconstante entre tu yo y mi tú.
Quizás un día tus palabras sean ese remanso de verdad que yo dejaré de creer o mis inexistentes mentiras sean tus mayores incertidumbres.
Quizás un día mis silencios cubran tus palabras o tus soflamas vistan mis elipsis…
Quizás el nunca sea el para siempre o… quizá siempre ha sido un nunca.
No sé…
QuizáQuizás

Tal vez, a lo mejor, quién sabe… Acaso, probablemente... 
Podrían ser tantas cosas entre tú y yo… si fueras menos dudas... Si yo fuera menos sentimiento... Si tú te desnudaras más y yo me desnudara menos.

Quizás, palabra propuesta por Sindel desde su blog
Palabras de Sindel 
5 de 52

28 de enero de 2016

Entrevista con... Lucifer.

La puerta del Averno se abre para mí. Y ahí está él, endiosadamente diabólico, el Rey del Infierno. El de los mil nombres: El predilecto. El lleno de luz.
No me lo esperaba así. Es magnífico.



- Acércate y pregunta lo que quieras.
- ¿Saldré de aquí, verdad?
- El Diablo nunca miente. Saldrás.
- Confío en tu palabra.
- No puedes hacer otra cosa.
- ¿Cuánto tiempo tengo?
- Toda la eternidad si quieres.
- Cinco minutos y me voy. Si eres rápido, claro.
- Me gustas. Siéntate… a mi diestra…
- ¡Mira, como Dios Padre! ¿Por qué te rebelaste? ¿En verdad fue por celos?
- Sois como un grano en el culo. Se nos creó para servir al Padre. Y de pronto, le dio por ponerse a jugar. Os creó a vosotros. Se os dio todo y no merecíais tanto.
- Gracias, hombre. Pero por algo más sería digo yo… No puedes llevar los celos hasta ese extremo.
- Dios, ese al que rezáis, es un engreído. Es como un niño malcriado. Solo sois un juego y se le ha ido de la mano. Y para colmo, sois tan inútiles que os creáis más de uno.
- Hay que tener fe.
- Esto no es cuestión de fe. ¿Qué os dan los dioses?
- ¿Paz?
- ¿Paz? ¡No me hagas reír! Está sentado allá arriba en su trono y se parte el culo viéndoos.

Me encojo de hombros con cierta resignación.

- Cuando todo va mal se llama “libre albedrío”. Cuando no, “milagro”.
- Relájate. Debió ser duro que te echaran cuando fuiste el primero entre los primeros. Y que fuera tu hermano Miguel quien te diera la patada en el trasero…
- No me echaron. Me fui. Me rebelé. No estaba dispuesto a someterme. Solo se aseguró. Un día se revelará contra esa esclavitud a la que está sometido. Casi que convence de que vuestra alma es pura…
- Deben ser importantes cuando tú las deseas y las tientas.
- Sois muchas. Muy fáciles y demasiado estúpidas.
- Ya. Una preguntita, ¿y el purgatorio? Eso debe ser otro cuento chino.
- Me encanta que me hagas esa pregunta... -su sonrisa es tremendamente irónica.- ¿¡Cómo os gusta sufrir a los humanos! No os basta en vida que aún después de ella. Aquí no hay segundas oportunidades. Lo que no se ha logrado en vida no se logra muerto. O dentro o fuera. ¡Nada de tontería, joder!
- Ya..., ya... Más claro agua. Pero, ¿me respondes porque es verdad o por que me sigues la corriente?
- El Diablo nunca miente.
- Ya... Y, en realidad, ¿cuál es tu labor en este mundo? ¿Qué aportas?
- Soy el contrapunto. Vosotros tenéis vuestros instintos. Yo hago que sean verdad. Vuestra debilidad es mi alimento. En el fondo, soy vuestra mejor parte de eso que llamáis conciencia.
- Esto es un pacto entre tú y Dios, ¿verdad?
- No tenéis ni zorra idea… El Maestro me enseñó muy bien… y sí, bien lo sabes, es un pacto. Nada es casual. Todo está pensado.
- Grata la conversación pero debería irme. ¿Por dónde salgo?
- Te acompaño.
- ¡Qué honor!
- No provoques…

La puerta del Averno se cierra para mí…




Para este jueves, Mirella, a través de su blog “Nuevas Divagaciones Nocturnas”, nos propone una entrevista a… Esta es la mía. Tal vez larga pero es que el demonio es algo liante.

24 de enero de 2016

A ningún lugar...

