En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

25 de febrero de 2016

Travesuras...

Javi no había cumplido todavía los dos años pero ya había dado muestras más que evidentes de sus quehaceres.
No había sido su ingenio en convertir a los pollitos en patos cuando aquella mañana de verano, jugando en la terraza, por un hueco en la pared, se habían colado los animalitos que su vecino había comprado el día de antes.
Hacía calor y en su buen propósito, Javi, llenó el lavadero de la abuela, echando en él lo primero que le pareció: Azulete.
Hábilmente  se hizo con cada uno de los doce pollitos… ¡Al agua patos!
¡Ay, los pollos! ¡Pobre pollos con sus patitas hacia arriba!
Una semana escondido en las faldas de su madre.


Aquel otro día no iba a ser menos. Un descanso en medio de la jornada de pintura y el pequeño Javi decidió darse un paseo para supervisar la tarea. Aquella bolsa de pintura blanca lo reclamaba. ¡Javi, ven! ¡Javi, sácame de aquí! Y él, obediente como pocos, se acercó a ella. La tomó entre sus manos, la llevó a su boca para besarla con mimo pero, de pronto, ¡¡¡zasss!!! Un mordisquito, y la pintura saltó con alegría sobre su cara, sobre su cuerpo semidesnudo. ¡Ay, c‘a pasao!
Y escuchó los pasos de su tío acerándose por el pasillo que conducía a la terraza. Sin pensar, se tiró al suelo y permaneció inmóvil.
¡Ay, el niño! ¡Joio, niño!
Y el niño no movía ni pie ni garras… La familia alborotada, asustada… El niño “inconsciente”… La ambulancia de camino, la abuela llorando desesperada, todo el mundo asustado porque el niño que había tragado pintura, se había envenenado… y no reaccionaba…
Y camino de la ambulancia, aparcada en la puerta de casa, en brazos de su tío, el pequeño Javi abrió los ojos. Miró al hombre cuyo rostro estaba desencajado y se echó a reír… con toda su cara, como si aquello no fuera con él…
¡La madre que lo trajo!


Javi ha cambiado, gracias a Dios, pero son innumerables las jugarretas… pero a conciencia. Sabía lo que hacía y disfrutaba con ello. Pero a sus casi cincuenta años sigue siendo muy pillo.

(Basado en hechos reales).



Esta semana hablamos de Travesuras. Así nos lo propone Inma desde su blog “Moli del canyer”, donde podéis encontrar más historias.

18 comentarios:

  1. Jajaja pero qué travieso Javi, y qué pillo como hizo alborotar a toda la familia que hasta tuvieron que llamar a la ambulancia pero qué susto pasaron jajaja menos mal que fue una jugarreta del pillín de Javi jolines pero qué trasto, y di ahora con 50,años si sigue igual si que es para temerle jajaja.

    Un beso pecaminoso.

    ResponderEliminar
  2. Era de temer, más que los duendes de mi relato. Es de agradecer que haya crecido pero ¿Sigue siendo travieso?
    Besos.

    ResponderEliminar
  3. Y es que cuando uno lo lleva dentro....pequeño diablillo hará gran diablo. Por lo menos dejara su huella en esta vida. Muy buen relato, besos.

    ResponderEliminar
  4. Bueno, yo al menos pienso que aquellos que han (hemos) sido muy traviesos de niños, cuando llegan a la madurez, como que la disfrutan mas...y no porque ya estan (estemos) cansados, sino porque siempre llegan a la memoria esos momentos en que alguna jugada le hicimos a alguien..alguna escapada del colegio por la puerta del basurero..o la tinta china inyectada dentro de un globo de agua que fue a parar al uniforme de la chica que no te caía bien en el colegio...las entradas en la piscina del club por las noches cuando ya no estaba el encargado..y esas son las buenas, no como el pica pica en la espalda del compañero de adelante en clases...llegar al campamento de scout que llegaban de vacaciones y decomisar toda su ropa cuando no estaban..aunque esas tampoco son las peores..ajajajjaa pero ya paro..o me disparan...
    Como dije...es bueno llegar a la madurez y ser responsable...o eso creo..besosososoos

    ResponderEliminar
  5. Los hay que apuntan maneras desde bien pequeños. Me llevo una sonrisa a mis sueños, Mag. Ay, los niños lo que dan de sí... y eso con los años...dura y perdura.

