En mi boca cerrada
se quedarán para siempre las palabras calladas,
que un día pudieron latir bajo las yemas silentes de tus dedos,
o reverberar sobre el aliento tibio, silbado entre tus labios.
En el vacío de mis manos
seguirán prendidas las hebras que crucificaron este destino.
Errado, desatinado... Desmedido en nómadas voces.
En mi cuerpo,
tan herido como hiriente,
fecundarán las semillas que un día el viento trajo
encepadas en sus vuelos de cigüeña.
Con mis lágrimas,
relente agridulce,
derramaré tus silencios.
Y seré, serena, sed para ti.
Recuerdo albo de un suspiro.
Llanto para un alma yerma.
(tu)
Un poema agridulce en su contenido y brillante en su continente.
ResponderEliminarNunca defraudas.
Besos.
Muchísimas gracias, Tristán.
EliminarEn realidad, los adioses tienen ese punto de encanto porque suenan a esperanza, a nuevos pasos sobre nuevos caminos.
Un beso enorme.
Latidos enmudecidos pendiendo cual hilo doliente…
ResponderEliminarVersos que gimen desde ese suspiro de silencios que hieren…
Bello y sentido… Y las imágenes, exquisitas…
Bsoss enormes, preciosa amiga 😘
Gin... gracias. Simplemente gracias. La palabra que más pequeña se queda siempre.
EliminarEl silencio es un gran maestro y el tiempo le hace compañía.
Un beso muy grande.
Y ya no habrá faros en noches dormidas, ni viento que empuje mis pasos hasta ti, ya no se encrestará la ola para recibirte... seré espuma serena en tu orilla infecunda.
ResponderEliminarSiempre me llevo la grata sonrisa al leerte, aunque sea en desesperanza.
Mil besitos y feliz noche, preciosa.
Más que desesperanza es una ventana que se decide abrir para que entre el aire y salga el alma a respirar porque los suspiros ya se quedan cortos.
EliminarMillones de besos y gracias :-)
El recuerdo de lo que podría pasado si las palabras hubieran sido pronunciadas.
ResponderEliminarCuanta emociones tienen tus versos.
Un especial beso.
Seguramente no se dijeron porque no merecía la pena ese sacrificio.
EliminarNo siempre las palabras son entendidas, ni siempre sabes si te quedas corto. Así, el silencio y los hechos que le acompañan son el mejor gesto.
Mil gracias siempre, Demi.
Un beso enorme, tan especial como el tuyo.
Nómadas voces y silencios, incluso silentes las yemas de los dedos. Un grito, a veces un grito organiza las emociones. Un abrazo poeta
ResponderEliminarAsí es... El grito más callado... o el silencio que más clama...
EliminarUn beso muy grande, niña.
Gracias mil.
Las palabras no dichas, aquellas que nunca llegaron a su destino, son siempre ua deuda guardada en el alma.
ResponderEliminarBeso dulce Magda.
Es en ocasiones el mejor precio a pagar, Dulce.
EliminarUn beso enorme y gracias, Mi Estimado Dulce.
Qué preciosidad... aunque eso en ti no es novedad ninguna.. un abrazo
ResponderEliminarEs que tus ojos me ven siempre con cariño...
EliminarUn beso enorme.
Nómadas. Seres errantes en la búsqueda. Hermoso poema Mag. Entre lo sentido, lo pedido . Un abrazo
ResponderEliminarO tal vez, nómadas porque ya no desean buscar... al menos ya no queda dónde buscar ahí... tal vez por eso sean silentes.
EliminarUn abrazo y gracias.
Bueno, ya estoy en la trastienda del pecado bien dispuesto a pecar, poética mente hablando, señoras miras.
ResponderEliminarY ¿existe "Yermalis"? Conociendote creo que es invención tuya. Hoy viene la voz poética a algo desgarrada, con el sabor agrio que trae el desamor pero que arranca siempre versos desde el alma.
Abrazos Maga.
Hola, Jonh :-) Bienvenido antes que nada a esta que es tu casa desde ya. Me alegra mucho verte... Y sí, me conoces bien :-) No existe la palabra. Es un puro invento. Iba a ser el título "Yerma" pero no me convencía y como soy muy dada a latín y leguas raras... me la inventé... Me gustó.
EliminarAquí escribo de todo: Luz, oscuro, amor, desamor, rabia... y Pecado, porque es el denominador común de mis blogs.
Un beso muy grande y me encanta que me llames Maga :-)