Hay caminos que no llevan a ningún lugar. 
No por eso dejan de alumbrar. 
No por eso son los que no hay que andar...
Tu esperanza acorralada duele mucho más...
Fernando Rabih


Ambos dábamos por hecho que lo nuestro podía tener fecha de caducidad, que llegados a un punto habría que hacer las maletas y seguir caminando en dirección contraria pero sin perdernos de vista. Y nuestra canción tenía el estribillo de "esto no os lleva a ningún lugar...Perder el tiempo con alguien con quien no podréis estar..." Sí, por qué no intentarlo... La esperanza es lo último que se pierde y nos sobraban ganas e ilusión... y desbordábamos Amor...
¿Una perdida de tiempo? ¿Cuándo el amor es una pérdida de tiempo? ¿Por qué no arriesgarse a ser felices? ¿Un mes? ¿Un año? ¿Una eternidad?

Una eternidad era el tiempo que llevábamos buscándonos... Y ahora que nos encontraba el destino... ¿Ser cobardes? ¿No atrevernos a andar? ¿Por lo que digan los demás? Quien no arriesga no gana. Los demás no iban a vivir lo nuestro...¿Todo en contra? ¿Y?
Para aprender a andar es necesario caerse antes varias veces. Al final, no queda otra que levantarse. No éramos tan niños. Sabíamos lo que había en juego y lamentarnos toda la vida por no haberlo intentado hubiera sido peor y un gran error porque hasta cuando parece que no vamos a ningún lugar hacemos camino a alguna parte…¿verdad, mi amor?
Verdad.
A ningún lugar, juego de palabras propuesto por Sindel desde su blog
4 de 52

21 de enero de 2016

Sucedió... bailando bajo la lluvia...

Empezó a llover. Me encanta la lluvia. Es como una parte de mí. Agua de lluvia soy y agua busco que empape mis arenas. Saqué mis manos y dejé que golpeara mi piel, que me salpicara, que me llenara de ella. Limpia, desgrana las malas vibraciones... Y me habla de él. Solo de él porque él siempre está cuando llueve.

En el piso superior del bus turístico, me olvidé de Londres para danzar con la lluvia. No me importaba. La sentía. Le sentía. Como en la embarcación aquella noche de tormenta en medio del mar, cuando me dijo que me amaba, cuando bailamos en ella, disfrutando de nuestros cuerpos, de nuestro amor... bajo la lluvia que nos golpeaba, como él me golpeaba y entraba en mí sin darnos cuenta de lo que nos estábamos dando... Aquella noche...

Y me calaba la ropa... Me calaba el cuerpo... hasta el alma, porque él es lluvia... Lluvia que me bendice, que me es y me hace... Y ha pasado tanto tiempo... 
Aquí nos conocimos... Un día de lluvia... Perdidos en la ciudad como dos mendigos en la calle... Uno a cada lado de la calle, esperando cruzar... a la carrera... y en aquel encuentro, en aquel choque de cuerpos (como de trenes), nuestros ojos se estrellaron...

Miré por inercia al cielo... Me regó toda la cara. Cerré los ojos... Me dejé ir. Diría, seguro, quien me mirara que era una loca... Una loca bajo la lluvia... Sin saber que me estaba llenado de paz, de vida..., de su recuerdo y de sus ganas. Y de las mías.

Creí escuchar mi nombre. Reaccioné. Miré a un lado y a otro. Aparté la lluvia de mis ojos… ¡Dios! Me pareció verlo… Sí, entre la gente, esperándome. Bajé del bus como alma que corría del diablo. Llegaba tarde ¡Maldito tráfico! ¡Maldito reloj! 

¿Dónde estaba? Juraría que lo había visto. Me había citado a dos pasos de ahí… donde nos cruzó el destino. Corrí como una loca hasta la estatua del León…

¡Maldije a los mil demonios! Miré al cielo. Bajé la cabeza a continuación y suspiré con resignación, dejando que el aire saliera lentamente.
Unos dedos en mi hombro…


- Llegas tarde, "leona"… ¿Bailamos? 

Y él fue canturreando nuestra canción...




Este jueves de relatos, Pepe, desde su blog “Desgranando Momentos" nos invita a participar de una aventura que sucedió en…

18 de enero de 2016

Héroe(s)...


