En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.
La imagen es el reflejo de tu conversación, en esta ocasión son de bronce, pero¿ quien sabe si no haya vida en ellos y conciencia?
ResponderEliminarBendita inocencia, ella nos tendría que acompañar siempre, porque en ella la maldad no existe.
Besos muchos, feliz tarde ventosa...
Que tiernamente explicado y qué cierto todo. como describes detalles que a la mayoria nos pasarian desapercibidos, o de abrazar a los enemigos y batallar a los amigs, la responsabilidad y fingidalomejorquesepodía madurez y autoridad de la hermana mayor. la silenciosa admiracion hacia algunos. los conejos que se dejan suave y las gallinas ni suave ni fuerte.
ResponderEliminaradmirado declarado.
la foto tambien buenisima, con los pies colgando
besazo y abrazo fuerte, mag.
la cabecera me encanta como esta, no sabría como emjorarla
Esperemos que como una nueva gran oportunidad...
ResponderEliminarAbrazo hasta allá.
Viajar a la niñez es el premio de no olvidarnos de aquellos momentos en que eramos felices y no lo sabíamos. Saltibrincos
ResponderEliminarQue bello es poder viajar a través de los recuerdos y recordar esos bellos momentos en que nada importaba y todo nos sorprendía
ResponderEliminarMaravilloso. Has conseguido que este ahí viendo a esa niña.
ResponderEliminarBesos
Y el mundo con su cruda realidad nos va robando esa inocencia, pero no toda, algo siempre nos queda.
ResponderEliminarBeso dulce Mi Estimada Magda.
Muy bonito blog tienes
ResponderEliminarBonito relato lleno de imágenes de la infancia y recuerdos. El mío va por esa línea también hoy.
ResponderEliminarBesitos.
Esa inocencia que no volverá, pero que la puedes ver en la cara de cualquier niño. Ya veo que pasabas mucho tiempo en el campo, es una suerte que tuvimos. Abrazos.
ResponderEliminarHola, Mi querida Mag!!!!!: Tu texto destila mucha ternura fresca e inocente de la infancia y la fotografía que lo acompaña es muy buena. Por fin puede regresar, después de estos meses en los que he pasado por mucho. VI que estuviste muy activa convocando pero no llegué nunca a poder participar, espero, ahora que estoy más tranquila, no perderme tu próximo anfitrionazgo. Besos enorme, enorme, enormísimo y abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarHola, mi querida Mag:
Maravillosa ofrenda a la inocencia… Mágica como esa bala que describes y que traspasa la piel; bellísimo, descriptivo y evocador…
ResponderEliminarHe viajado a la niñez a través de tus letras...
Un placer, preciosa.
Bsoss enormes, y feliz tarde 💙
Una evocación maravillosa de esa etapa de la vida en la que nos formamos para ser lo que somos. Afortunados quienes la hemos vivido llena de amor y libertades. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarApenas tengo recuerdos de mi infancia... creo que debería haberte contratado para escribirla y no olvidarla.
ResponderEliminarLeyendo tu escrito se transporta uno directamente a la niñez. Con esas "rodillas con las cruces de los juegos" y esos "pasos inseguros de la hermana mayor". Preciosos flashes de esa niñez que has sabido transmitir tan fiel y bonito, que es como volver a revivirlo! Un abrazo!
ResponderEliminarMe transportaste a mi infancia, me encantó leerte, los juegos infantiles, la falta de temores, proteger al hermano menor, realmente me vi reflejada allí hace muchos, muchos años ya.
ResponderEliminarFelicitaciones, un abrazo PATRICIA F.
la infancia marca mucho. cuando recordamos la manera de ver las cosas que teníamos de niños, en algunos aspectos nos puede parecer ingenua, pero en otros aspectos muy acertada. casi visionaria. :)
ResponderEliminarmuy bello relato. besos!! :*
Real y bonito como la has descrito y que al menos yo me encontré reflejado en ese mundo infantil en el que disfrutábamos de la inocencia.
ResponderEliminarLa vida es una, lo importante es no olvidar, cuando olvidamos tendemos a echar de menos esos años... pero el tiempo , que es solo una ilusion, nos arrastra y creemos que lo de antes siempre fue mejor. No todos cuentan la misma historia, hay otros que prefieren olvidar
ResponderEliminarLuego vino el sabor de la manzana, y la disfrute, y hasta el dia de hoy, las sigo comiendo como si fuera mi único alimento.
ResponderEliminarla niñez es la iniciación a la vida, unos paso color de esperanza nada puede pasarnos no medimos riesgos que con el tiempo seran nbuestras limitaciones Un abrazo
ResponderEliminarUn relato potente, con ese final en el que comparas la niñez como una bala... ¿perdida, encontrada? O quizás que nos deja una cicatriz en el alma y se enquista en nuestro cuerpo conforme crecemos.
ResponderEliminarMe encantó <3
Otro besazo, Mag
Un viaje a la niñez es satisfacción garantizada
ResponderEliminarAbrazo