En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

28 de mayo de 2023

Eco...

En el céfiro, el crisantemo se despliega. 
Palabras rotas golpean y lágrimas azules caen. 
Sus ojos inundados tejen hilos de voces, sueños y entrega, 
y de ahí nace una verdad de matices y muelles que acallan la pena.

El crisantemo florece, la vida se aventura. 
En cada palabra, un destello de sutileza. 
Y las lágrimas azules abrazan la flor de oro,
testigos silenciosos de su hermosa labilidad. 

El viento se revuelve manso entre los pétalos frágiles de su esencia
y cada caricia es un susurro en el que el alma encuentra claridad. 
Calma y volátil, fluye la danza donde el crisantemo brilla replicante.
Efímero y eterno, dicotómico,
destila su aroma para dejar en cada verso un crisol de pensamiento,
afilado como el aguijón de las abejas.
Así, el tálamo, se preña del zarco eco de las sonrisas ausentes.


La mujer llorando / Jana Brike


Esta es mi participación para el reto del mes de mayo, «Floreciendo», que convoca Gin desde su blog Variétés, inspirándome en esta obra de las que se proponen y añadiendo la flor de oro o crisantemo de las que se sugieren. 
Picando en la imagen puedes ir a leer este texto y otros.





18 de mayo de 2023

De esta agua no beberé...

Un Jueves, Un relato
Anecdotario


Salir al campo y disfrutar de la naturaleza siempre es una buena opción, pero hay que saber cómo y cuando y, sobre todo, con quién.

Conocía a esa pandilla de ir a las fiestas del pueblo o de salir de marcha por ahí. Nos conocíamos, pero no tanto como para decir que tuviéramos intimidad, aunque para salir y estar con gente era más que suficiente. El caso es que se decidió hacer una acampada. Estábamos emocionados. Compramos comida y bebida como para un regimiento.
Encontramos el lugar, el pinar, el río que bajaba con muy poca agua... y llegó el momento de montar las tiendas. En mi vida he montado una, así que no estaba para dar clases a nadie. Después de varias pequeñas discusiones acerca de cuál era el mejor lugar, se decidió aquel. Yo sabía que no era el mejor, como otro par de personas, pero la mayoría manda. Nos sentimos bastante orgullosos de nuestro trabajo, sobre todos los empecinados, y nos preparamos para pasar la noche allí. 
Ya se sabe cómo es la montaña, que en pleno agosto te puede caer una tormenta enorme. Aquella noche debía ser la elegida. La tormenta se escuchaba a lo lejos como mil ogros enfadados. Las montañas producían un eco atronador que encogía el alma. El miedito también acudía de tanto en tanto. Decidimos irnos a dormir con el cuerpo bien caliente, pero en la madrugada, todavía no había amanecido, sentimos algo frío y húmedo. 

No era un buen sitio. Lo habíamos dicho, pero nadie nos había hecho el mínimo caso. Resulta que las dos tiendas habían sido montadas justo en el camino de un pequeño arroyo que se había formado durante la noche. El agua había comenzado a filtrarse dentro de las tiendas, sobre todo en la que estaba encarada hacia la corriente. Ya no era tan poca el agua. Saltamos de nuestros sacos como si nos fuera la vida en ello. Quién dijo que no. Íbamos de un lado a otro como pollos sin cabeza, recogiendo las cosas para que no se mojaran, salvando las neveras donde teníamos los víveres, chapoteando con el agua a la altura de los tobillos. La tormenta son envolvió, los rayos iluminaban el cielo como si fuera de día, los truenos chocaban contra la montaña como un Thor cabreado. Y ahí, los valientes, ¿dónde estaban? Callados como miserables —iba a decir otra palabra de acuerdo con el dicho—. 

¡Buah, acabamos mojados por dentro y por fuera! Y al final, después de echarnos en cara la toma de decisiones, nos partimos de la risa. ¿No queríamos una aventura? He ahí.
Tuvimos que cambiarnos de sitio. Menos mal que tras la tormenta llega la calma y pudimos poner al sol los sacos y la ropa. Eso sí, seguimos comiendo y bebiendo como verdaderos tocinetes*. También salimos a hacer alguna excursión.

Supongo que más de uno aprendió la importancia de escuchar, pero, sobre todo, nos dimos cuenta de que, a veces, los contratiempos pueden convertirse en las mejores historias para contar. 
Desde entonces, cada vez que nos reunimos, raro es evitar reírnos de aquella noche en un parque acuático improvisado. Fue una experiencia divertida y desastrosa a la vez, pero nos enseñó a no tomar las cosas demasiado en serio y a encontrar humor incluso en las situaciones más inesperadas. Y así, entre risas y anécdotas compartidas, no hemos vuelto más de acampada juntos.

Imagen freepik libre

Reconozco que hay anécdotas más cortas, pero... unas risas bien valen pasarse (otra vez).
Este es mi aporte para el anecdotario juevero de Myr desde su blog De amores y relaciones donde podéis enlazar otras aportaciones si deseáis. 

* es una forma cariñosa de decir tocinos o cerdos :-)

7 de mayo de 2023

Cierre de Convocatoria...

Ya sé que vengo con el tres de las tres y media, es decir, el que siempre llega tarde; pero heme aquí para dar por terminada mi convocatoria juevera y dar paso a la nueva anfitriona, que no es otra que Campirela
Quiero agradecer vuestra participación con esos relatos tan geniales, que nos permiten volar hacia lugares y momentos que nacen en nuestra imaginación y que vamos conformando con mucha magia y profesionalidad.
Todavía me quedáis unos pocos participantes por leer, pero me pongo a ello a lo largo de la tarde.

Sin más dilación, os dejo la puerta abierta para descubrir la aventura que nos ofrece Campi desde su blog.

Imagen de la red

Sed felices. Cuidaros mucho.
Besos y abrazos.