"No hay ser humano, por cobarde que sea, que no pueda convertirse en héroe por amor." 
Platón
Y me decías que no sabías, que no podías quererme como merezco, que te daba miedo... que el tiempo pasa y nos perderíamos, que no estabas preparado para eso.. Y te llamabas cobarde, que los héroes de amor están solo en las películas…
Decías que no eras sangre de mi sangre y, en cambio, corre por mis venas.
Decías que no eras carne de mi carne. Cierto, pero tu corazón late vivo en mi pecho.
Eres alma en mi alma. Por ti vivo, por ti sueño, por ti padezco… Por ti es todo. Todo. Porque tú me has dado vida, La Vida.

Tú eres mi héroe. Tú vibras en mí. Tú eres yo. Yo soy esa parte que necesita tu corazón para continuar. Tú eres ese corazón que me hace seguir viva, con Vida. 
Porque la vida se me iba... hiciste los actos de Generosidad y Amor más grandes.

Héroes, palabra propuesta  por Sindel desde su blog
3 de 52

14 de enero de 2016

El no oficio de mi abuelo...


Yo era muy niña pero, en aquellas tardes de calor, recuerdo la labor de mi abuelo, ahí en el pueblo. Me sentaba con otros niños en los escalones de la casa de la vecina. Las piedras aún estaban calientes después de toda la mañana al sol. Y en aquella pequeña plazoleta, veía a mi abuelo aventar la lana.

Unos días antes, mi madre y mi abuela habían ido al lavadero a lavar las fundas de los colchones y almohadas: Rayas rojas o verdes o esas otras que se hacían de restos de otras telas.
Mi abuelo se preparaba las varas y sacaba la caja de madera de bucho (boj) donde guardaba  las agujas, los punzones y las lizas.

Recuerdo que las dos varas de bucho (boj) en las manos de mi abuelo silbaban en el aire como una canción y levantaban la lana, no de cualquier manera, sino que los movimientos de brazos y muñecas hacían que volara como si estuviera nevando a pleno sol. Me había explicado que ese modo de aventarla era para que los nudos se soltaran, para que se desprendiera bien la suciedad y la lana tomara aire para coger esponjosidad.

Yo también participaba de algún modo. Me encargaba de ir a la despensa, donde en un saquito de tela tenía sus hierbas. Las íbamos a recoger unas semanas antes, respetando su floración, su temporada. Y él las conocía perfectamente. Así que yo le acercaba las que me decía, las que había preparado con él.

Aquellas manos, acostumbradas a los trabajos rudos, y también a curar, se convertían en diestras y finas para coser las telas y formar los colchones. Casi era como un ritual. Así lo recuerdo yo. Ya cansado de varear, extendía la lana correspondiente sobre la enorme tela, dejando la mitad libre para poder juntarlas después. Antes de eso y de empezar a coser, esparcía las hierbas por encima de la lana. Eran para conciliar el suelo y reconfortar, decía.
Con un punzón y varios dobles de liza iba atravesando, de arriba abajo y a lo ancho y largo de manera emparejada, el colchón. Yo pensaba que era para que quedara bonito con aquellos botones de madera. Él se reía y negaba con un gesto mientras con la mano sobre mi cabeza, como si me estuviera bendiciendo, me explicaba con paciencia que era para sujetar la lana y dar firmeza al colchón.

Mi abuelo no trabajaba de colchonero pero hacía ese trabajo como el mejor.



Dorotea, desde su blog “Lazos y Raíces” nos anima a recordar alguno de aquellos antiguos oficios, hoy vivos casi solo en la memoria de los más mayores.

11 de enero de 2016

Desencuentro...


Te pido, Viento, que crees una bruma con tus nubes y me escondas tras ella. Te pido, Luna, que me disculpes si no te cuento todos mis secretos ni todas mis verdades. Ahora todo parece ecos y mentiras de mi boca. Intentos falsos en este desencuentro, mas concédeme la dicha de seguir dando luz a mi oscuridad.

Y cuidad de él, sobre todo de él. Yo no puedo. Quedan las cicatrices de las heridas sufridas en esta batalla. Queda la sangre de las inferidas recientes y esas…, yo no las puedo curar porque me las he autoinfligido sin darme cuenta.

Viento, prometo no volver a caminar sobre mis pasos. Ya no. Ya no puedo… Ya no debo. 
Seré el secreto de mi tumba. La libertad de su brisa.
Luna, perdóname por haber amado y ayúdame a volver a mirar con los ojos más alegres, con más esperanza, sin restos de heridas...

Perdonadme por todo si sabéis, si podéis... Yo cargo con mi culpa y pago por ella. Dadme tiempo a recuperar mi alma.
Brumas, podéis venir a buscarme. Estoy lista.


