París, 1890
Mi querido Augus, es mediados de mayo y hoy ha llovido todo el día pero aún así he salido a pasear un poco. Los adoquines de Boulevard de Clichy han sido siempre testigos de mis pasos al caer la tarde, cuando se supone que las señoritas de bien se esconden y las que menos bien se muestran. Intento confundirme entre ellas mientras paseo por el corazón de Montmartre, perdido entre un entramado de calles empinadas y escalones. Observo las escandalosas y fantásticas fachadas de sus locales nocturnos: los mismos que han escandalizado a la parte puritana de la sociedad parisina. Me gustan sus nombres: Le ciel et l’enfer, le taberne des Truands, le Moulin Rouge o el Moulin de la Galette… Todos hablan de pecado y de libertad.
Pienso que un día podré abrir mi local: La Petit Mort, al que espero puedas venir. París, Mon Péché... París, Mi Pecado.
Reconozco que de la mano de Monsieur Lautrec estoy conociendo la noche parisina, sus luces y sus sombras. He empezado a frecuentar los cabarets, los cafés cantantes donde una nube de humo hace sombra a las cantantes y, sí, también conozco algunos burdeles. Parece que encuentra mucha inspiración en ellos. Le llaman el amigo de las putas.
He posado para él, desnuda sobre una cama donde yacían también los excesos pero eso quedará solo para nuestros ojos. Sé que esto te va a hacer daño pero siempre he dicho que te hablaría con la verdad.
Su obsesión con "la loca", ya te he hablado de Jane Avril anteriormente, nos está alejando pero eso me da tiempo para rodearme de los Maestros de Montmartre. Mientras dejo que me pinten y me paguen unos dineros por ello, me emborracho de su arte aunque eso suponga escuchar las penas del inconformista Van Gogh, aguantar las manías de Renoir o esos arrebatos de Pierre. Realmente, a pesar de todo es mucho más interesante que Henri: un auténtico pendenciero lo que no le resta talento. Tiene fama de atormentado y borracho, con su metro y medio, su sombrero de bombín, su bastón y su larga levita, barba poblada y anteojos escondiendo unos ojos pequeños y oscuros perdidos en un abismo de martirio. Pero disfruto de las charlas con Degas aunque me pierda tras el humo de sus cigarros.
Hoy ha aparecido uno nuevo. Dicen que es español. No recuerdo ahora su nombre… Le han enseñado alguno de mis dibujos. Dice que tengo arte y atrevimiento. Será que eso de pintar hombres desnudos no está muy visto. Me ha llamado Madeimoselle Lilith. Temo que en petit comité voy a seguir así. Hay un británico al que le gusta leerme sus poemas. Dicen que ha estado en la cárcel. Está escribiendo una novela. He leído unas pocas páginas. Me gusta mucho aunque es un tormento. No te diré la trama pero creo que si se la publican será un éxito. Su personaje se llama Dorian. Te contaré un secreto: Le gustan los hombres. No me escandaliza.
Se hace la noche y he de salir. Mañana llevaré la carta para que te llegue. Junto a ella te envío unas fotografías y uno de los últimos retratos que me han realizado. Llevo el vestido azul que me regalaste. Si deseas que te mande algo en especial, házmelo saber.
Prométeme que serás feliz. Sé que no apruebas mi vida pero tú tampoco me pediste parecer para casarte con Belinda.
Tal vez, algún día, nuestro camino vuelva a cruzarse pero bien temo que es largo todavía.
Clodette
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Helene Vary Toulouse Lautrec |
Esta carta forma parte de la idea "Un viaje con..." propuesta
Podéis coger las maletas y partir a otros destinos.
Aunque algunos artistas sí coincidieron e incluso
llegaran a conocerse, me he permitido, al igual que pasarme de palabras, cierta licencia anacrónica para cerrar el
relato al referirme, directa o indirecta, a alguno de ellos. Os he
querido, así, llevar al París más bohemio de la Belle Époque.
C'est toujours un plaisir de voyager avec vous Mademoiselle Lilith
ResponderEliminarA bientôt ...
Tout le plaisir était pour moi, merci. Un Bisou :-)
Me has transportado a esos lugares que conozco, Mag. La historia es preciosa y cómo no incluir a esos pintores de renombre, incluso Henri, cuya vida atormentada le dio más fama.
ResponderEliminarTe felicito y te admiro una vez más.
Mil besitos que te lleguen y feliz tarde ♥
Yo no he estado nunca en París pero el día que vaya sé que los suelos de Montmartre sabrán saludarme.
EliminarParís tiene un encanto especial.
