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Estación oscense de Canfranc
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Su voz era como un susurro, hablaba y hablaba sin escatimar en detalles. A
esas horas de la noche, los pormenores sobre la historia de nuestra familia me
adormecían sin poder evitarlo. El abuelo repetía una y otra vez la aventura de
aquel viaje en el que una vez en el tren que unía Francia
con España a través del paso de Canfranc, preservó la vida por la generosidad
de un grupo de personas que arriesgaban la suya por ayudarles y salvarles de la
barbarie de la Solución Final.
El estrecho
túnel era la salvación. Al otro lado, España y el punto de partida para vivir.
Luego Madrid. Después Portugal. Tal vez, América.
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Túnel de Canfranc que unía España con Francia. Actualmente, cerrado. |
Era de las
peores noches. La temperatura no subía de los veinte bajo cero y, además, había
ventisca. Cuatro cosas. Poco más de lo imprescindible pero algo importante: La
vida.
Había que
pasar andando aquella oscuridad. Despacio, en silencio…, con calma pero sin
parar, sin echar la vista atrás.
Y si hay
vida, hay esperanza… Y amor.
Laura
viajaba sola. Apenas una adolescente. Mi abuelo un joven loco que se fijó en
aquella niña de mirada triste y perdida, entelerida de frío y desbordada de
miedo.
Compartieron
una sopa clara y la suerte de un trozo de pan duro.
Largas
horas. Estaban a salvo pero el miedo era latente. Tal vez, sus manos
entrelazadas lo atenuaban un poco mientras la noche iba camino del amanecer.
Ninguno
olvidaría esa fecha.
21 de enero de 1943.
Ni aquel
nombre: Le Lay.
"Este jueves, relato"
En esta ocasión el reto es un poco más complicado pero por imposible se hacen las cosas. De la mano de Alfredo y partiendo de su introducción, esta es mi contribución.
Os recomiendo visitar su blog picando en el nombre del mismo.
I love these old photos.
ResponderEliminarThank you for sharing . . .
Thanks, Rick! I
EliminarIt is a true story though the characters maybe are fictional... or no.
Kisses.
Muy buen relato, eres muy versátil para poder abordar cualquier tema y hacerlo bien. Te felicito.
ResponderEliminarBesos de dulce.
Muchas gracias, Dulce.
EliminarAgradezco tus palabras viniendo de alguien que escribe tan bien.
Besos.
Hemos coincidido en el mismo tren...no recuerdo el día pero era 1943...La verdad que me gustó conocer sobre la historia de ese paso cantábrico y la historia de ese monumento arquitectónico tan bello como emblemático...desde que vi la fotografía supe que mi historia sería en ese lugar...bss...
ResponderEliminar¿En serio? ¡Me alegro! Ahora iré a leerte que tengo tiempo.
EliminarPero no es el Cantábrico. Esto son los Pirineos Altoaragoneses. Está en Huesca. Un pedazo de estación increíble, con una historia importante y en su día, un paso de comunicación crucial. Ahora están mirando de reabrirlo pero a Francia le cuesta.
El paisaje que la rodea es impresionante.
Un beso enorme.
Hay fechas que nunca pueden olvidarse, que siempre permanecerán en la memoria del alma.
ResponderEliminarUn beso.
Sobre todo, cualquiera de estas entre 1942 y 1944. Trágicas fechas pero en toda tragedia hay un halo de esperanza.
ResponderEliminarUn beso enorme, María. Buena noche.
He aquí, a la vista de todos nosotros, y gracias a vos, lady Mag, un retazo hermoso, pese a la dureza, crudo y real, y por eso con tanta fuerza, de esa intrahistoria de la que nos hablaba Unamuno, y que en realidad es la urdimbre sin la cual la historia oficial no existiría.
ResponderEliminarPequeños momentos vividos por seres anónimos, pequeñas fotografías de un pasado sin el cual el presente sería distinto.
Gente buena, capaz y honrada, atrapada en la vorágine de acontecimientos que ni controlan ni han provocado, pero que marcan sus vidas y les arrastran a unas vivencias que nunca habrían elegido y que, sin embargo, los convierte, los transforma y los hace aprender y evolucionar.
Pocas palabras ha necesitado, mi querida amiga, para contarnos una historia que todos tenemos en nuestras mentes, y que despierta sentimientos siempre encontrados y difíciles de explicar.
Un beso, mi querida amiga, y gracias por contribuir a que nuestra historia, nuestra verdadera historia, la intrahistoria de la gente común y real, no caiga en el olvido.
No puedo añadir más, D. Sayiid, a todo cuando usted ha dicho. No podemos ser indiferentes al pasado pues es lo que hoy ha hecho llegar hasta hoy.
ResponderEliminarEs parte de nuestra sangre. No hemos de olvidar jamás.
Un beso, amigo.
Triste aquellos tipos de viajes, aunque en ellos como contrapunto nacía el amor para hacerlos más llevaderos.
ResponderEliminarTriste y lamentable el motivo de esas huidas pero como se dice, en el más absoluto de los caos hay un equilibrio o hasta en el terreno más inhóspito puede crecer una flor.
