Todo mi cuerpo tiembla ante la emoción de tomar un dulce como ese. Mi aliento se pega a una de ellas... Inhalo su olor. Su aroma me envuelve y me incita a pasar la lengua... despacio, recreándome. Mi boca saliva y la lengua pasa a la otra bola. Mantengo bien sujeta la base sobre la que se apoyan. Mi mano tibia el elemento y su roce produce la temperatura que el postre necesita para deshacerse en mi boca. Las aprieto con suavidad, intercambiado mi boca y mi lengua entre una y otra. Lo hago con sutileza, arañando con los dientes cuando van entrando en mi cavidad bucal.
Esa sensación me domina... Dejo un poco para el final. Quiero disfrutar. Ir poco a poco. Me aplico en el barquillo que gotea. Chupo. Absorbo... No quiero dejar nada. Aprieto con los labios la punta. Está blandita, brillante, con una tonalidad más clarita. Tierna. Inocente. La punta de mi lengua apura el agujerito por el que quiere salir el líquido que contiene...
Me encanta... Salivo. Babeo.
Mordisqueo con lisura, como recortando la parte más dura y más gruesa; esa donde se marcan los surcos henchidos por la presión que ejerzo sobre él, dejando que entre lentamente en mi boca, sin oprimir con los labios, retirando la lengua, y sin piedad. La fricción calienta mi postre. Me relamo y miro con avaricia y cierta lujuria lo que hay entre mis manos... Pecados capitales. Sin perdón, sin rendición, sin lamento... Jadeo al volver a saborear semejante aperitivo y no dejo de hacerlo hasta que termina por deshacerse. Mis manos me ayudan a tragarlo, a alimentarme de él, hasta que como el bocado más gourmet, más exquisito y más delicado, como el manjar mejor tratado por manos expertas; el exterior permanece duro y el interior se mantiene templado, jugoso, líquido...
Hasta que en el último bocado, estalla en la boca, llenándola de sensaciones y sabores como el mejor de los tartufos...
Y no es que sea golosa pero ¿a quién le amarga un dulce que te está pidiendo "¡cómeme!"?
Y es que en la cocina jamás debe faltar la imaginación.
Tan importante es la preparación como la degustación.
Este texto, cargado de un importante doble sentido, es mi aportación para el reto de este jueves, promovido por Mar desde su blog "Sitio de la bitácora" en base a "cocinillas".
Ahí podéis leer otras perspectivas.
Podes ser tentadora, en más de una forma, usando a lass palabras como irresistibles conjuros.
ResponderEliminarBesos.
Un conjuro que lleva al éxtasis si lo pronuncias demasiado :-9 y recreas en cada palabra su pecado.
EliminarUn beso enorme y mil gracias por acercarte, como siempre.
Sutil y exquisito. Un “Boccato di cardinale”!! Y un pecado… dulcemente venial…
ResponderEliminarUn verdadero placer haber degustado tus letras, mi querida Mag.
Abrazo grande, y feliz tarde 💙
Los pecados siempre han dejado un buen gusto al final de todo, es lo que tiene aquello que es placenteramente prohibido.
EliminarUn beso muy grande, Gin. Feliz domingo y gracias infinitas.
Si comerse un tartufo es avaricia, lujuria, gula... ¡que vivan los pecados capitales! jajaja.
ResponderEliminarBromas aparte, brillante descripción de texturas y sensaciones... llevan al lector por otros derroteros muy diferentes al gastronómico ;)
Gracias por participar.
Bss.
Ya sabes que para comer bien y degustar las cosas, se emplea la boca, las manos... y todo el instinto :-)
EliminarUn beso muy grande y muchísimas gracias.
Suculenta propuesta nos traes. Una dulzura en forma de postre, que comparto en el gusto por él que aquí manifiestas.
ResponderEliminarPrecioso alegato, evocador incluso, de un postre de sueño. Un Abrazo y feliz noche
Muchísimas gracias, Albada :-)
EliminarLa tentación es como un misterio que te llama a que lo descubras :-) Así es la comida, un auténtico placer, una delicia o una maldición.
Un beso muy grande.
Una delicia saborear tus letras y es que... la imaginación debe estar en todos los puntos o pecados.
ResponderEliminarMil besitos y feliz tarde, Mag :)
Como todo plato se ha de guisar con tiempo y poner la medida más o menos justa de cada ingrediente. Cuando no se saben, se inventan, y el resultado puede ser de lo más suculento.
EliminarUn beso enorme y millones de gracias.
Con esta propuesta de cocinillas hoy estoy pasando envidia, tantas recetas, tantos ingredientes, dulzura sensaciones amables para la boca y yo aquí solita y menos mal que no estoy a dieta. Un abrazo preciosa
ResponderEliminarJajajaj es que el hambre, dicen, es muy malo :-) y cuando la hay aparece la gula con todos los demás pecado capitales que, en otro orden de cosas, creo que algunos son una autentica bendición.
