Desperté con la clara intención de descubrir si mis ensoñaciones eran simples sueños o se trataba de algo más que me estaba hablando y no lograba descifrar.
Percibí aquellos sones como susurros pegados a mi alma. Latían tan dentro de mí que no era capaz de localizarnos más allá de mis adentros. Observé las hiedras azules, el regazo del sol balanceándose en las copas infinitas de los árboles, el pulso de las raíces bajo mis pies y guié mis pisadas entre musgos y silencios, entre claroscuros y sinfonías abiertas que habitaban el bosque.
Me dejé llevar por aquel sonido semejante al canto de una sirena varada sobre una roca, por el chasquido de pasos que no dejaban huella, por el silbido del viento colándose tenue tropezando mi andar y acariciando mis cabellos. Mis manos aleteaban sigilosas sobre las flores, sobre los pequeños arbustos que abundaban por los senderos inventados y, al llegar cerca del arrollo, que se contoneaba lentamente, atisbé el fruto de mi verdad. Sentado sobre los salientes de un árbol, concentrado en el rumor de sus dedos sobre su flauta de cañas, el pequeño ser se presentó ante mis ojos. Medio diablo, medio ángel. Sus patitas de cabra, su cara de niño travieso. Sonrió y siguió tocando. No me atrevía a acercarme. No quería despertar de aquella alucinación pero mi cuerpo se convirtió en una nota revoloteando por el aire, ligero, sin huesos, sin carne... con el alma voladera... hasta que las hiedras azules empezaron a trepar formando una falda desde mis pies. Sentí el latido del árbol acompasándose a mi corazón, mi pelo enredarse en caracolas de virutas, mis manos hacerse arcilla y a mi silencio, comulgar con el viento que musitaba mi nombre.
Sin darme cuenta fui entonando el trino de los pájaros y el ronroneo del agua, percibiendo los olores y aromas de las flores que todavía no habían brotado, el pulso de la vida germinado en mis entrañas. Y en el reflejo del agua que besaba mis raíces, cual Narciso, me vi, descubriéndome desnuda, embebida de magia, con la belleza de una hamadíadre nacida de una encina con el destino tallado en ella.
La hamadríade y un fauno / 1895 / John William Waterhouse |
Es de una verdadera belleza... delicioso y profundo. Para reelerlo varias veces y embriagarse de todos los matices exquisitos que percibes en esa transformación. La fusión con el alma de la naturaleza es absoluta. El cuadro de Waterhouse nunca encontró más felices palabras...
ResponderEliminar¡Mi felicitación admirada, poetisa! Me has encantado (y nunca mejor dicho).
Un abrazo grande y mil gracias por organizar tan bonita convocatoria :)
Hamadiadre... vaya con la ninfa que crwce con el árbol! Voy a aer sibcera.. tuve que googlearlo porque desconocia el término jeje pero si recuerdo haber visto alguna vez esa imagen que tan bellamente ilustra tu encantador relato Mag 😉 un abrazo y muchas gracias por conducirnos en está interesante propuesta juevera.
ResponderEliminarCuanto mitológico hay en tu texto pero lo vas llevando de tal manera que nos introduces en la propia historia y nos haces la protagonista de ella. Me gustan estas historias y sé que a ti también porque las vives y tienes un buen conocimiento de ellas. Gracias Mag, por ofrecernos magia y aventura... besotes y achuchones!!
ResponderEliminarQue poderoso fue el influjo del fauno, o sátiro, con su música, transformando a una mujer, en una hamadriade. Y haciendo realidad las ensoñaciones de ella, un sueño hecho realidad para el seductor.
ResponderEliminarQue admirables son las obras de John Willian Waterhouose.
Besos con admiración.
Mágico relato para un encuentro realmente especial que lleva a la misma ensoñación.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda.
Un texto literario entre el sueño y la realidad, convence y se lee con fruición, Abrazucos
ResponderEliminarUn mágico y extraño encuentro con ese ser que relatas medio diablo, medio ángel, un relato interesante y lleno de magia y sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo Mag, me encanto tu participación, se feliz
En tu bosque la historia se ha convertido en un arte espléndido. No conocía ese personaje nacido de los árboles.
ResponderEliminarUn abrazo, y buen día
me ha encantado ( a mi también) tu historia pastoril, llegado de la mano por tus letras he escuchado la música y visto la lujuria de la vegetación, hast ver como te convertías en parte de ella. Un abrazo
ResponderEliminarEsa música similar a los cantos de sirenas que atrapan a los marineros, te fue envolviendo hasta formar parte de esa naturaleza.
ResponderEliminarUn relato mágico y natural muy hermoso como siempre.
Un placer leerte
Beso
que hermoso lo cue ntas. la comunión con la naturaleza vegetal a través de esta ninfa. sacrificio voluntario, quiero entender, a hacer eterna Co. pañia a su madre arbol, a cambio de la integración en la naturaleza.
ResponderEliminarbellísima mente plasmado. diríjase que todos no hemos quedado un poco enganchados a las raices
Besosss mag
Una presentación llena de fantasía y magia... leerte ha sido como ser esa nota de la que hablas y mutar para ser la misma naturaleza conjugada. Puro deleite y belleza, mi querida Mag. Magnísfico relato.
ResponderEliminarMIl besitos llenos de cariño que te abracen y muy feliz finde ♥
La fusión del alma con la naturaleza y el mundo de las ninfas, me ha parecido muy bella.
ResponderEliminarHasta yo me he visto enredada entre esa mágica fusión.
Precioso .
Un abrazo 💚
Descriptivo y envolvente… He sucumbido a tan fantástica ensoñación, siendo casi testigo de ese especial encuentro que tan magníficamente nos relatas…
ResponderEliminarUn verdadero placer, mi querida Mag. Me ha encantado.
Abrazos enormes, y muy feliz finde 💙
¡Qué ternura de encuentro, sutil, poético-musical y amoroso!
ResponderEliminarBesos, querida Mag Y gracias por anfitrionarnos esta vez
con un tema tan fascinante y múltiple.
PD- He leído todos los aportes publicados hasta ahora y he gozado con su variedad
Un texto perfecto arropado por la naturaleza en ebullición que te despierta los sentidos al leerlo.
ResponderEliminarUn abrazo, Mag.
QUe relato más bonito ! Me encantan estas historias que dejan volar nuestra imaginación y nos alegran el alma al leerlas. La imagen esta llena de mágia tambien.
ResponderEliminarFelicitaciones por el tema y por conducir tan bien este jueves.
Abrazos Mag.
este magnífico relato, solo lo podias escribir tu con tu fineza y maestria. Misterioso bosque y estupenda ensoñación. Un lujo tenerte en Jueveros
ResponderEliminarUN abrazo
Está lleno de matices y susurros musicales, es como un arrullo que te va llevando. Siempre un placer, amiga.
ResponderEliminarBeso grande
Buen relato... despiertas mundos mágicos con tus palabras.
ResponderEliminarInvitas a soñar.
Besos.
Pura magia y sensibilidad al mismo tiempo, prosa poética sin más. Me ha encantado, besos.
ResponderEliminarQué bonito. Yo también me he dejado llevar por todo lo que has narrado. Esa sirena pareciera la escucho, igual que he escuchado el silbido del viento...
ResponderEliminarCuánta sensibilidad y placidez destilan tus letras, ¿sabes? me han acariciado, mucha paz, me ha relajado leerte.
Un placer leerte, Mag, y mi enhorabuena por ser la anfitriona y el éxito de tu convocatoria, te esperamos nuevamente a que vuelvas a dirigirlo.
Besos enormes.