EliminarBesos.
Una historia llena de verídica contundencia, fiel reflejo de lo que tristemente fue y, esperemos, jamás se repita.
ResponderEliminarUn abrazo
Y que no debemos olvidar. Fue una muy dura lección. Espero que sirva para algo aunque me temo que esa fanatización y esa locura, ese sin sentido, no ha dejado de existir. Es el mismo perro pero con distinto collar.
EliminarBesos enormes.
Relato pleno de vivencia de un momento de la historia de vida de muchas familias y personas tristemente golpeadas por una cruel realidad , que ojalá nunca debiera volver a suceder...
ResponderEliminarFuerte abrazo
Lamentablemente, Cris, está sucediendo aunque no sea de la misma forma porque el "hombre" cambia aunque no siempre para bien.
EliminarUn beso y un abrazo.
Un relato muy bonito de imaginar... De pensar en ese frío, en ese miedo... Bonito y triste; pero todo pasa y queda en una buena anécdota para contar este abuelo del relato.
ResponderEliminarMe gusta muchísimo.
Muchos besos
Me imagine una escena de película y quitarle como dice, dentro de esa tristeza y miedo, un halo de esperanza.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Un beso.
Una historia llena de esperanza, donde la gran guerra acabó con muchas de ellas;pero allí en ese tren se gestó una bella historia de amor.
ResponderEliminarUn abrazo
Como siempre digo, cuando todo parece perdido es el momento de empezar.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Amor en tiempos de guerra, una pequeña pincelada de esperanza para quien ya no tenía nada.
ResponderEliminarUn saludo.
Si perdemos la esperanza ya no nos queda nada... Y si a la esperanza le añadimos un poco de amor... hasta la más grande de las tragedias parece menguar a pesar de que está es muy, muy dura... Mas la vida es bella.
ResponderEliminarUn saludo. Pikxi.
Una historia comprometida donde a pesar de tener todo en contra triunfa la generosidad y el compromiso regado, como no puede ser menos, por unas chispitas de amor. Bello relato.
ResponderEliminarMuchas gracias. Momentos amargos siempre son "bendecidos" por valores muy fuertes que se contraponen a esos otros tan oscuros.
EliminarBesos y gracias.
Tremenda historia! Reconozco mi total ignorancia sobre este túnel y sobre el nombre que citas al final. He buscado información y me ha fascinado el personaje de Le Lay.
ResponderEliminarUn beso
Como persona tuvo que ser genial, con unos valores tremendos.
EliminarLa estación, como ya he dicho, es un edificio tremendo en plena montaña.
Me alegro de que te haya picado la curiosidad. Han escrito no hace mucho un libro sobre su figura y puede ser muy interesante.
Un beso enorme y gracias.
Qué buena metáfora y qué buen contraste entre la oscuridad del túnel y la claridad de la sopa y el pan duro que compartieron.
ResponderEliminarBesos
Cualquier pequeño detalle nos puede dar un tono de esperanza.
EliminarBesos grandes y gracias.
Cuando todo se cree perdido es el momento de comenzar. Me ha hecho recordar esa frase que adoro: "La noche es más oscura justo antes de amanecer."
ResponderEliminar...por un momento pude ver los ojos de Laura.
Besos hermosa.
Sí, es tu frase favorita y me gusta. Ambas son un grito de esperanza, de ánimo..., de arranque.
EliminarA pesar de su miedo, su tristeza... los ojos de Laura son una puerta abierta.
Un beso enorme.
Me gusta tu forma de escribir, de enlazar realidades con invenciones, pincelando todo con una sensibilidad exquisita.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchísimas gracias por tus palabras, Ibso. Cuando me llegan de personas que escriben, que tienen sensibilidad... me siento muy halagada y orgullosa.
ResponderEliminarUn beso.
En un relato tan corto nos has hecho vivir el horror más duro con el amor más puro, y en ambas logras hacerlo creíble. Es un texto seco y suave al tiempo, donde el miedo y la ternura se entremezclan como tantas veces la vida misma.
ResponderEliminarMe gustó mucho, de verdad.
Un abrazo
Siempre he sido una persona optimista y creo en el valor de las personas, en su esencia. Y creo que siempre hay una luz en lo más oscuro. A pesar de esa terrible oscuridad, la luz de su alma emerge dando sentido.
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado. A mí me alegra que os llegue.
Besos grandes.
Que más se puede pedir con Dulce de fondo. El texto con una escenografía en grises y sepias se convierte en un abanico de colores estimulantes. La desgracia ya irreversible en el tiempo, queda como muestra del valor de unos y la injusta maldad de otros. Apasionante.
ResponderEliminarBesos y gracias por participar
Gracias a ti, Alfredo, por el reto de esta semana. Fácil no ha sido. Bien lo sabes, pero igual que lo hemos hecho, estas personas hicieron de algo que parecía imposible un hecho positivo. Tienen su libertad, su vida... Empezarán de cero... pero tienen por delante el derecho a todo. A ser felices..., a vivir...
EliminarUn beso enorme y hasta el jueves :-)