El olor a incienso profanaba mi mente y me empujaba a seguir su halo como si una fuerza hipnotizadora me dominara. Fue así, una y otra vez. A misa de ocho donde yo era ajena a los rezos y cánticos y tú, desde el altar, ofrecías liturgia bajo la palabra amén. Y, en secreto de confesión, abrí mi corazón con derecho a excomulgación.
Ni Aves Marías ni Padres Nuestros misericordiosos, ni el Mea Culpa entonado entre los acordes de mis sofocos y las fantasías de mi pensamiento extinguieron las llamas de tu infierno y en ellas, mis demonios regurgitaron las mejores blasfemias en tu nombre.
Nos ofrecimos Misterio entre los vitrales y los altares, y acabamos crucificados sin el perdón de nuestras faltas y la sacralización de la carne. Tú clamando a los cielos mano en pecho. Yo, portadora de una promesa de salvación, penitente ante el hombre, comulgando el maná que me librase, erré por los desiertos en busca de otra Palabra de Dios que me enmendase porque yo todavía tengo fe... y Pecados.
Es un amor imposible, por esos dogmas caprichosos, que deberían haber sido abolidos hace mucho tiempo.
ResponderEliminarQue bella y sugestiva la mujer de la imagen.
Besos con admiración por tu inspiración.
La mujer, creo, representa todo la tentación :-9)
EliminarHay amores imposibles pero que se pueden consumar, Demi, ¿no te parece? Fuera de todo ortodoxia también es válido desde mi punto de vista.
Un beso grande y mil gracias siempre.
Amoros prohibido más que imposibles, donde ambos se funden en el fuego eterno. Él la rehuya pero socumbe a sus encantos y ella provoca el deseo de sus manos blancas y limpias de ecuraista. ..Mag esta liturgia es de quemarse en las llamas.Muy bueno . Besotes angelicales.
ResponderEliminarEntonces, arderemos, Campi, que sea lo que Dios quiera y si hemos de ir al infierno, lo disfrutaremos igual.
EliminarMuchísimas gracias, niña.
Besotes.
La religión y el sexo en general no se llevan bien pero en este caso veo que sí jaja.... saludos!
ResponderEliminar¡No te fíes de lo que digan, JLO! :-) Podría decir que tengo ese don pero quedaría ridícula, pero sí, comulgan muy bien. En el fondo todo pecado no solo tiene su penitencia sino su salvación :-9
EliminarMil gracias por acercarte.
Un beso.
Me encanta el ritmo de este relato poético, mi querida Mag. Ese amor tan celestial como terrenal no pudo salvarse Del sentir De la carne.
ResponderEliminarChapeau!!!
Mil besitos que te lleguen llenos de cariño y muy feliz noche ❤️
Es como jurar en arameo, mi querida Auro, vas soltando y suena bien :-) Este amor es puro deseo, que también vale, total mientras comulgue, ¿no te parece?
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras y te dejo un abrazo inmenso y un beso con todo mi cariño siempre.
Amén.
ResponderEliminarAsí sea, Tristán.
EliminarUn beso y gracias :-)
Contundente texto, palabras firmes y decisión porfiada. Has entrado hasta el fondo. Un abrazo y mi felicitación
ResponderEliminarSi se entra, que sea hasta el fondo porque en según que cuestiones, no valen las medias tintas :-)
EliminarUn beso enorme y mil gracias, Ester.
Excelente texto, muy de tu estilo. Un placer leerte. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarSí, asi es. Me ha salido muy Pecado :-9 pero me alegra que te haya gustado, Moni.
EliminarUn beso enorme y muchísimas gracias.
Cuando el amor es pecado, cuando se viste de culpa, lo imposible también se vuelve un desafío. Siempre ofreces algo digno de leer.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda.
Muchísimas gracias por tus palabras, Mi Estimado Dulce. Lo imposible, lo peligroso, lo prohibido tiene algo de especial. Es como el Pecado, tiene perdón.
EliminarUn beso enorme :-)
No sé si sale ganando o no, pero tras haber pecado, con alevosía y primor, con pasión y bajo sagrado yo creo que podrían seguir juntos por toooda la eternidad.
ResponderEliminarUn texto intenso. Un abrazo Mag
Estoy completamente de acuerdo, Albada. Una vez cometido el "delito" qué más da que el pecado sea grande o pequeño... En este caso, ni Dios ha protestado, ¿por qué deberían renunciar ellos? :-)
EliminarUn beso muy grande y mil gracias, Albada.
Condenados cada cúal a buscar su propio maná... Ella sin duda lo encontrará; el otro ya se la jugó... Muy buen relato. Intenso en su brevedad, y contado con una acertada ironía pícara que deja al lector con una sonrisa.
ResponderEliminarUn placer leer un aporte tan bien escrito. Gracias por participar.
Un abrazo
Muchísimas gracias, Voladera, y un placer haber participado en tu convocatoria. Yo creo que el "mea culpa" ya lo tienen más que expiado. Como dices, él se la jugó y ella, ella no tiene obligación alguna :-)
EliminarUn beso muy grande.
Iras al infierno de cabeza. Ahora los que erramos por los pensamientos perversos somos nosotros.
ResponderEliminarUn amor imposible sin duda y con carga capital...
