En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

4 de abril de 2021

Desesperanza...

Siempre había niebla pero me gustaba perderme entre ella, dejar que mis pasos discurriesen como sin sentido pero sí guiados hacia más allá de mi memoria. Atravesaba las praderas húmedas y me dejaba acariciar por las nubes que se colaban entre los poros de mi piel. El pensamiento retumbaba en mí como el silencio del ángel que perdía su mirada en un finito que podía alcanzar con las puntas de sus alas. Era mi alto en el camino. Lo contemplaba, comprendiéndolo, y en el piedra de sus ojos sentía ese vacío que abrazaba mi alma. Yo también bajaba la mirada y encontraba mis suspiros posarse sobre mi pecho. Mis dedos, como un alarido reminiscente, acariciaban el ébano de mi amor. Su ausencia era tan latente que las flores secas entre las páginas de mi diario habían perdido su color y borrado todas sus letras. ¿Qué más podía escribir si ya no me quedaban latidos que sostener? 

Atrás, al borde de mis talones, el rumor de las hojas caídas, el silbido de las ramas durmientes, la solemnidad de una casa tan llena de nada como de remembranzas que, como sueños rotos, se iban desdibujando. 

Posé mi mano sobre el aldabón. Estaba tan frío como la respuesta que había al otro lado de la puerta. Sentí el corazón escocerme, al aliento cortarme la garganta y el primer paso fue como el chirriar de una cancela. Entré en el abúlico espacio. Los espejos parecían afligirse ante mi figura. Me desvanecía entre el juego de sus falsos reflejos. Observé el final de la escalera, crucé las manos sobre mi vientre huero y dejé de hallar el milagro en su hueco. Ya no habría sol que atravesara los encajes de los parasoles de mis ilusiones difusas. 

Esperaba seguir escuchando el eco de mi voz a través de él… pero su voz era el largo ocaso que llevaba a la desesperanza. 

Fotografía: Katia Chausheva


«Hay un silencio donde no puede haber sonido. 
En la fría tumba, bajo el profundo, profundo mar».*
(*) Del soneto "Silencio" de Thomas Hood tomado para la película El piano, y pronunciado por la protagonista al final.


Este es mi aporte 
(315 palabras):
Una fantasía basada en El piano,  para la convocatoria de marzo, "Secuencias", que organiza Gin desde "Variétés" para "Paraíso de Letras" donde podéis ver  todas las participaciones. 
Gracias, Gin

18 comentarios:

  1. Una vez más me encandiló leyendote pues sigo pensando que es como retroceder en el tiempo, al menos esa es la sensación que percibo. Un besazo con todo cariño y muy feliz domingo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es una especie de vahído que te lleva al ombligo del alma.
      Me encuentro cómoda en estas sombras y con estos sentires. Son de recogimiento y de encogimiento.
      Muchísimas gracias, Campi.
      Un beso muy grande y a tener buena semana.

      Eliminar
  2. Casi dejas sin saber qué decir, una prosa poética que transmite esa oscura desesperanza. Habiendo visto o no la película, tú relato tiene méritos propios.

    Beso dulce Mi Estimada Magda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Mi Estimado Dulce.
      Si supieras... no pensé en la película pero creo que sí ha calado toda esa desesperanza que dice el título, el dolor, la bruma del alma...
      Un beso enorme y feliz semana.

      Eliminar
  3. un relato muy sugerente. cuando llamas a una puerta de una casa abandonada, tienes cierto temor de que alguien te conteste.
    hay recuerdos que tenemos en la memoria cubiertos de polvo, y que pueden aparecer tres décadas más tarde, por alguna asociación de ideas...
    besos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo contigo, Chema. Aquí, la casa no es que estuviera vacía, es que lo que había dentro estaba muerto. Más que recuerdos. Una vida que pudo haber sido y no fue y un silencio que es peor que una lápida.
      Mil gracias por pasarte y que tengas buenas semana.
      Un beso.

      Eliminar
  4. Muy onírico este texto. Hay lugares, inventados o reales, donde uno espera que surja la magia de ese anhelo, y luego ocurre que no pasa nada.

    Un abrazo grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. O que pasa lo peor, Albada.
      En esta historia pasan demasiadas cosas envueltas en soledad y silencio. Mucha deseseranza.
      Mil gracias por venir.
      Un beso y feliz semana.

      Eliminar
  5. has traducido muy bien, el ambiente gris y húmedo de las a imagenes. me has hecho mirar en el diccio ario (una vez más) huero. creo que pretendidas transmitir una sensación de vacío que no se si los hombres podemos e tendré del todo. he mirado una sinopsis de la película, para recordar mejor la relación con el texto y veo que no la he visto (creo que cuando he tenido oportunidad, la co fundos con el pianista) y explica que casi es un pecado no verla. así que más faena... después de verla te comento en lo de Gine, aunque creo que el meollo, ya te lo he dicho awui
    Besossss magg

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Gabi.
      ¿Recuerdas que en tu entrada pregunté si había que hablar de una película? Pues por eso no ves relación alguna, porque la película no existe aunque le he dado ese tono oscuro, doloroso y bueno, el final, esa frase última, vendría a darle esa puntilla sobre el piano. Escena en sí no existe pero sí la desesperación, ese vacío por no poder tocar el piano, toda la perdida, su soledad, su silencio obligado más allá de sus propios límites.
      Gracias por pasarte y no te apures por tener que comentar en dos sitios, con un slaudo me doy por halagada y de sobras.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  6. No hay peor sonido que escuchar el silencio de la propia mente.
    Creas un ambiente tenebroso. genial como siempre.
    Un placer leerte
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sobre todo cuando es la única que te puede escuchar después de que el alma quede herida y el corazón arrancado.
      Muchísimas gracias, Charly.
      Un beso enorme y feliz día.

      Eliminar
  7. Tu mundo interior es muy especial.
    Yo llego a sitios parecidos pero por caminos diferentes.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Toro, por ver ese mundo interior que late en mí y apreciarlo de ese modo.
      Cada uno tenemos nuestros senderos y nuestras huellas, eso es lo bueno y la manera de enriquecerse.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  8. ¡Qué original relato, Mag!
    Me gustó mucho, es un texto ágil de leer y que abunda en detalles perfectos para imaginarnos todo aquello que acontece: el rumor de las hojas caídas, el silbido de las ramas durmientes. Aquí, hay combinación de horror y suspenso narrativo. Me encanto!
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Yessy. Me gustan tus apreciaciones y enriquecen. Cuando se transmite eficazmente aquello que los ojos ven desde dentro, miran, lo que el corazón padece y el alma aletea, es el mejor premio para las personas que, como todos nosotros, disfrutamos con la escritura y amamos escribir.
      Un beso muy grande.

      Eliminar
  9. Transmite esa desesperanza en in nítido amor interno, un relato increíblemente profundo con mucho significado interior.
    Mucho cariño Mag

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias, Jorge. De eso se trataba, eso deseaba transmitir. Esa desazón del alma, esa pérdida de esperanza, ese desaliento... Ese vacío que golpea.
      Un beso enorme y un abrazo inmenso.
      Cuídate.
      Sé feliz.

      Eliminar

Sueña porque soñar es vivir y vivir es sentir...