Muero en ti, en cada instante de ausencia y en cada momento de presencia porque eres Todo...
Eres ese Universo descarnado que eleva mi alma más allá de donde podrían llevarme unas alas.
Es de noche... Es de día...
En mi mundo eres tú quien llena las horas...
El estremecimiento al oír tus pasos acercarse, el estremecimiento de sentir tu mano sobre mi piel...
Tu boca, la bocanada de aire que me agita, que me dice que sí, que sigo viva y plena...
Y es en ti donde nazco, donde muero... Donde resucito...
No hay mejor muerte más apasionada que la de morir en el cuerpo del amado, en su boca, en sus horas, en su voz, en la melodía de sus latidos, en el universo de todo su ser.
ResponderEliminarUn beso.
Morir para renacer, porque la muerte solo es un cambio de estado y no algo negativo, sino mejor.
ResponderEliminarBesos de dulce.
María...
ResponderEliminarDulce...
Es esa muerte que nos eleva desde los más profundo de nuestro ser. El ser que se entrega sin condiciones, que se da en todo su esplendo, en toda su magnificencia... Y es sque sí, efectivamente, no hay mejor muerte que esa que te hace ser mejor y más...
Si eso es morir... mátame.
ResponderEliminarBesos Carnales.
Así, yo muero una y otra vez... No me importan las horas ni las veces.
EliminarBesos grandes, Pecado.
Esa muerte sí que es interesante.
ResponderEliminar