En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

25 de noviembre de 2021

Reminiscencias...

Un Jueves, Un Relato 
Pasillos

Quizá aquel pasillo era cuanto quedaba de mi niñez. Su angostura, su profundidad. Las paredes empapeladas de aquel estampado en tonos verdes que recordaban a las celosías árabes  y el suelo de baldosas haciendo dibujos. Aquel silencio al caer la noche y la tenue algarabía de las mediodiadas. Me sonrío al recordar a mi tentetieso de Donald castigado en uno de los rincones porque en uno de sus balanceos había osado darme en la frente. Yo no levantaba más de dos palmos y él, palmo y medio pero ambos apuntábamos formas. En aquel pasillo pasaba la mayor parte del tiempo, cuando no estaba trasteando por otros lares. El sol daba de pleno por una cristalera que se orientaba a unas pequeñas colinas al otro lado de la carretera. Ahora hay otra casa con otro pasillo que la cruza. No hay colinas ni niñez... ni tiempo.


Este es mi aporte (145 palabras) para la convocatoria de Inma desde su "Molí del Canyer" Picando en la imagen podéis ir al listado de pasillos.

18 de noviembre de 2021

Soy lo que Soy...

Un Jueves, Un Relato 
"Ser otro. Cambio de sexo"


Solo he de imaginarme como tiemblan sus nalgas y el vaivén de sus pechos ante mis embistes. Sabe que la domino. La retengo, la suelto... pero está a mi merced… Y su fingida resistencia es la misma que me da fuerza para follármela…
Tengo su sexo a mi servicio y me flipa sentirlo chorreando mientras mi verga entra hasta lo más profundo de su coño, sin dilaciones, sin vacilaciones…
Puedo compadecerme de ella. En ocasiones la dejo que se apoye sobre sus pechos pero prefiero verla aguantándose sobre el rostro, jadeando y gimiendo, a veces incómoda por la postura… Me da igual… Es mía… Es el juego del placer.

Mis caderas, sobre sus glúteos: Perfecto balancín el de su cuerpo. Mi mano izquierda agarrando sus muñecas  sobre la espalda. Mi derecha, maestra para darle esos azotes que la molestan del mismo grado que la ponen a mil… Me clavo en su chocho, el que me habré comido antes hasta haberla vuelto más loca, hasta que me suplique que la folle sometida ante mí. 

La quiero así de entregada, así de zorra… Porque la quiero mía. Aguanto como un jabato antes de correrme. Puedo hacerlo después de haberle sacado varias veces ese torrente que se rinde entre sus muslos, que me impregna, rocía, salpica y unta todo mi rabo; ese manjar fluido que escalda mi deseo, que hace que nuestros sexos chapoteen… Me pone a mil oírla jadear y gritar envuelta en esas oleadas de placer que la exprimen…
La dejaré seca pero, antes, antes me la habré follado tantas veces que le escocerá y brincará como un conejo con la sola intuición de que mi dedo se le acerque.
Me gusta perra.  Me gusta hembra… Y es mía, aunque sea la mujer de mi amigo. Soy lo que soy: un cabrón, pero un cabrón feliz que la hace feliz.


Esta es mi participación (309 palabras)  para la convocatoria de Dorotea desde "Lazos y raíces" donde podéis ver los trabajos de otros compañeros.

11 de noviembre de 2021

Sin Perdón no hay Venganza...

Composición de Neogéminis


Un Jueves, Un Relato 
De perdones y venganzas






Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, ¿y el perdón? El perdón puede ser la más dulce de las venganzas. ¿Por qué iba a ponerme a su altura? Eso no me haría mejor y, además, me iba a restar un tiempo precioso de mi pensamiento. ¿Necesitaba yo darle la importancia que no merecía? Demasiado tiempo en mi cabeza era precisamente eso, concederle un valor que no meritaba.
De este modo decidí que el perdón era mi mejor arma. Qué pensara lo que quisiera.  Lo hacía por mí, no por ella, porque yo necesito seguir viviendo mi vida, necesito seguir siendo feliz y libre. Perdonar no es olvidar pero sí evitar el dolor. Tal vez no sea justo pero sí necesario. Preciso que mi corazón no contenga heridas. 
Bajo su desprecio, bajo su maldad y esa arrogancia se esconde un alma triste y solitaria, una persona infeliz e insegura. Hay tantas capas bajo su máscara que el peso de esta ya no le permite reconocerse, o lo que es peor, sentir emociones y sensaciones positivas porque estas las tiñe de puro interés o de dobles intenciones. 
No sé si primero va el perdón y luego la compasión pero sentí ambas cosas. Se rio cuando le dije que la perdonaba. No esperaba menos. Tampoco dije más. La miré a los ojos. «Te perdono. No necesito más», pronuncié para caminar sobre mis pasos dejando un abismo entre ella y yo. Yo me había liberado de mis cadenas. Ella seguiría soportando el peso de las suyas.


Esta semana nos convoca Moni desde "Neogéminis".  Este es mi aporte (257 palabras) y si os apetece, aquí la lista de participantes para leer otras historias alusivas al tema propuesto.