En el telar de mi ser, entrelazo las letras que brotan de mi alma, tejidos de sentimientos y emociones que danzan sobre este lienzo negro que mi pluma transfigura. Anhelo que cada palabra, cada trazo, trascienda y se convierta en eco en tu ser para fundirte en el velo mágico de mi memoria. Que mis versos sean puentes que nos unan en un abrazo sólido, y que mi tinta sea un testigo del vínculo que florezca entre tú y yo. En cada línea trazada, en cada verso susurrado, te escribo con el alma para que en el tapiz de nuestras historias encuentres el eco vibrante de mi ser y la esencia de este nuestro encuentro. Que mis letras sean hilos de un lazo indisoluble entre tú y yo, donde el tiempo se detenga y la eternidad se haga presente. En cada palabra entrelazada, en cada estrofa compartida, tejamos juntos la trama de un sentimiento duradero, donde nuestras almas se encuentren en todos los rincones de esta bella historia.

30 de diciembre de 2014

Te deseo...


¿Sabéis? He visto estos días tantos deseos, buenos; tantas ganas de compartir, muchas; tant@s amig@s virtuales que se han convertido en personales, tantos "mases"; tantas sonrisas y, sí, algún que otro cabreo porque de todo tiene que haber; que me habéis contagiado.
 Cierto es que me sale el agradecimiento de forma natural, 
pero cuando ves tanta gente a tu alrededor con el espíritu 
con el que me he encontrado, 
aquél evoluciona de forma brutal.

Sí, puedo decir que no ha sido el mejor año de mi vida 
pero siempre hay que sacar algo positivo.
 ¡Y tengo miles de cosas positivas que recordar! 
De las menos buenas nada tengo que olvidar 
pues las regenero para darles la vuelta y seguir hacia delante.

      
2015
Ha de ser un buen año. Acaba en 5 y, 
lejos de la rima que no viene a cuento, es un número bonito. 
Me gustan los números primos menos el 2, tan perfecto como limitado.
Teorías aritméticas aparte, ya haremos cuentas cuándo toque, estoy aquí para hablar de mis deseos. Sí, pasaremos la última noche al igual que la primera. En este caso sí viviremos el primer día como si fuera el último. Nos llenaremos de confetis, de trompetillas, de cavas y canapés... 
Nos rodearemos de la mayor parte de la gente que queremos, 
de amig@s, de familiares, 
de ese amigo o amiga  que se ha convertido en un amor, 
de ese amor que dejó de serlo para convertirse en un buen amigo o una entrañable amiga... 
Y así, seguiremos pensando,
tal vez sin evitar alguna lágrima, 
en los de siempre: En los que no están. 
Mas hemos de preocuparnos de los que estamos, 
porque la vida continúa... 
Y, aunque pueda haber otras, de momento es la que nos toca vivir.

Brindo por mí y los míos, por vosotr@s y por los vuestros,
 por vuestros deseos, por vuestras alegrías... 
para que podamos seguir compartiendo todo 
cuanto hemos compartido hasta ahora. Y ya que hemos sabido hacer fuertes los cimientos y protegido las raíces de lo que hemos plantado, hagamos que sigan siendo dinámicos los primeros y
 vayan creciendo las plantas y las flores de aquellos bulbos 
que un día elegimos para nuestro jardín.


Brindo por nuestros deseos sí, pero también por los carnales;
 por nuestros sentires, por esos que plasmamos en papeles virtuales que son una página de nuestro corazón, de nuestra entrega.
Brindo por los besos, por los abrazos, 
por los polvos de estrellas y las confabulaciones del universo...
Brindo por esas cadenas que nos hacen libres, 
esas que algun@s de vosotr@s me habéis explicado.
Brindo por los Universos renovados, por los sentimientos encontrados, 
por los más y los menos... 
Brindo.
Brindo porque quiero.

Esta última noche me vestiré de rojo: Rojo por dentro, pura sangre. 
Rojo por fuera: sedas francesas y damasco. 
Del primero, todos los días. 
Del segundo, de ciento a viento.


Y a falta de palabras, 
que no de emociones que me embriagan y me embargan, 
me remito a
 Víctor Hugo y por este poema "Te deseo".

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar.

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro.

Te deseo, además, que seas útil,
mas no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede nada más,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado deprisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un gato,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
te sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuántas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,

no tengo más nada que desearte.

