En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

20 de julio de 2023

Un Jueves, Un Relato 
Lo invisible en palabras

«... lo esencial es invisible a los ojos».
El principito
Antoine de Saint-Exupery


En un pequeño rincón de la ciudad, a las afueras, vivía Amelia. Amelia era una persona un tanto solitaria, le costaba socializar, pero su alma era soñadora. Tal vez por eso, pocos la comprendían. Un día, mientras garabateaba en su libreta de dibujo, sus manos adquirieron una agilidad y rapidez increíbles que transformaron la página en blanco en un hermoso bosque y ahí, en medio de la naturaleza, una luz resplandeciente se fue perfilando. Cuando se detuvo, no sabía cómo había dibujado aquello a pesar de que sus dibujos siempre eran maravillosos. Algo sintió en su cuerpo, seguramente en su alma. Algo que no conocía, y percibió sentirse muy muy pequeña al tiempo que inducida a atravesar aquel portal que resplandecía en su libreta.