Un placer leerte siempre en tus impecables relatos
Besos
El problema, Charly, de ir al infierno es que hay demasiada gente, e igual, conocida. Pero, bueno, cada mochuelo en su olivo y cada uno en sus Pecados :-)
EliminarMuchísimas gracias por lo que me dices y por haber disfrutado de mis letras.
Un beso muy grande.
El amor y el deseo se desbocan imparables entre cualquiera de las paredes donde habiten y exuden… Quizás el verdadero pecado sea reprimirlos…
ResponderEliminarMagnífica participación, querida Mag…
Abrazos y cariños enormes, y muy feliz finde 💙
Nunca he entendido por qué el amor tiene que ir vestido de uniforme. En este caso es un amor sexual pero bajo las manos de Dios debería ser permitido. Igual para unos es un sacrilegio para mí, dos pieles que tienen derecho a sentirse humanas y todos, en mayor o menor grado, tenemos nuestros pecadillos.
EliminarMuchísimas gracias, Gin, y te dejo un beso enorme.
Como se pueden conectar dos mundos tan diferentes... El pecado y lo correcto (desde el punto de vista religioso).
ResponderEliminarUn saludo.
Los mundos opuestos tienen la capacidad de atraerse. Solo hay que tener la seguridad de poder cometer el Pecado, Né. Nos autoinculpamos demasiadas veces. Otras, nos dejamos llevar por preceptos y prejuicios.
EliminarUn beso muy grande y gracias.
pues que pena esto del celibato.
ResponderEliminarhas apuntado directo a el tema prohibido, aunque no imposible. cada vez te demos más a confundirlos, cuanto más cobardes nos hacemos. tienen que haber muchos que no cumplen con el celibato y no se sienten culpables. lástima que este solo se permite deslices.
Muy bueno mag
besosss
Bueno, Gabi, ya sabes que el celibato fue un dictamen por puro egoísmo, para que los bienes de la iglesia quedarán en ella y tuvieran libre dominio sobre todo lo que no tuviera nombre o pudiera ser velado. También existía la bula para comer carne en Semana Santa, así que hecho el Pecado, dispuesto el perdón :-)
EliminarMuchísimas gracias, Gabi. Un beso enorme.
Un amor que condena y salva. Escribes divino, Mag
ResponderEliminarBesos enormes, niña
Te agradezco mucho lo que me dices, Mujer :-) y me alegra que lo hayas disfrutado.
EliminarUn beso enorme para ti también.
El final del relato es espectacular...ese porque yo todavía tengo fe...y pecados. Me encanta esa promesa de “maldad” por así decir...quizá ese nada es imposible.
ResponderEliminarBesos
Si te das cuenta, Max, en esa declaración de "maldad", de Pecado, no hay mentira. Es una especie de contradicción subliminal :-) Nada es imposible en algunas circunstancias. Tal vez, un poco más de complicación.
EliminarBesos para ti también y gracias por acercarte a comentar.
Esos demonios que arrancan un amor deseado que no se da, y una pasión que queda plasmada en nostalgia y amor que no se olvida.
ResponderEliminarHermoso Mag, me encantan tus metáforas. Un abrazo
Me alegra de que te gusten mis giros, Jorge. Muchísimas gracias por lo que dices. ¿Sabes?, yo creo que a veces ponemos demasiados obstáculos a las cosas más sencillas.
EliminarUn beso y cuídate.
La enorme atracción del fruto prohibido, aunque el también cae a la tentación. Besos.
ResponderEliminarLa tentación está ahí siempre. Solo hay que saber elegir bien: A veces, caer, es la mejor opción, Inma.
EliminarUn beso enorme y muchísimas gracias por pasarte.
Ese sacerdote sucumbirá.
ResponderEliminarFijo que sí.
Besos.
Lo que tropezará de nuevo y en la misma piedra. La tentación es muy fuerte y quemarse en el infierno no es lo peor. Lo malo sería no hacer caso a los instintos en este caso.
EliminarUn beso, Toro, y mil gracias.
Con la Iglesia te has topado.
ResponderEliminarInteresante juego de palabras, mezcladas con palabras litúrgicas.
Muy, muy, interesante.
Un saludo
Mil gracias, Berta, y un placer verte por aquí.
EliminarYa me irás conociendo un poco más en mi palabrería y técnica, pero te adelanto que eso de la religión y el Pecado lo levo bastante bien.
Me alegra tu percepción.
Un beso grande.
Todo puede suceder en la viña del señor, hasta los sacerdotes caen en la tentación.
ResponderEliminarUn placer leerte, Mag.
Besos enormes.
Ufff, ellos la viven con faldas y a lo loco, con eso te lo digo todo. Estamos hechos de barro y el barro, con agua bendita, le pasa como a todo, que se deshace :-)
EliminarEs ironía pura, María.
Un beso grande.
Me saco el sombrero y me inclino ante ti, extasiada. Soberbio texto wue me deja muda de asombro.
ResponderEliminarBesos, Mag
Oh, lalá... No me digas eso que te quiero ver soltando palabras que nos atrapen y nos enseñen tanto como siempre.
EliminarTe agradezco tu comentario, Myr, y todo mi cariño.
Un beso enorme.