Me dan igual tus noches y mis lunas.
Me dan igual tus soles y mis días.
Y es que me da igual porque cuando te pienso, te siento,
te tengo… me es fácil desnudarte desde lo
más profundo de tu alma hasta el más pequeño poro de tu piel, surcando cual navío sin extraviado
todos tus mares mecidos con todos tus vientos….
Y dibujarte esos arabescos que te erizan…
Y escribir todas las caricias deshechas en deseo e
intenciones.
Y te elijo, porque no hay otra opción. Es sí o sí…
En mí no cabe el no.
En ti, no cabe el no.
En nosotros no existe el no.
No es tiempo de relojes porque, aunque el tiempo es
denso, las saetas no marcan ni minutos ni segundos cuando de amar(te)nos se
trata; y las telarañas se convierten en donaires que se entretejen entre los fondos
y el corazón; entre el alma y el cuerpo.
Es tiempo de tictacs… El de nuestros pulsos. Tiempo de
nuestros tiempos.
Da igual luz o a oscuras. Cierro mis ojos y ocupo mis
manos en que repitan y te insistan para llegar a comerte la sonrisa mientras se
te destraba el deseo, mientras me tomas como manzana fresca y me degustas al
tiempo. Y, solo entonces, reitero que no quiero un rato, que los quiero todos
para tenerte, para tenernos…
Y te respiro. Y te huelo… Y te curioseo. Y me humedezco
de eso que denominamos “ganas de comernos”, “ganas de sabernos”, “ganas de
vivirnos, de sentirnos”, “ganas de sernos”… Y te susurro, hálito de deseo y
ternura en viento caliente, un “te quiero”, un “detén el tiempo…”.
Y me comprendes. Y me entiendes… Hundes tu lengua en mi
boca, catándonos, saboreándonos, degustándonos… Somos esas dos serpientes que
se hacen el amor…
Y me prensas entre tus brazos, tarareando mi espalda. Me
dejas enroscarme en ti… como hiedra a la roca…
Y nos colamos mutuamente en el ser del otro, sin dejar de
ser NOS, para armarnos en vivir, en soñar…, como ese manojo de estrellas que
coges en tu puño para estallarlo en mi pecho.
Y es un TE QUIERO con todas las letras mayúsculas.
Un TE QUIERO en mayúsculas bien claro y entendido, desde la primera letra a la última, escrita desde tu alma y tu cuerpo.
ResponderEliminarUn beso.
Así es, Marieta. Y ese "te quiero" se queda pequeño. Te lo aseguro.
ResponderEliminarUn besazo.
Esas ganas que se hacen infinitas... eternas... pero fueron, son y serán... porque es un sentimiento en mayúscula, verdadero y sano...
ResponderEliminarBesotes hermosa!
Tú sabes de mis sentires... Y sí, es un sentimiento con MAYÚSCULAS.
EliminarOjalá...
Un besazo enorme, guapa, y mil gracias.
Con todas las letras en mayúsculas, es así como se dicen las cosas importantes.
ResponderEliminarBesos de dulce.
Así es como debe ser, Dulce, sin duda alguna, sin miedos, sin tonterías... Al menos lo que un@ siente. Gritar al universo la sinceridad y fuerza de unos sentimientos.
EliminarUn beso enorme.
Me da igual el resto del mundo, en este preciso momento estoy enamorada de este hermoso escrito, y cada frase se ha quedado tatuada en mi corazón, y en mi alma...
ResponderEliminarGanas, pasión, amor.... Y más, gritan tus letras, mi Magda hermosa...
Un besote....
Y precioso sábado tras una noche de Mágica Luna Azul.... ;)
Mi luna azul me ha traído cosas muy buenas y mucha energía.
ResponderEliminarY yo estoy abrumada con tus palabras, niña, porque eres excelsa con ellas.
Pero, ¿sabes? Es que yo siento así y cuando amo, a mí me da igual el mundo... porque mi mundo es esa persona.
Besos enormes, muy enormes...