EliminarMuchos besos y gracias mil :-)
Vamos amiga , te soy sincera me has abierto el apetito pero de otra cosa jajajjaja ,,divino en serio lo has tratado con tal sutiliza que hasta en final mi mente pecadora pensaba otra cosa jajaja ..en fin una es humana .
ResponderEliminarBravo me encanto ..Un abrazo con todo mi cariño .
Si al final tienes un buen sabor de boca y salivas es que el plato era más que apetitoso :-)
EliminarTu mente no es pecadora, es vital y realista jajaj Te lo digo yo :-)
Mil gracias y un beso muy grande, pecadora :-)
¿Doble sentido? Ohhhhhh.
ResponderEliminarViendo esa tentadora imagen uno piensa que cuantas veces, a tientas en la noche, sueñan dos cuerpos como esos fundirse en uno solo.
Besos.
Ahí le has dado... A veces, basta abrir la caja de Pandora para que todos esos pecados de carne nos llenen la boca :-) :-)
EliminarMuchas gracias por tus palabras y presencia. Un beso enorme, Tristán.
Eso es saber saborear y disfrutar de un dulce placer, algunos los llaman placeres culpables, porque es como pecar con algo irresistible. Y segura que no eres golosa? ;)
ResponderEliminarBeso dulce por supuesto.
Realmente, ¿qué son los placeres culpables? Como suele decirse, qué bien lo hemos pasado y la paliza ha sido solo un rato :-9 Bien merece la pena pecar cuando hay un regusto tal cual, ¿no crees?
EliminarMuchas gracias, Mi Estimado Dulce, y un beso enorme.
Tan tentador como eroticamente narrado, muy bien logrado el doble efecto. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegra que así lo hayas degustado :-) y disfrutado.
EliminarEsa era mi intención :)
Gracias infinitas y un beso enorme.
Amorosa receta para degustar suave y dulce. Preciosas palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarAmorosa y llena de especias... que dan calorcito a los sentidos :-)
EliminarUn beso enorme y gracias.
Una estupenda lujuria de texto, tan romántico, lindo, tentador. Lo has bordado con una excelente picardía literaria.
ResponderEliminar!Me encantan los tartufos, exquisitas bombas calóricas son irresistibles!
Abrazo.
¿Qué sería de nosotros si no fuéramos irónicos y pícaros en la medida precisa de un Pecado de Carne?
EliminarUn beso muy grande y mi gratitud siempre.
Como siempre genial. Lo tendré presente si me levantan la veda y algún día me enfrento a los profiteroles con la delectación con que nos has mostrado el camino de saborear sintiendo. Gracias. Un beso.
ResponderEliminarA ver si ahora vas a ver con otros ojos a los bocaditos de nata o de trufa :-) Si la pastelera no comprende tu mirada lujuriosa ante un profiterol... no digas nada :-) aunque suene a medicamento su nombre :-)
EliminarUn beso muy grande y gracias siempre
Mira que no soy yo muy de chocolate, pero chica contado así ¿quien no cae rendido a ese bocado?
ResponderEliminarBesos.
Yo tampoco soy de chocolate ni golosa si quiera... bueno, eso tiene matices :-9 pero ante tentaciones así, chica, qué quieres que te diga: o pecas o estás tonto :-)
EliminarUn beso enorme y gracias :-)
Derramas pasión, una dulce percepción, un placer disfrutar de tus letras Mag. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Jorge, encantada de tenerte por estos lares :-)
EliminarSomos pasión, deseo y carne, y en ocasiones, gozamos de los dobles sentidos.
Un beso enorme. Gracias mil.
Deliciosamente sensual
ResponderEliminarBesos
Mil gracias :-) Si lo has disfrutado, contenta quedo.
EliminarUn beso.
No se cual de todas las entradas de este jueves me gusta más..Hay recetas muy apetitosas..dulces y saladas..pero creo que está es la que más sensaciones me ha producido..
ResponderEliminarEres una trome...genial entrada...besosss
Jajajaj es que en mi cocina nada es lo que parece y los ingredientes suelen tener las etiquetas cambiadas :-)
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras y un beso grande.
Y con todo este deleite este mes yo a regimen....anda que ya te vale. Doble placer delicioso de leer y saborear, besos.
ResponderEliminarMe sonrío porque de este placer no hay que evitarse. No existe la culpa más solo si no se peca :-)
EliminarUn beso muy grande, Inma, y gracias :-)
Pues ese doble sentido del texto es el que lo hace tan especial. Cómo nos has llevado directamente al orgas...digo, a la degustación.
ResponderEliminarBesos
¡Ay, ay, ay! :-)
EliminarSi te ha dejado buen regusto es que la esencia era buena :-)
Un beso y gracias infinitas.
Mmmm qué tentador este dulce pecado mmm ¿sabes que me has dejado con mucha hambre?
ResponderEliminarTe felicito por este texto, está... ¡de pecado!
Un beso enorme.
El pecado que mejor se degusta :-9) Gracias a ti por venir.
ResponderEliminarBesos de Pecado.