El hedor azufrado se percibía en el ambiente. Quemaba. No tenía tiempo de asustarme ante un ser cuya mirada traspasa el infinito. Es peor que el mismísimo diablo y debo confiar siempre en mí misma para poder enviarlo al lugar del que nunca debió salir. Él también me reconoció y empezó con sus malas artes, con esos espejismos que no siempre son tales. Me maldijo en todos los idiomas, blasfemó con todos los improperios que los milenios y la oscuridad de las almas torturadas, y que en él habitan, le proporcionan.
Él —o ello— no tiene alma pero sí todas las formas posibles del mal, todas las representaciones humanas de la malignidad que a una le cuesta creer y todas las que su divinidad le otorgan. Es una mala madre pariendo hijos monstruosos, un árbol de vileza con frutos muy amargos.
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Ilustración de David Ho |
Siempre se me presenta para lo mismo. Desea llevarme a su lado, dispuesto a pagar un alto coste por ello pero, ¿qué precio alto puede pagar un demonio cuando lo tiene todo ganado o todo perdido? ¿Un martirio? El martirio era sed de su sangre: Su vida.
Atesoré toda mi fuerza. Con mi cuerpo tengo poco que hacer pero mi alma es demasiado válida para dejarla en sus manos. Mi piel no es un escudo. Todo lo contrario. No es más que una trampa... mortal. He aprendido a deshacerme de él, a autoinvocarme y desprenderme de ese peso para poder luchar de tú a tú. Siempre será más poderoso que yo pero tengo en mis manos algo que él jamás tendrá: Mi Alma. Y es mi mejor arma. Luchar contra alguien que se cree invencible es tener, ya, una batalla ganada.
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Ilustración de David Ho |
El combate fue terrible. Siempre es intelecto contra intelecto. Luz y oscuridad. No soy un ángel pero sí sé cómo luchar contra él, y cada día lo hago mejor. Mi ejército va creciendo, lentamente, pero seguro. Son almas blancas de vicios menores y valores altos.
Un día no quedaremos en tablas y con mi alma lacerada, si no que tendrá que arrodillarse, humildemente, ante mi luz. Permanecerá para los siglos de los siglos atrapado en una jaula, en el más puro ostracismo, pero para vencerlo hay que ir poco a poco, demonio o demonio, hasta que el último de ellos, llámese cómo se llame, quede postrado ante esta parte de mí raza pidiendo perdón.
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Arte de David Ho |
Estas letras participan en la
convocatoria de Juan Carlos desde su blog ¿Y qué te cuento? en un tema sobre seres malignos por eso de la noche de las ánimas. Ahí se pueden leer otras ideas sobre esto.
Una muy buena participación, son días propicios para que los diablos, los zoombis, las brujas y demás adláteres salgan al estrado y es difícil salir tan airosa como tu lo has hecho. Un abrazo desde el móvil
ResponderEliminarUn abrazo y sonrisa desde el ordenador .-)
EliminarLos seres oscuros, muchas veces, no son tan oscuros como los humanos.
Agradezco mucho tus palabras y ten buen día .
Lucha de almas. Pero la del diablo siempre es poderosa. En particular no creo en el, pero el texto es muy bueno. Esa lucha en primera persona, con la fuerza de la mente, luchando contra él me parece muy buena manera de enfrentarse a los abismos.
ResponderEliminarUn abrazo
El diablo no tiene alma pero sí tiene la de todos aquellos a los que ha castigado en búsqueda del perfecto e2uilibro. La verdad es que creo que tiene mucha faena. Fuera de bromas: Si existe el bien, existe el mal aunque no sea en forma de demonios o similares pero sí de monstruos de carne y hueso.
EliminarDonde el cuerpo jamás llegará, está el poder de la mente.
Un bes y gracias :-)
Te leo y veo una batalla más allá de este mundo y de muchos que podamos imaginar, entre seres que están en otro plano. Y la seguridad siempre tiene un punto débil. Da para imaginar tu relato.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda.
Todos tenemos un punto débil porque el que el arma más fina se cuela y nos hace caer. En este caso, es un ejército, pequeño, de almas que desean algo mejor para ellas y para el resto, y para ello debe deshacerse de ese otro ejército de almas más oscuras, que no pueden avanzar, para hacerlas cambiar o derrotarlas y llevarlas al profundo del ostracismo.
EliminarEs la eterna batalla del bien y del mal, solo que los demonios están encarnados.
Muchas gracias y un beso enorme.
Magnífico relato inmerso en grandes verdades y mensajes. Un clamor al alma, a la única y sublime fuerza, así como a la fe en uno mismo y en lo que cree, más allá de la piel que cubre el verdadero sentido de todo. Inevitable lucha entre la luz y la oscuridad…
ResponderEliminarMe encantó, mi querida Mag. Un verdadero placer.
Abrazos miles, y feliz tarde! 💙
El placer es mutuo, te lo aseguro.
EliminarEs la lucha de los seres que, aún humanos y llenos de errores y faltas, tiene luz en su alma y luchan contra aquellos otros que tienen como dogma el mal.
Un beso enorme y gracias.
La carne o la piel es débil y fácil de romper... pero el alma... esa que cuidamos y protegemos, es nuestro bien más preciado y nos pertenece.
ResponderEliminarMaravillosa participación, Mag... las imágenes son muy propicias.
Mil besitos y feliz día ♥
Y hay almas que con su luz pueden caminar en medio de la oscuridad y luchar contra todos los demonios humanos que puedan salirle al paso.
EliminarMillones de gracias.
Besos de Pecado.