***  ***  ***  ***  ***  ***  ***  ***  ***
Desencuentro, palabra propuesta por Sindel desde su blog
Palabras de Sindel
2 de 52

7 de enero de 2016

En mis sueños...

Hay rumor de las arenas del desierto 
que siendo dunas se elevan al viento en torno a mí. 
Inundan mis pies bajo mil sayas y una única piel,
y surgen espirales hasta enlazarse con mis cabellos.
Hay el murmullo de caracolas 
que me traen el sonido de los siete mares, 
de los vientos del sur, estelas de barcos cargados de tesoros 
y de las gaviotas planeando bajo un cielo azul.


Hay sonar de cascos de caballos al galope 
que mueren desbocados en la orilla de la calma, 
ahí donde muere la noche y nace el alba. 
Hay soniquete de la lluvia contra el suelo, 
contra los cristales, banda sonora de su cuerpo pegado al mío.
Y mariposas que revolotean desde la yemas de los dedos hasta el alma.

Hay Minotauros de ojos oscuros y testuz azabache, 
sin cordones de Ariadna y sin Teseo que me salve, 
que me señalan el destino entre  acertijos.

Hay cielos estrellados con luna llena. 
Hay tormentas de hielo y arena. 
Hay palabras sacras que claman misterio y bendicen pasiones. 
Hay lágrimas que enrasan mis ojos y los suyos. 
Hay abrazos que se condensan en un eterno instante atemporal
y besos que enaltecen a la ternura y al deseo.

En mis sueños…

Hay grandes lagos azules de cristalinas aguas, 
árboles que crecen hasta parecer tocar las nubes 
y noches tan oscuras como la boca de un lobo en noche sin luna.


Hay un hombre que se viste de nocturnidad y también de ancestro, 
de arena y aguas, de sabio y de loco, 
que me habla de las estrellas y me cuenta mil historias 
en ciento y un idioma de infinitas formas,
que me roba los sueños y me planta realidades
mientras dibuja arabescos en mi corazón.

En mis sueños… están mis verdades. 


  ***  ***  ***  ***  ***  ***  *** ***


Ame, desde su blog, “Ameny,El Edén” nos invita a hablar de sueños.

Estos son mis sueños, simbólicos, místicos, recurrentes…, fantásticos…

4 de enero de 2016

Recién nacido... Fuego...

Del juego de tus manos con el roce de las mías,
de tu boca en mis anhelos,
late, palpita, brinca, golpea,
vive, danza, aletea…, juguetea
en supuesta languidez este amor de deseo recién nacido,
venido del tiempo y de la nada,
del todo que lo cubre y del todo lo que busca,
exhala y clama, flamea la lozanía y muere la tristeza.

 
Este deseo nace fresco como la lluvia que nos moja…,
como el rocío estrellado que brota entre mis juncos
centelleados del fuego lascivo de dos dedos que,
como lengua bífida, serpentean y dragan
en la gruta inmersa de mi Olimpo;
y de la rebosante espuma renacida del lúbrico y carnoso látigo
que ruborizado entre tus labios estalla en los míos. 
Recién nacido el orgasmo que pronuncia tu nombre 
entre los arameos de mi saliva.

Recién nacido, palabras propuestas  por Sindel desde su blog, con la novedad este año de combinar con canciones,
Palabras de Sindel
1 de 52

3 de enero de 2016

La verdad, te sabía...

Te vi antes de conocerte.
Percibí tu sentimiento, la razón de tus sentidos;
la magia de tus palabras, el calor de tu cuerpo;
la ternura de cada gesto, la sonrisa de tu boca, el brillo de tus ojos...

Por imaginar, llegué a imaginar a qué sabían tus besos, cómo olía tu piel; 
cómo era despertar contigo después de una noche 
loca de amor y pasión, lujuria y deseo.... 
o qué podría ser dormir abrazada a ti...

Por imaginar, llegué a intuir que era verdad...
Hoy ya no imagino, no intuyo... porque hoy, hoy ya eres realidad.
Ya te confirmo.
Ya sé a qué saben tus besos: A ternura y pasión; 
cómo suena tu voz, el retumbar en mi alma;
el color de tus ojos, de ese almíbar que endulza, 
o la fuerza de tu mirada con el frescor de la picardía...
cómo huele tu piel, de dos mil especias envueltas en mar y arena;
cómo son tus caricias, arrebato de silencios que gritan
despertando en la noche o adormeciendo en la mañana...
Sí, ya... Ya sé...
Ya sabemos.