Una taza de café humeante aguardaba a un lado sobre un plato de loza inglesa. Desearía no tener que comprobar la hora en el reloj pero el tiempo era insalvable.
Relato para el reto de Gin, "Silencio, se rueda..." que podéis ver junto a otros en:
En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.
Me encantó este relato y el poner la cocina como escenario de la acción , porque es en ella donde más se notan las soledades sobrevenidas, sean por el motivo que sean.
ResponderEliminar¡Soberbio! Que bueno, casi una novela corta si olvidamos las reglas novelísticas, no se necesitan páginas cuando hay magia y un final sorprendente. Saltibrincos
ResponderEliminarFelicitaciones a ambas, a ti por este magnífico relato, y a Ginebra por su creatividad, generosidad y cariño, la verdad es que se merece el cielo, siempre tan generosa y cariñosa, es un AMOR DE MUJER.
ResponderEliminarLas imágenes no son las que puso ella ¿no? es que no me suenan.
Besos enormes a ambas y feliz noche.
Tú en relatos ya tienes experticia, así que no extraña encontrar algo que deja un buen sabor al leerlo, con esa atención que nos lleva al final. También mencionar a Gine y su generoso trabajo para con todos.
ResponderEliminarBeso dulce Magda.
Casi puedo decir, que cogí cariño a vuestros textos… Los mimé y cuidé para llevar a cabo este proyecto, enamorándome de cada uno de ellos… Por raro que parezca, pero es así la emoción que me envuelve…
ResponderEliminarHermoso tu relato, en el que llegar a sentir en la propia piel, esas lágrimas no derramadas, esos sorbos de café, y ese pensamiento que la inunda… para dar un repentino y maravilloso giro...
Gracias de corazón por tu valiosa y preciosa aportación, mi querida Mag… 🌹
Bsoss enormes con cariño 😘
Lo he leído antes y aun así me sorprendió tu giro argumental. Que haya atacado a las fotos.
ResponderEliminarY que dedicación que tuvo Ginebra con nuestros textos.
Besos.
Un buen relato, sin duda.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Besos.
Hola, hace tiempo que no te encuentro ni leo.
ResponderEliminarMe ha encantado este relato, envolvente, ameno y por un momento creí que el cuchillo
era para ella, hasta que aterrezó en las fotos.
Un placer vilverte a leer.
Un abrazo.
Ambar
Me atrapó desde el inicio, haces que las imágenes se vean tan nítidas con tus palabras... y el final me sorprendió. Un muy buen relato, algo a lo que ya nos tienes acostumbrados.
ResponderEliminarBesisssssssss hermosa!
Es precioso como todo cuanto engendras, mi querida Mag.
ResponderEliminarOs felicito a ambas, a ti por tu fantástica aportación y a nuestra querida Gine por ser así de creativa y generosa.
Mil besitos para cada una y feliz inicio de semana para ambas.
Un buen relato donde se lee entre líneas la soledad de esa mujer. Y parecía que ella se iba a pinchar con el cuchillo y sin embargo la venganza era otra. Un abrazo
ResponderEliminarMillones de gracias a tod@ por pasaros y dedicarme lo que siempre os digo: Palabras, tiempo y cariño.
ResponderEliminarOs dejo el mío y mi más sincerada gratitud.
Besos muy grandes.