|
Fotografía propiedad de Neogeminis |
Sonaban las campanas
a la hora del ángelus.
- Maralla, hemos de irnos.
Dejé la vela con la
que había prendido otra. Alcé mi mirada a lo alto. Respiré hondo, crucé mis
brazos en aspa sobre mi pecho, abriendo bien las manos. Unos segundos más. Le
miré, sonreí y tomé su mano para salir de ahí. La ciudad hervía en un ir y
venir de personas. Cruzamos la plaza de San Marcos y nos perdimos por una de
las callejuelas... Eché la vista atrás. Han pasado tantos días como lunas,
tantos años como eclipses, tantos siglos como he acabado cumpliendo, tantos
como milenios se han ido formando. He perdido la cuenta a estas alturas desde
que, en medio del páramo, entré en la capilla aunque en realidad no estaba
consagrada a ningún dios ni diosa ni virgen ni santa o santo, pero los años
habían hecho que la gente hubiera pasado de la curiosidad a la maldición Unos
decían que era obra del demonio. Otros, un milagro de Dios.
La tormenta había estallado de pronto. El cielo
se caía a trozos y el viento parecía una lengua del peor de los dioses
vociferando o escupiendo improperios. Todo mi cuerpo era un témpano de
carne helada, entelerida tal vez también por el miedo, y en mi mente no cabía
un solo pensamiento.
Los rayos dejaban verse a través de las cuatro
aberturas, largas y estrechas, que se distribuían en el círculo que formaba la
pared. Sobre ellas, una curiosa señal que he visto a lo largo de mi vida en
excepcionales ocasiones, camuflada entre lo evidente, pasando inadvertida.
En medio de aquellas ráfagas de luz, apareció la
figura. Noté el peso de su mano sobre mi hombro. Me atemperé y todo el miedo
que entumecía mi cuerpo y mi alma, desapareció de repente. El sonido de su voz,
profunda, rasgada y venida como del fondo de los avernos, tuvo la magia de
convertirse también en un bálsamo. Su mirada de fuego me sumió en un estado que
no podría, aún hoy, definir.
- Sabía que consumarías tu palabra y vendrías.
He pasado por un infierno hasta encontrarte... Ahora tú disfrutarás de toda la
eternidad.... Sé que estás lista. Nada a partir de ahora va a ser igual pero estaré a
tu lado... siempre... -aseguró. Y ha cumplido.
Tomó mi rostro entre sus manos. Me pidió que
cerrara los ojos y, efectivamente, ya nada ha sido como antes después de su
beso en mi frente, de su beso en mi boca.
Jamás.
Escuché un sonido de campanas mientras notaba que mi alma se unía a otra, y descubrí que la eternidad no tiene fecha de caducidad.
Relato perteneciente a la propuesta
presentada por Neogéminis
desde su blog del
mismo nombre y donde podéis leer otros textos
Que relato tan intenso, tan mítico.
ResponderEliminarMe parece un detalle clave que la revelación, ese encuentro, fue afuera. Anunciado por el poder de la naturaleza.
Besos con admiración
Concuerdo con Demiurgo, nos dejas un relato muy intenso surgido de de ese mundo de oscuridades y misterio que tanto suele atraer. Te agradezco que hayas decidido sumarte a mi propuesta.bun fuerte abrazo 😊
ResponderEliminarCuantas veces he oído que a la muerte de alguien la naturaleza acude con una tormenta, acudió tambien a la muerte de Cristo, se hizo la noche y la negrura asustó. Un buen relato sin sosiego, sin comas, lo he leído tan ensimismada que si las había no las he visto. Saltibrincos
ResponderEliminarUn relato potente, que siento lleno de oscuridad más allá de las velas. Una comunión entre dos seres, un alma que se entrega sin resistencia a la eternidad prometida.
ResponderEliminarMe encantó. Un beso.
Oscuro y bellamente descriptivo… Un halo de misterio que te envuelve…
ResponderEliminarUn género que me gusta leer (te)
Bsoss, y feliz noche, querida Mag 😘
El relato nos has llevado a tiempos remotos donde el cielo y el infierno a veces se confunden , hay oscuridad y secretos al tiempo que algo en él nos hace pensar que ahí fuera que a todos nos atrae y miedo nos da ..
ResponderEliminarUn intenso y bonito relato .
Un abrazo y feliz semana.
Sabes impregnar de misterio tus textos cuando así se requiere y este relato no es la excepción. Una experiencia mística como la misma eternidad.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda.
Me encanta ese toque de misterio y oscuridad en tus letras , un sin fin de latidos que llegan , con las fotografías ...
ResponderEliminarMuy bello Mag
Besitos enormes
Un relato impactante el tuyo, con un halo de misterio
ResponderEliminarque en esa tormenta, me atrapó.
Un saludo, Mag
La cita que tenemos y da fin a nuestra vida, al parecer también nos da la eternidad, ya sea dentro de la luz o la obscuridad, (o que hayamos alimentado).
ResponderEliminarMisterio y muy buen relato, abrazos
Magnífico texto.
ResponderEliminarSaludos.
Preciosa esa unión de dos almas por un beso.
ResponderEliminarMe encanta el misterio, y el ambiente lúgubre de los truenos...
Muchos besos.
Reverencial, mi querida Mag. Ha sido como si estuviera pisando ese templo y ante ti... prender las velas y sentir la presencia ... la voz.
ResponderEliminarMi más sincera admiración.
Mil besitos para tu tarde, bonita ♥
Un interesante relato, lleno de matices.
ResponderEliminarUn abrazo
Es verdad que la eternidad no tiene fecha de caducidad.
ResponderEliminarPrecioso relato misterioso y místico.
Un beso.
"La eternidad no tiene fecha de caducidad"...
ResponderEliminarUn relato misterioso, como de brujas, o al menos así me lo imaginé yo; seres con poderes sobrenaturales, y ese beso que parecía absorber el alma *__*
Una genial aportación.
¡Besos jueveros!
Intenso y a la vez bello, se lee sin pestañear, realmente me ha encantado, besos.
ResponderEliminarEs interesante lo que sugiere el relato, ha pasado por un infierno (vida) para encontrar al fin la muerte, que abre la puerta hacia la eternidad que promete ser disfrutada...
ResponderEliminarEs intenso Mag y te tiene con el aliento contenido de principio a fin
Abrazo
Un relato que se disfruta de tirón, sin tregua como esa vida y ese encuentro con el más allá.
ResponderEliminarBesos.
Millones de gracias, sinceramente, por vuestras palabras y porque os halláis sentido a gusto leyendo este relato donde las promesas se cumplen y donde el destino está marcado de alguna forma.
ResponderEliminarAlguien llegó desde lo más profundo de la oscuridad, atravesando un duro camino, desde el mismísimo invierno, para hallar algo de luz junto a alguien que se ha ofrecido con el alma.
Besos muy grandes.
Es un relato precioso, mi querida Mag, lleno de misticismo
ResponderEliminarBesos
If words have soul... I think this is it!
ResponderEliminarCheers