26 de diciembre de 2014

Premio Erika Martín

¡No quepo en mí misma de tanta sorpresa! Sí, lo reconozco. Estoy abrumada porque en apenas 48 horas, Papa Nöel, los Reyes Magos, Pepito Grillo o la abeja Maya, me ha(n) traído misivas y grandes detalles de amistad.
Estos regalos tan cariñosos son para mi (nuestra) Trastienda, y os digo que quedan preciosos en los estantes, junto a los demás. 

No os perdáis sus aventuras y desventuras en este título que os redirecciona a su blog:


Eficiente, trabajadora, entregada, irónica, responsable... ¡Vamos, Erika es la Secretaría perfecta!... Y una bellísima persona, es lo que me transmite, a la que sigo desde hace un tiempo.
¿Sabes cuándo te conocí? Estaba realizando un curso sobre Asistencia a la Dirección y no sé, una cosa lleva a otra, ésta a la siguiente... y encontré tu anecdotario. Mostré tu trabajo en clase No sé si  una que iba sobre las reuniones y agendas del jefe o sobre la realización de un evento... Y sí, echamos algunas risas... Y cuando ya te conocí un poquito más a base de hincar más el interés en tus textos y por esos comentarios que nos intercambiamos, me sentí muy satisfecha de haberte hallado.

Así que solo cabe decirte las gracias. Lo demás ya lo sabes. No cambies. 

Pero me invitas a que cuente algo de mí que nadie sepa o que pocos lo conozcan... Ufff... Me he desnudado tanto ya... Pero sí, siempre queda algo. Creo que decir a estas alturas que me salto algunas reglas, ya no es nada que la gente ignore de mí. A su momento os sorprenderé con una larga lista de nominados. Me lo curraré. Lo prometo.

¿Y qué cuento yo de mí?
Soy tan moñas que lloro con los dibujos animados: Spirit..., el Rey León. En esta última, cuando presentan al leoncito ante la comunidad... ufff... ¡María a llorar como María Magdalena! (Personaje que, por cierto, admiro. De ahí, mis seudónimos).

Besos grandes.

Premio Rakel Relatos

¡Rakel con k!
Es esa mujer que escribe historias tremendas, llenas de pasión y de amor, que mantiene el hilo de ellas de una forma sutil y relajada, dejando que te adentres en cada uno de sus personajes para acabar identificándote con alguno de ellos; enfadándote, incluso, porque al sentirte identificada de algún modo, una no reaccionaría así o haría las cosas como las hace... ¡Y eso es muy bueno! Es muy bueno porque significa que hay una vida que transporta y transforma.

El día de Noche Buena, dentro de una cajita redonda, me llegó el aroma de flores rosas, anudadas con una simple lazada, como un regalo de Papá Nöel, para mí y para otras personas que se lo merecen tanto o más que yo. Solo me cabe decir, después de la grata sorpresa, gracias. Gracias con mayúsculas y con todas sus letras y con todos sus +.
Recibir detalles así siempre es agradable. 


Como hemos dicho más de uno y más de una, y como no nos cansaremos de repetir, no es un premio al "arte", es un premio a la persona... Y eso es muy, muy grande.

Amiga, mil gracias de nuevo.

Y a tod@s vosotr@s os recomiendo leer "Solo tuya", que ya va por su parte decimotercera.


Algunas veces encuentras en la vida 
una amistad especial: 
ese alguien que al entrar en tu vida 
la cambia por completo. 
Ese alguien que te hace reír sin cesar; 
ese alguien que te hace creer que en el mundo 
existen realmente cosas buenas. 
Ese alguien que te convence 
de que hay una puerta lista 
para que tú la abras. 
Esa es una amistad eterna... 

Cuando estás triste 
y el mundo parece oscuro y vacío, 
esa amistad eterna levanta tu ánimo 
y hace que ese mundo oscuro y vacío 
de repente parezca brillante y pleno. 
Tu amistad eterna te ayuda 
en los momentos difíciles, tristes, 
y de gran confusión. 
Si te alejas, 
tu amistad eterna te sigue. 
Si pierdes el camino, 
tu amistad eterna te guía y te alegra. 
Tu amistad eterna te lleva de la mano 
y te dice que todo va a salir bien. 

Si tú encuentras tal amistad 
te sientes feliz y lleno de gozo 
porque no tienes nada de qué preocuparte. 
Tienes una amistad para toda la vida, 
ya que una amistad eterna no tiene fin.
Pablo Neruda