Besos enormes y gracias mil :-)
Justificado si hay un anacronismo. Que relato tan interesante, además epistolar, sobre ese Paris.
ResponderEliminarLa historia de una musa de esos grandes.
Besos con admiración
Una musa que puede ser uno de ellos. De hecho, sabe que lo es... y ellos, también.
EliminarUn beso, Demi, y muchas gracias.
Me encanta como lo relatas aunque no conozco Paris me he sentido alli en la Belle Epoque y creo que has nombrado a la mayoria de pintores que me encantan. Besos.
ResponderEliminarMe alegro de nombrarte unos pocos... Me resultaba complicado hacer una paseo con todos sin extenderme mucho pero creo que el paseo ha podido merecer la pena.
EliminarUn beso enorme y mil gracias.
Un gran paseo por la cuna de los artistas, seguro que aprendiste mucho de ellos, y de esa gran ciudad que es París, con su gran Montmatre y alrededores. Un viaje inolvidable si lugar a dudas.
ResponderEliminarUn abrazo
Estoy segura de que inolvidable es. Creo que todos aprendemos un poco del lugar que pisan nuestros pies y, si es de según que manos, aprender es mucho más fácil.
EliminarUn beso :-)
La carta suena tan real que si alguien la lee sin saber el contexto de la creación, podría pensar que es verdadera. Lo cuentas muy bien, y haces sentir las palabras de quien escribe como si contara una vivencia que ocurrió en la historia.
ResponderEliminarBeso dulce Magda y dulce fin de semana.
Cuando empecé a escribirla, me imaginé a una joven ante los cristales de una habitación alquilada, de esas que llevan impresas un encanto especial porque tienen luz propia de la persona que habita en ella, guiada a la lumbre de unas velas porque la luz eléctrica era un poco floja... Un halo romántico, esa es la verdad.
EliminarQuién sabe si no ocurrió en su día :-)
Un beso enorme y agradecida.
estar con todos ellos sería el paraíso para alguien que valore el arte.... Van Gogh aunque es mi favorito sería insoportable en persona ja.... y la referencia al hermoso y encantador Wilde es una delicia... que lindo sería todo ésto en París no? saludos!!!
ResponderEliminarDebió ser una época de esas que deberían venir de tanto en tanto, como una especie de túnel del tiempo. Yo me apuntaría, desde luego.
EliminarUn beso.
Gracias mil.
Me he permitido soñar, y me he apuntado al paseo con él y aun café con dos o tres mas y por supuesto contigo. Una velada mágica. Abrazos
ResponderEliminarLos que hagan falta. Igual nos acercamos a "Le cat noir". Seguro que encontramos a alguien :)
EliminarUn beso grande.
¡Qué buena escenificación!, realmente me has trasladado
ResponderEliminaral París de la Belle Époque. ¡Maravilloso!.
Besos, Mag
Me alegra mucho saber que te he podido llevar por un momento a un bello rincón de la ciudad.
EliminarUn beso y mil gracias.
Saliendo del salón de la rue Molins en París, buen fin de semana.
ResponderEliminarKisss y Kisss
Espero que tu estancia haya sido grata y te queden ganas de volver.
EliminarUn beso grande :-)
Gracias por venir.
Excelente! Un relato cargado de emociones y melancolías por un París que seduce desde tus palabras. Un placer leerte. Un abrazo
ResponderEliminarEl placer por tenerte aquí es mío.
EliminarGracias por tus palabras y ¡bien halladas en París!
Un beso.
Un viaje en el tiempo muy lindo. Fuia a la exposición temporal de Lautrec y ^Picasso, similitudes, del Thyssen y has conseguido llevarme al ambiente que se respiraba en ese espacio de recreación.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Un abrazo
¡Qué bueno saber esto!
EliminarLo cierto es que por deferentes que puedan ser entre ellos, al final, hay algo que une.
Gracias mil y besos.
Muy interesante tu aportación, llena de datos y nombres... Quién no quisiera viajar al París de aquella época! Gracias y un gran abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti por la idea y por venir un ratito.
EliminarNos vamos leyendo.
Un beso para ti también.
Encantador relato, Mag.
ResponderEliminarMe he disfrutado este viaje al pasado tan ameno, tan lleno de nostalgias. Me encanta París, siempre lo visito una o dos veces al año. Es espectacular, al igual que tu hermoso texto.
Abrazo!
Hola, Yessy.
ResponderEliminarAlegría verte :-)
Espero poder seguirte en esa costumbre de visitar la ciudad.
Me satisface que hayas disfrutado de este viaje a través de mis palabras. Muchas gracias.
Un beso.