Que maravilloso texto nos has dejado ,la lucha del mal , del maligno el que quiere arrebatar el alma , con artes maléficas tienta todo el ser , pero hay esta la fuerza del ser humano que aún no siendo un ángel quiere conservar su alma..Me gusto muchisimo .
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche .
te lo agradezco mucho, Campi :-)
EliminarEse maligno es un sinfín de seres malos en sí mismos que, forman un ejército unido que ha de ser convencido y sanado.
Somos luz, aunque algunos la tienen apagada y hay que ir a encenderla.
Un beso muy grande.
Un relato con fuerza y especial.
ResponderEliminarEsos demonios del interior siempre están dispuestos a dar batalla y la lucha como en tu relato siempre es dura.
Saludos.
Me ha gustado mucho. Logras introducirte en esa batalla del bien contra el mal. Las ilustraciones le van de perlas.
EliminarEnhorabuena!
Besos de luz...
Hola, Agapxis :-)
EliminarMás que demonios interiores, son demonios muy viciados, vicios visibles, errores sangrantes, maldad en definitiva, donde los que la ven deben hacer que los otros la vean. Es una lucha del ser humano contra su misma raza, contra sus sombras, contra sus maldades.
Un beso enorme y muchas gracias por pasarte :-)
Hola, Maite :-)
EliminarLas ilustraciones son muy poderosas. Este artista es así de oscuro pero hay también un rayo de luz que es la que hace reflexionar.
La mítica batalla del bien y del mal, nuestros demonios proyectados. El mal de nuestra raza.
Un beso enorme. Gracias :-)
Los seres oscuros tratando de oscurecer, pero en la batalla, el punto débil es sentirse infalibles, pequeña gran ventaja.
ResponderEliminarPrecioso, Maga
Hay una ley o norma o dicho de arte marcial que viene a decir que no malgastes tu fuerza sino que aproveches la del contrario en tu beneficio. Pues así es, todo ser que se cree superior, acaba mostrando sus debilidades. Solo hay que ser fuerte y paciente para dar ese "golpe" que lo haga tambalear y caer a los pies. Pero eso solo se puede hacer con inteligencia, jamás con violencia.
EliminarUn beso muy grande.
Qué fuerte y qué desafío. Me llamó la atención el modo en que relatás cómo enfrentarlos y cómo disponerse a la desigual batalla.
ResponderEliminarBesos
Muchísimas gracias, Oso :-)
EliminarA veces, solo hemos de mirarnos en un espejo de esos que deforman la realidad para ver, en verdad, lo que hay a ese lado. No dejamos de ser nosotros mismos pero sí cambia la forma de enfrentarse a eso.
Muchas gracias por tus palabras y presencia, y besos :-)
Magnífico relato, de una confrontación que alguna vez terminará, con la derrota de ese ser.
ResponderEliminarMe gusta lo de vicios menores y virtudes altas. Intuyo que pertenecen a personas, con deseos, capacidad de sentir, con pecados que son virtudes.
Besos con admiración.
Este demonio en la raza humana, llena de santos y llena de demonios, llenos de vicios y maldades, solo que unas no dañan y otras también matan. Es el ejército de un grupo de seres que ven más luz contra ese gran demonio que se edifica sobre miles de demonios que son todos los seres humanos llenos de oscuridad.
EliminarAlgo así.
Un beso enorme, Demi.
Fantástico relato en donde el mal y el buen se enfrenta en una batalla que aparenta ser desigual pero que, poco a poco, se va mostrando más pareja. Muy creativo tu aporte. Un abrazo
ResponderEliminarActuar con inteligencia, esa es la mejor arma y la confianza en que cualquiera de las batallas es un grano de arena de cara a la victoria final. Un día, habrá más luz que oscuridad y esta dejara de sobresalir más que aquella. Dejará de ser ua noticia de telediario.
EliminarUn beso muy grande y millones de gracias.
Muy bueno y la imágenes magníficas también.
ResponderEliminarAl final el alma puede, con seguridad.
Muchos besitos, guapa.
La buena alma siempre es más fuerte solo que su lucha también lo es.
EliminarLas imágenes son muy representativas, es cierto.
Gracias mil.
Un beso enorme.
Impresionante batalla entre el Bien y el Mal, acompañado el texto de unas imágenes que me chocaron muchísimo (voy a investigar más sobre este artista porque me ha encantado *__*)
ResponderEliminarUn besazo, Mag
Te lo recomiendo. Es como un mundo de pesadillas pero tiene un foco de luz. A mí me hacen reflexionar sobre los monstruos que podemos ser. Tiene otras obras con toque así místico y muy blanco que son muy buenas igual.
EliminarMuchos besos y gracias.
Hola Mag,
ResponderEliminarVuelvo a leer tu texto, no se que paso con mi anterior comentario. Te decía: es un excelente texto, que narra la batalla entre el Bien y el Mal, una lucha diaria, es antagonismo puro. Un placer leerte, y no leemos el jueves en tu convocatoria.
Un abrazo y feliz sábado!
Has debido de borrarlo sin darte cuenta. A mí no me aparece en ningún sitio :-) No sería raro. A mi me pasa que voy a borrar una letra y se me borra todo, o que pico donde no debo. No hay problema.
EliminarTe espero en mi convocatoria en la que creo puedes sacar a la luz una de esas historias tuyas magníficas.
Un beso grande y muchas gracias.
Una lucha dura, contínua y en la que, efectivamente, el arma más potente es la razón, bien acompañada por el espíritu, el alma.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar y muchos besos.
Gracias a ti por invocar a los demonios y hacernos crear historias como todas las que han participado.
EliminarMillones de gracias y un beso muy grande.
Nos vamos leyendo.