    Mil besitos, preciosa.

    ResponderEliminar
  6. La realidad supera a la ficción, y el que es travieso con la edad mejora y se supera. Deberíamos estar presentes en todas la reuniones. Saltos y brincos

    ResponderEliminar
  7. La inquietud de un niño aunque a veces cause estragos es algo natural y que todo niño debería tener, claro, ya siendo adulto eso hay que encausarlo, sino...

    Un beso dulce y dulce fin de semana.

    ResponderEliminar
  8. Ayyyyyyy yo lo pongo después inconsciente de verdad del reto que le pego! jejej...qué susto, mi dios!...me imagino lo terrible que debía ser por aquellos tiempos.
    Buen relato, muy travieso el pequeñín!
    =D

    ResponderEliminar
  9. GRACIAS A TOD@S por vuestros comentarios y pediros disculpas por no responder un@ a un@ pero ando como bien puedo.

    Os aseguro que Javi es un trocito de pan pero es muy pícaro. Ya no gasta bromas así pero es que era muy consiente en la mayoría de las veces para la edad que tenía.
    Y eso que no he contado la vez que puso a un perrete que cogío de la calle en la lavadora porque estaba sucio. Menos mal que lo cogieron a tiempo pero el perrillo ya estaba en la lavadora de aquellas de poner la carga por arriba.
    ¡Menos mal que no hay hijos porque si salen como él... de pequeño...Uffff!!!!!

    Besos muy grandes para tod@s y abrazos enormes.
    Os veo en vuestras Casas.

    ResponderEliminar
  10. Ja,ja,ja, vaya con Javi, menudo susto le dio a la familia! Estas cosas son muy divertidas "a toro pasado" pero cuando las vives en el momento, a más de una madre de aquella época se le escaparían unos buenos azotes en el culo...
    Muy buena historia!
    Un beso

    ResponderEliminar
  11. Javi es el alma gemela de un hijo mío. Personajillos que disfrutan de lo lingo incordiando y haciendo travesuras. Quien tuvo retuvo y de mayores suelen seguir siendo un poco inquietos como rabo de lagartija.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Pues vaya susto.Hay niños que tienen tanta imaginación, hasta para hacer travesuras.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  13. ¡Vaya elemento el Javi! jajajajaj Me encanta, porque se que los que de pequeños hemos sido traviesillos (que no malos) ahora de mayores, somos mas buenossssss.
    Un besazo

    ResponderEliminar
  14. Ya he dicgo yo que las travesuras no tienen edad.

    ResponderEliminar
  15. Ya conocía las "travesuras-aventuras" de Javi pero al releerlas no he podido evitar llorar de la risa!! ...mítico Javi!!

    Besotes enormes y el resto lo sabe(mo)s.

    ResponderEliminar
  16. Buena ficha estaba hecho este Javi. La verdad es que estas travesuras contadas con los ojos de la inocencia, llenan el alma de ternura.
    Seguro que ahora, a sus cincuenta años, algo de aquel niño sigue quedando.
    Me gustó mucho.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. Jolín con Javi, vaya un pieza. Lo divertido que es contarlo,pero pasarlo es otra cosa bién difernte. Me ha gustado mucho y la forma que lo explicas.
    Te mando un abrazo del oso

    ResponderEliminar
  18. Vaya este Javi. Pero quien no ha sido niño. Con las rodillas hechas trizas de trepas arboles o luchar contra dragones. Me encanto. Un beso

    ResponderEliminar

Sueña porque soñar es vivir y vivir es sentir...