En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

7 de septiembre de 2015

Almas del desierto...

Extiendo mi mano  hacia tu pecho, donde late tu corazón, con toda la dulzura del mundo, con toda la mansedumbre necesaria para tocar algo que se puede herir…, con el tiempo a favor, para saber que eres cierto… Te acaricio y te mueves. Comienzas a hundir tus huellas en la arena, a mi alrededor, observándome, trazando esa línea imaginaria que sé que se va a romper cuando tus manos marquen mi cintura, cuando tu pecho se pegue a mi espalda, cuando apartes mi pelo y tu aliento fustigue mi nuca…

Y me susurras “mujer del desierto” mientras tus labios rozan mi lóbulo, mientras tus manos se anclan ahí donde relinchan mis caballos, y deseo que los domes, uno a uno, agarrado a sus crines, silbando al viento que se detiene por momentos… Y la luna nos sigue iluminando, celosa, temerosa de su puesta… Y me giras, y mis caballos conmigo. Y me miras a los ojos de nuevo y en ellos me reflejo, noche oscura, noche diamante… Y me dominas en silencio, con el solo tacto de tu piel, con la brisa de tus besos, con el bálsamo de tu saliva impregnada en nuestros sueños…

Y soy yo, hechicera de los tuyos, leyenda de tu alma…
Y eres Tú, domador de mis corceles, de mi alma… la que cabalga, la que trota… la que danza… alrededor del fuego, en torno a ti...
Misterio, secreto… Sacramento.

8 comentarios:

  1. Mujer atrapante del desierto, mujer profunda, mujer sensual, mujer diamante en la noche, hechicera de su alma, la que cabalga y trota sin fin...

    Un besazo enorme, preciosa.

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    1. Me encanta mi origen o, mejor dicho, el origen más real de mi alma. Y ahí, en ese ambiente, crecen mis más fuertes pasiones...

      Un beso enorme.

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  2. "Mujer del desierto", que tanto expresa esa frase en su voz...
    Eriza la piel, desequilibra los sentidos....
    Alma de su alma...

    Besos, mi Azul Misterio... Mi Azul Secreto... Mi Azul Sacramento... jeje ;)
    Cariños muchos... :***

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    1. Siempre tan dulce y cariñosa conmigo :-)
      Sí, Mujer del Desierto... Esa soy yo.

      Gracias por verme así de Azul.
      Besos enormes. Perdona la tardanza en responder.

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  3. El desierto como escenario de ese dominio y de esa pasión entregada. Los deseos desatados de dos almas toman forma en la piel, grabándose en la carne. Bellísimo, Mag, como siempre encantada de leerte.

    Mil besiotos, preciosa y feliz noche.

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    1. El desierto es un escenario muy,muy especial donde esas dos almas, que se pertenecen y coexisten, se viven en total entrega e intensidad.
      Gracias por tus palabras.

      Besos grandes y una sonrisa.

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  4. El calor desértico da pie a las pasiones del alma.

    Beso dulce.

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  5. Magistral! Un candente texto, tus palabras llevan la fuerza de un remolino desértico.
    Beso

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Sueña porque soñar es vivir y vivir es sentir...