Mi ortodoxia consistía en escuchar los consejos de los mayores que sabían de ello. Apenas había podido ir a Elis el tiempo necesario. Era requisito esencial para poder participar en los Juegos. Luego, el Juramento.
En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.
18 de agosto de 2016
Δαμιανός, el dios mortal...
Mi ortodoxia consistía en escuchar los consejos de los mayores que sabían de ello. Apenas había podido ir a Elis el tiempo necesario. Era requisito esencial para poder participar en los Juegos. Luego, el Juramento.
Y que mejor relato sobre los juegos olímpicos, que uno sobre esos primeros juegos olímpicos, con el espiritu agonal.
ResponderEliminarBesos.
Me ha encantado ese final, el levantar los brazos a los cielos y caer en oración.
ResponderEliminarGenial tu relato juevero.
Un besazo, Mag.
La voz interior de un competidor es la que presentas en tu relato, la convicción para llegar al éxito.
ResponderEliminarBeso dulce y dulce noche Magda.
Un relato muy bien llevado y con lujo de detalles nos has traido, Mag. Nos has catapultado con facilidad hasta esos años en que los juegos de atletismo nacían con tanta trascendencia y significado. Gracias por ello.
ResponderEliminarP.d
el atleta con que ilustras al final... qué decir... sin palabras!!!
=D
Un ritmo que deja participar en la lectura, introducirse en el personaje y sentir esa fuerza interior y la motivación que todo lo mueve.
ResponderEliminarTe felicito, Mag. Un texto maravillosamente narrado y esculpido.
He disfrutado mucho de la historia, le has dado vida.
Mil besitos, querida mía.
Lo que siente el atleta creo que no ha debido cambiar desde sus orígenes hasta el día de hoy.
ResponderEliminarUna preciosa historia en esa bella Olimpia, donde la voluntad y elmpundonor son lo primero.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué hermoso relato, Mag… Tan importante o más esa preparación espiritual, que la del cuerpo… Esa voz interior que impulsa a nuestros pasos... Me encantó, amiga…
ResponderEliminarBsoss y cariños!! ♥
Ufff, pero qué mal voy con las respuestas.
ResponderEliminarOs dejo mis infinitas gracias y mis mejores deseos.
Besos y abrazos .-)